Por qué el empleo en Cataluña crece al ritmo más rápido desde 2005
La ocupación creció en Cataluña en 133.000 personas en 2017, el mejor año desde 2005. El motivo es que la industria vive un momento histórico: entre octubre y diciembre contrató a 25.600 personas
El buen ritmo del mercado laboral de España se frenó en el último trimestre del año, una noticia inesperada que muestra ciertas señales de agotamiento de la creación de empleo. Si se atiende al discurso alarmista de algunos organismos, lo lógico sería pensar que la culpa fue de Cataluña, que destruyó empleo tras la celebración del referéndum del primero de octubre. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Cataluña vivió el mejor cuarto trimestre de toda la crisis y culminó su mejor año para el empleo desde el año 2005, según los datos de la Encuesta de Población Activa. En concreto, la ocupación en la región aumentó en 113.600 personas, superando los 100.700 empleos que creó en 2015. El ritmo interanual de creación de empleo fue creciendo desde el segundo trimestre del año, pero terminó por dispararse entre octubre y diciembre, justo lo contrario de lo que se esperaba.
De hecho, Cataluña siempre destruye mucho empleo en el último trimestre del año coincidiendo con los meses de temporada baja en el turismo. Incluso en los últimos años, en los que la creación de empleo era muy intensa, la región eliminaba empleo entre octubre y diciembre. Por ejemplo, en el cuarto trimestre de 2016 se redujo la ocupación en 21.300 personas.
Sin embargo, en el cuarto trimestre de 2017 el número de empleos se mantuvo prácticamente estable, apenas se perdieron 400 puestos de trabajo, lo que permite que el crecimiento interanual se disparara. El sector servicios repitió el patrón estructural y destruyó mucho empleo en el último trimestre, algo más de 21.000 ocupados menos, en línea con la pérdida de empleo de 2016. Entonces, ¿cuál fue el factor diferencial? La industria.
[España está al límite de su capacidad industrial]
La previsión de la evolución de la industria ha sido el gran error de los analistas y la gran salvación de Cataluña. El buen momento que vive la economía global se traduce en un incremento de la demanda de bienes de exportación y en este sector, Cataluña es una de las potencias de España. Las fábricas aprovecharon el tirón del comercio global para elevar su producción, lo que generó una contratación histórica en la recta final del año.
En el cuarto trimestre del año se incorporaron 25.600 personas a trabajar en la industria catalana, el mayor crecimiento de la serie histórica. En el último año, las fábricas de la región han aumentado su plantilla en 41.700 personas. Un ritmo de creación de empleo tan intenso que maquilla el resto de sectores y permite que la economía de la región siga creciendo a tasas elevadas. La incapacidad de los analistas para comprender que el repunte del comercio global beneficiaría especialmente a Cataluña es lo que explica por qué la mayoría de las previsiones hayan sido erróneas.
[España no recuperará la ocupación hasta 2021]
Entre octubre y diciembre, el número de ocupados de la industria en el conjunto de España aumentó en 40.600 personas. Esto significa que el 63% del empleo en las fábricas se creó en Cataluña. El resultado es que en España el empleo crece a ritmos del 2,65% interanual, mientras que en Cataluña ha vuelto a acelerar hasta situarse en el 3,55%.
En el conjunto de España, la creación de empleo público sirvió para maquillar la destrucción de puestos de trabajo en el sector privado, cosa que no ocurrió en Cataluña. En España se crearon 12.600 empleos en el sector público, mientras que en Cataluña se perdieron 300 trabajos; por el contrario, en España se destruyeron 63.600 empleos privados, mientras que en Cataluña se mantuvo sin cambios.
El buen ritmo del mercado laboral de España se frenó en el último trimestre del año, una noticia inesperada que muestra ciertas señales de agotamiento de la creación de empleo. Si se atiende al discurso alarmista de algunos organismos, lo lógico sería pensar que la culpa fue de Cataluña, que destruyó empleo tras la celebración del referéndum del primero de octubre. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.