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¿Fin de la devaluación interna? Las empresas asumen que toca subir los salarios
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se cierra la holgura económica

¿Fin de la devaluación interna? Las empresas asumen que toca subir los salarios

El Banco de España anticipa un mayor aumento de los sueldos que de la productividad. A escala global, los empresarios asumen incrementos de la remuneración de sus plantillas

Foto: Salarios.
Salarios.

La economía española ha logrado importantes avances de competitividad que han disparado las exportaciones hasta niveles récord. Esta dinámica sirvió a la economía para dejar atrás la recesión, pero el coste ha sido una caída del peso de los salarios en el Producto Interior Bruto (PIB), que se han quedado atrás del crecimiento. Este lado oscuro de la recuperación podría llegar a su fin en 2018.

En otras economías desarrolladas en las que el ciclo de crecimiento está más adelantado ya hay presiones salariales, como Alemania y Estados Unidos. De hecho, el incremento de la volatilidad a principios de febrero en Wall Street respondió al temor de que la inflación se dispare como signo previo al fin del crecimiento, después de un dato mayor de lo esperado del aumento de los salarios.

Foto:  La relación entre precios y salarios es tan vieja como la economía.

Esta dinámica continuará a escala global, según una encuesta de los analistas de Fidelity entre 162 empresas grandes de todo el mundo. "Nuestros analistas consideran que las presiones en los costes y los salarios van a acentuarse durante los próximos doce meses", señala la gestora, aunque no espera que esto dispare la inflación debido a los márgenes de los que disfrutan las empresas. El 70% de los analistas de la firma señala que habrá alzas salariales en las compañías que siguen y con cuyos ejecutivos mantienen reuniones.

placeholder Encuesta de Fidelity.
Encuesta de Fidelity.

España se unirá con retraso a esta tendencia. La economía acumula tres ejercicios con una expansión en términos reales (sin inflación) de más del 3%. Sin embargo, esto se ha traducido en un mayor aumento de beneficios empresariales que de salarios, que han pasado de representar un 48,5% del PIB en 2007 a un 47% diez años después.

Los servicios de estudios apuntan a un nuevo año de crecimiento real del 3%, cerrando por fin el 'output gap'. Con este término los economistas hacen referencia a la brecha entre la evolución del PIB y el crecimiento potencial. Cuando se elimina el diferencial la economía está generando riqueza al máximo de su capacidad, lo que presiona al alza la inflación.

Foto: El primer ministro de Portugal, António Costa, en la celebración del Día de Portugal. (EFE)

En su último boletín económico el Banco de España (BdE) prevé que la generación de empleo reduzca la tasa de paro hasta el 11% en 2020, nivel "aún muy superior al previo a la crisis". Los expertos del BdE anticipan que habrá alzas salariales moderadas que, en todo caso, estarán por encima del incremento de la productividad.

Ocurrirá lo contrario que en la última década, cuando según datos de la OCDE la productividad ha aumentado en torno al 10% en España (ver gráfico), recortando el diferencial con sus pares europeos, aunque aún está a la cola en productividad respecto a otras grandes economías. El PIB por ocupado fue de 67.000 euros en España en 2016, según los últimos datos completos en Eurostat para comparar con los vecinos europeos, entre los que la media de la Eurozona fue de 75.000 euros.

placeholder Evolución del crecimiento de la productividad (índice, 2010 como referencia=1). Fuente OCDE
Evolución del crecimiento de la productividad (índice, 2010 como referencia=1). Fuente OCDE

La dinámica prevista por el organismo gobernado por Luis María Linde implica "una aceleración de los costes laborales" para los próximos tres años. El BdE cree que este incremento será inferior a otros países de la Eurozona, donde el ciclo está más avanzado y hay más presiones salariales, con lo que no habría pérdidas de competitividad. Aun así, reitera la necesidad de avanzar en ganancias de productividad, el gran reto español para no volver a cometer los pecados del pasado, con altos volúmenes de deuda externa que dejaron a la economía en situación de extrema vulnerabilidad en 2008.

