Montoro incrementó la recaudación en 2017 un 5,2% para cumplir el objetivo de déficit
España consiguió cerrar el año con un déficit del 3,07% gracias al superávit de los ayuntamientos de 6.800 millones y el ajuste del déficit autonómico hasta el 0,39% del PIB
España consiguió cumplir con el objetivo de déficit pactado con la Comisión Europea, y lo hizo por primera vez sin prórrogas de Bruselas. Como avanzó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el déficit cerró en el 3,07% del PIB, por debajo del 3,1% fijado por Europa. Lo hizo gracias a un importante incremento de la recaudación y al ajuste de los gastos que se mantuvieron casi congelados (cayeron como porcentaje del PIB). En concreto, los ingresos tributarios del conjunto del país crecieron un 5,2%, hasta quedarse a un paso de los 260.000 millones de euros, un 22,29% del PIB. También crecieron por encima del PIB los ingresos por cotizaciones sociales, que avanzaron un 4,9%.
Además, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, consiguió contener el gasto público como consecuencia del funcionamiento de la regla de gasto, lo que se deriva en una importante caída del gasto público como porcentaje del PIB. En concreto, los recursos no financieros crecieron un 1,1% (en contabilidad nacional), lo que supone un descenso del gasto público como porcentaje del PIB de casi 1,2 puntos del PIB, hasta el 41%. Este ritmo de la recaudación y el ajuste del gasto permitió al Gobierno cumplir con el objetivo de déficit en 2017. En concreto, el desfase presupuestario cayó hasta 35.758 millones de euros. "Es el segundo ajuste fuerte que ha realizado España", ha señalado Montoro, lo que deja a España a las puertas de salir del Procedimiento de Déficit Excesivo.
La recaudación del Estado (sin contar al resto de administraciones) se incrementó un 6,4% en términos de caja, hasta alcanzar los 198.101 millones de euros. La recaudación del IVA aumentó un 7,9% hasta quedarse a las puertas del 67.800 millones; el IRPF aumentó un 6,4%, hastsa los 77.000 millones, y sociedades se incrementó un 6,8%, hasta superar los 23.100 millones.
El cumplimiento del objetivo de déficit se logró gracias al superávit de los ayuntamientos, que superó los 6.800 millones de euros
El cumplimiento del objetivo de déficit se logró gracias al superávit de los ayuntamientos, que superó los 6.800 millones de euros, con lo que volvieron a ser la única administración con un saldo presupuestario positivo. Además, las comunidades autónomas realizaron un gran esfuerzo presupuestario, con lo que consiguieron recortar su déficit hasta el 0,32% del PIB, muy por debajo de su objetivo que era del 0,6%. Una parte de este ajuste, en términos de contabilidad nacional, se debió a las actualizaciones de la financiación autonómica del País Vasco, Navarra y Canarias (que acordó el Gobierno para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2017).
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De estos tres pactos se deriva un déficit adicional de la Administración Central de dos puntos del PIB (algo más de 2.000 millones de euros) que se resta del de las comunidades autónomas. Estas tres comunidades consiguieron cerrar el año con superávit gracias a su maniobra para los Presupuestos, además de Baleares. También los Fondos de la Seguridad Social mejoraron sus cifras respecto al objetivo al cerrar el año con un déficit del 1,38% (gracias al buen comportamiento de las cotizaciones y al superávit del SEPE y el Fogasa).
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Esto significa que la única administración que no cumplió el objetivo fue el Estado, cuyo déficit se desvió hasta el 1,9% del PIB, muy lejos del 1,1% fijado. Esta desviación responde a que el Ministerio de Hacienda siempre se apropia del superávit de las corporaciones locales para cuadrar sus cifras. Además, se añaden las dos décimas del PIB derivadas de la actualización de la financiación del País Vasco, Navarra y Canarias.
España consiguió cumplir con el objetivo de déficit pactado con la Comisión Europea, y lo hizo por primera vez sin prórrogas de Bruselas. Como avanzó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el déficit cerró en el 3,07% del PIB, por debajo del 3,1% fijado por Europa. Lo hizo gracias a un importante incremento de la recaudación y al ajuste de los gastos que se mantuvieron casi congelados (cayeron como porcentaje del PIB). En concreto, los ingresos tributarios del conjunto del país crecieron un 5,2%, hasta quedarse a un paso de los 260.000 millones de euros, un 22,29% del PIB. También crecieron por encima del PIB los ingresos por cotizaciones sociales, que avanzaron un 4,9%.