España está al límite de su capacidad industrial: tiene el 80% en funcionamiento
Buenas noticias para la economía española: cada vez que las empresas alcanzan este nivel ponen en marcha un nuevo ‘boom’ inversor para aprovechar el tirón de la demanda
A pesar de la crisis política que vive España, el sector industrial pasa por un momento dorado. Las economías desarrolladas están en su mejor fase desde el estallido de la crisis económica y generan una gran demanda para los productos y servicios que produce el país, especialmente de bienes industriales. Las empresas han aprovechado esta coyuntura para poner en uso toda la capacidad que tienen instalada y así satisfacer esta demanda creciente.
El resultado es que al finalizar 2017 España ya tenía en producción el 80% de su capacidad industrial, según reflejan los datos de la 'Encuesta de coyuntura industrial' que elabora el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Esta es la cifra más alta desde el tercer trimestre de 2008, justo cuando se produjo la quiebra de Lehman Brothers y la posterior crisis económica mundial. En ese momento, la demanda global se hundió y las empresas empezaron a despedir a trabajadores y a cerrar plantas completas de sus fábricas.
En apenas un año, España pasó de utilizar el 80% de su capacidad industrial a emplear menos del 70%, lo que significa que un tercio estaba parado. El funcionamiento del sector se mantuvo bajo mínimos hasta el año 2013, cuando se inició la recuperación económica y pudo volver a crecer. Actualmente, con el 80% de la capacidad en uso, la industria se aproxima ya al límite de su potencial y algunos sectores comienzan a mostrar signos de agotamiento.
La aportación de la industria al PIB ha crecido ininterrumpidamente desde el primer trimestre de 2014. En estos meses cumple su cuarto año consecutivo de crecimiento, lo que ha contribuido a llevar el exceso de capacidad al mínimo. Desde entonces, la producción industrial ha crecido un 17%, un avance que va en línea con el resto de la economía española.
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La industria aporta actualmente poco más del 16% del PIB nacional, lo que significa que ha recuperado los niveles que tenía antes de la crisis. Tras el estallido de Lehman Brothers, la producción se hundió un 11%, lo que demuestra que la industria tampoco es ajena al ciclo económico. En menos de un año pasó a aportar apenas un 15% del PIB, lo que significa que es el sector que más se contrajo al inicio de la crisis. Eso sí, pese a su recuperación desde 2014, la industria está muy lejos de aportar el 20% que suponía a finales de los años noventa.
La inversión se disparará
El ritmo de la recuperación del sector industrial ha sido tan intenso que se han agotado tanto la capacidad instalada como las nuevas plantas puestas en funcionamiento en los últimos años. En otras palabras, el avance del sector ha sido más rápido que el esfuerzo inversor. Desde el verano de 2013, cuando se inicia la recuperación económica, la inversión destinada a la formación bruta de capital fijo (FBCF) ha crecido a un ritmo medio del 8% anual.
En algunos momentos, la inversión llegó a superar el 10%, pero aun así se ha agotado toda la nueva capacidad instalada. En las últimas décadas, cada vez que la industria llegaba a emplear el 80% de su capacidad se iniciaba una fase alcista en la inversión para aprovechar al máximo la demanda existente en el mercado.
La fase que va de 2004 a 2007 es el mejor ejemplo de cómo las empresas invierten cuando hay demanda y van agotando la capacidad instalada. En esos años, la economía española siempre utilizó más del 80% de su capacidad (como ha empezado a ocurrir ahora) y la inversión en FBCF se situó, de media, en el 9% anual. Un ritmo que incluso supera al vivido en los últimos años y que muestra hasta qué punto España puede iniciar ahora un nuevo ciclo de inversión productiva.
El uso de capacidad industrial del 80% muestra que España está cerrando su ‘output gap’ y empieza a generar tensiones para elevar la producción
La segunda lectura derivada de este uso de la capacidad industrial es hasta qué punto España está consiguiendo cerrar su ‘output gap’. Este concepto merece una explicación más detallada. La contracción de la economía hizo que una buena parte de los recursos productivos dejara de utilizarse y se quedara ociosa. En el caso del capital humano, esto significa un aumento del desempleo; en el caso del capital físico, un incremento del exceso de capacidad.
[La competitividad rompe España]
Por el contrario, la recuperación está provocando que estos recursos ociosos se vayan poniendo en funcionamiento, lo que significa que el país va recortando su brecha respecto al PIB potencial que puede alcanzar. El dato del uso de capacidad industrial alcanzando el 80% muestra que España está cerrando su ‘output gap’ y que empieza a haber tensiones para elevar la producción. Ya no vale con poner a trabajar los recursos ociosos, sino que las empresas necesitan invertir para mantener su crecimiento.
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Esto significa que la economía española está cada vez más cerca de su nivel de equilibrio. Cuando pase este punto, la teoría económica anticipa que se generarán tensiones inflacionistas en la economía, ya que será más caro elevar la producción. En el caso del mercado laboral, España también está cerca de su tasa estructural de paro, lo que podría empezar a generar tensiones en los salarios, al menos en los sectores punteros. Sin embargo, toda la literatura económica se enfrenta a un doble reto: la robotización y la globalización, lo que podría alterar el comportamiento tradicional del mercado. Estos dos conceptos responden a la idea de producir más barato, lo que podría explicar por qué no se genera inflación en los países que ya han superado su PIB potencial.
A pesar de la crisis política que vive España, el sector industrial pasa por un momento dorado. Las economías desarrolladas están en su mejor fase desde el estallido de la crisis económica y generan una gran demanda para los productos y servicios que produce el país, especialmente de bienes industriales. Las empresas han aprovechado esta coyuntura para poner en uso toda la capacidad que tienen instalada y así satisfacer esta demanda creciente.
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