El BdE reitera la necesidad de aumentar la productividad, el gran reto español para no volver a cometer los pecados del pasado

Sin embargo, si se compara la productividad con el salario, el margen que logran los empresarios españoles es mayor. La producción media por ocupado español es de 47 dólares, frente a un coste laboral de 30 dólares por hora, según datos de la OCDE recopilados por el economista Ignacio de la Torre. Esto implica un margen del 57%, frente al 32% en Francia (productividad de 60 dólares y coste de 40) o del 26% en Alemania (60 y 48 dólares respectivamente).

Hasta ahora, los niveles elevados de desempleo son los que evitan que el crecimiento se traslade a los salarios. Es lo que se conoce como holgura en el mercado laboral. Según se reduce aparecen las presiones al alza sobre la remuneración de los trabajadores, especialmente en los sectores en los que va habiendo escasez de mano de obra.

¿Vuelve la Curva de Phillips?

Por eso no ha funcionado la Curva de Phillips, más famosa que eficaz en el ámbito académico. El economista neozelandés William Phillips (1914-1975) estableció en 1958 una relación inversa entre paro e inflación. Si baja el desempleo hay más tensión en los precios y viceversa, algo que se cumplió en el largo periodo de crecimiento posterior a la Segunda Guerra Mundial. Pero falló en la crisis de los 70, con un ciclo de 'estanflación' (crecimiento nulo y elevada inflación). Después, factores deflacionistas como la tecnología o el envejecimiento han impedido que vuelva a funcionar durante las últimas décadas.

Foto: Oficina del INEM en el complejo de Azca, en Madrid. (EFE)

Los propios bancos centrales han admitido desconcierto ante la falta de inflación, especialmente el europeo. El BCE ha drenado a la economía de estímulos persiguiendo llevar el crecimiento de los precios cerca, pero por debajo del 2% en el medio plazo. Su estrategia ha sido dinamizar la actividad económica, que lo ha conseguido, para tener como derivada más inflación, que está tardando en llegar.

El propio Mario Draghi, presidente del BCE, desempolvó los manuales clásicos de economía para entender esto. En su ya famoso discurso de Sintra (Portugal) en junio de 2017, cuando el euro inició un rally contra el dólar por su cambio de retórica, mencionó la precariedad laboral para justificar por qué la Curva de Phillips está rota.

También hizo referencia a la tasa Nairu o nivel estructural de desempleo, el avance teórico de los monetaristas liderados por Milton Friedman ante el fracaso de la Curva de Phillips en los años 70. Cuando una economía reduce el paro por debajo hay aumentos de salarios porque los empresarios comienzan a tener problemas para encontrar trabajadores. La OCDE calcula esta ratio en el 15% para España este año, con lo que la tasa de paro (16,55% en el cuarto trimestre) podría cerrar la holgura en 2018.

placeholder Holgura económica a la izquierda y brecha entre paro estructural y real a la derecha. Fuente: BIS
Holgura económica a la izquierda y brecha entre paro estructural y real a la derecha. Fuente: BIS

Entre las grandes economías, España fue el país que mayor brecha sufrió entre el paro estructural y el real el año pasado (ver gráfico anterior), según las estimaciones del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) en su último informe anual. También era la economía con mayor holgura económica o, dicho de otra forma, la que más sufre aún las secuelas de la crisis. Y por eso el crecimiento no ha impulsado los salarios, al menos hasta ahora.

La economía española ha logrado importantes avances de competitividad que han disparado las exportaciones hasta niveles récord. Esta dinámica sirvió a la economía para dejar atrás la recesión, pero el coste ha sido una caída del peso de los salarios en el Producto Interior Bruto (PIB), que se han quedado atrás del crecimiento. Este lado oscuro de la recuperación podría llegar a su fin en 2018.

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