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El Banco de España constata el buen ritmo de la economía: crecerá un 2,7% este año
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Estima un avance del PIB del 0,7% en el primer trimestre

El Banco de España constata el buen ritmo de la economía: crecerá un 2,7% este año

Eleva en tres décimas su previsión de diciembre y reconoce el error al estimar el impacto de la crisis catalana. Advierte que incluso esta revisión al alza podría quedarse corta

Foto: Vista del Banco de España y la calle Alcalá (Shutterstock)
Vista del Banco de España y la calle Alcalá (Shutterstock)

Hacía más de una década que algo así no ocurría. El Banco de España ha vuelto a subir su previsión de crecimiento (hasta aquí todo normal), pero ha advertido que si hay sorpresas, serán al alza, ya que los economistas podrían estar "infraestimando su dinámica expansiva". No se refiere solo a España, sino a todo el mundo. En otras palabras, que el ritmo de crecimiento está siendo mayor, más sólido y más intenso de lo que prevén los analistas. En definitiva, un escenario de optimismo económico que genera un círculo virtuoso de inversión, consumo y crecimiento como no se había visto desde mediados de la década pasada.

Como consecuencia de este contexto global tan positivo y de las mejoras domésticas, el Banco de España ha vuelto a revisar al alza su previsión de crecimiento de España para el próximo trienio. Para 2018 ha elevado su estimación en nada menos que tres décimas, hasta el 2,7%, lo que confirmaría el dinamismo de la actividad interna. El Banco de España constata que el PIB sigue avanzando al 0,7% trimestral en el inicio del año, lo que supondría mantener la inercia de los dos últimos trimestres. "La economía española ha continuado mostrando un elevado dinamismo al comienzo de 2018", explica Pablo Fernández de Cos, director general de Economía y Estadística del Banco de España.

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante el debate de las pensiones. (EFE)

Además de la mejora del comercio global, dos factores internos apoyan esta revisión al alza de las previsiones de crecimiento. El primero es la política del Gobierno de expansión fiscal, que el BdE prevé que se consolide en los próximos años. Aunque todavía no se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado, ya se han acordado políticas de gasto, como son el incremento de los sueldos de los funcionarios y la contratación de nuevos trabajadores públicos, la subida de las pensiones o las rebajas de impuestos, que prolongarán los estímulos fiscales. En segundo lugar, la recuperación de la normalidad económica en Cataluña con la vuelta a la legalidad, que ha evitado un impacto mayor sobre la actividad productiva.

En consecuencia, el ritmo de crecimiento del PIB se mantendrá en tasas elevadas, del 2,7%, prolongando la inercia económica y dibujando una desaceleración muy lenta a lo largo del trienio. En 2019 la economía crecerá un 2,3% (dos décimas más que en la anterior previsión) y en 2020, un 2,1% (una décima más). El Banco de España ha mejorado su previsión para todos los indicadores salvo uno, la contribución neta de la demanda exterior, como consecuencia del esperado aumento de las importaciones en este escenario de mayor crecimiento.

Si hay un dato importante dentro de su previsión de crecimiento es el referido a la formación bruta de capital fijo de bienes de equipo (maquinaria, capacidad industrial, vehículos de transporte, etc.), esto es, la inversión productiva. La entidad ha elevado en seis décimas su previsión de inversión de diciembre y ahora estima un avance del 5% en el conjunto del año. Una inversión que no solo elevará el avance del PIB en el corto plazo, sino también el crecimiento potencial en el largo plazo.

[La próxima recesión llegará antes de 2020]

Esta revisión al alza de la economía conlleva también una mejora en las previsiones para el mercado laboral. El Banco de España estima un crecimiento del empleo del 2,7%, con lo que avanzaría al mismo ritmo que el PIB (puestos de trabajo equivalente). Si se confirman estas previsiones, se volverán a crear más de 500.000 empleos (en términos de afiliación, supondría superar los 600.000 nuevos cotizantes). La tasa de paro se reduciría en algo más de dos puntos, hasta el 14,2%, para caer finalmente al 11% en 2020.

[España y Grecia, los únicos países europeos que no han recuperado los salarios de 2008]

A pesar de esta mejoría, la tasa de paro todavía seguirá siendo elevada respecto a la que había justo antes de la crisis, lo que indica que todavía existirá una gran holgura en el mercado de trabajo. Como consecuencia, todavía no habrá fuertes tensiones en los salarios y España podrá mantener sus ganancias de poder adquisitivo. "Esta elevada desocupación es uno de los factores que contribuirán a contener el crecimiento salarial, para el cual, no obstante, se espera un repunte a lo largo del próximo trienio en consonancia con la disminución del grado de holgura en el mercado laboral", señala Hernández de Cos.

La política fiscal expansiva agravaría la vulnerabilidad de la economía ante eventuales perturbaciones adversas

A pesar del tono optimista del Banco de España, todavía existen riesgos económicos que no conviene olvidar. La entidad señala que sus previsiones se construyen sobre un escenario de calma política en Cataluña que no está garantizado en el corto plazo. Además, advierte al Gobierno de los riesgos de su política fiscal expansiva. Para comenzar, señala que este año incumplirá el objetivo de reducir el déficit hasta el 2,2%. Con las medidas anunciadas hasta ahora, el desfase presupuestario será del 2,5%, por lo que será necesario un esfuerzo extra en los Presupuestos Generales del Estado para cumplir con Bruselas.

Además, la entidad señala que España se encuentra en un momento del ciclo muy positivo como para reducir sus desequilibrios fiscales, algo que no está haciendo, lo que deja al país en una situación vulnerable ante futuras crisis. El BdE explica que las políticas fiscales expansivas tendrían efectos expansivos en el corto plazo, pero "en un horizonte temporal más dilatado agravaría la vulnerabilidad de la economía ante eventuales perturbaciones adversas, dado el elevado endeudamiento público y la necesidad de acometer un proceso de reducción notable de la deuda pública a medio plazo".

Hacía más de una década que algo así no ocurría. El Banco de España ha vuelto a subir su previsión de crecimiento (hasta aquí todo normal), pero ha advertido que si hay sorpresas, serán al alza, ya que los economistas podrían estar "infraestimando su dinámica expansiva". No se refiere solo a España, sino a todo el mundo. En otras palabras, que el ritmo de crecimiento está siendo mayor, más sólido y más intenso de lo que prevén los analistas. En definitiva, un escenario de optimismo económico que genera un círculo virtuoso de inversión, consumo y crecimiento como no se había visto desde mediados de la década pasada.

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