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Draghi ‘sube la apuesta’ de Yellen y eleva su previsión de crecimiento en 5 décimas
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“Las previsiones son muy positivas”

Draghi ‘sube la apuesta’ de Yellen y eleva su previsión de crecimiento en 5 décimas

El BCE celebra el buen momento de la economía europea y estima que el PIB crecerá un 2,3% en el próximo ejercicio. Anticipa que el ‘output gap’ se cerrará rápidamente en 2018

Foto: El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (Reuters)
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (Reuters)

Hace 12 meses el Banco Central Europeo (BCE) esperaba una pequeña desaceleración de la economía europea para este año y para los siguientes, con un crecimiento del PIB en el entorno del 1,7%. Una vez más sus estimaciones fracasaron y la región termina el año con un gran dinamismo y una inercia fuerte para los próximos ejercicios. La entidad presidida por Mario Draghi considera que el PIB ha crecido este año un 2,4%, esto es, siete décimas más de lo previsto. La tendencia es tal que el BCE también ha elevado su estimación para 2018 hasta el 2,3%, cinco décimas más de lo que esperaba en septiembre.

Una revisión tan fuerte de las estimaciones económicas no es habitual, lo que explica hasta qué punto el ritmo de la actividad está sorprendiendo a los expertos en la recta final del año. Draghi lo ha resumido en una sola frase: “Las previsiones de crecimiento son muy positivas”, un optimismo poco común en el presidente del BCE. Además de "sólido" el crecimiento económico está "bien extendido" por sectores y países, lo que eleva la confianza de la entidad para realizar tal subida en la previsión del PIB en apenas dos meses. Sirva como comparativa que el Gobierno español estimó también en cinco décimas el coste de la incertidumbre de Cataluña para España, con todo el ruido que ello generó en los medios.

Foto: La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen.

En este contexto, la entidad ha realizado su última reunión del año, en la que ha decidido mantener sin cambios todos sus estímulos monetarios y en la que ha actualizado su cuadro de previsiones macroeconómicas. Esta contundente revisión al alza de las estimaciones sigue a la que realizó la Reserva Federal en su reunión del martes, cuando elevó en cuatro décimas su previsión para el PIB de EEUU, hasta el 2,5%.

[El BCE celebra el repunte del PIB por primera vez en una década]

Tanto Draghi como la presidenta de la Fed, Janet Yellen, cierran el año con un discurso muy optimista que sirve para dar por finiquitada la crisis económica en el mundo desarrollado. Por primera vez los bancos centrales se han encontrado con que la realidad económica ha superado con creces a sus estimaciones. Draghi ha presumido de que “el crecimiento en Europa es más sólido” que en Estados Unidos, sin embargo, la economía americana “está en un estadio del ciclo más avanzado, en especial cuando miramos el comportamiento de los salarios nominales”, que en EEUU crecen, mientras que en Europa siguen estancados.

El riesgo de deflación en la eurozona ha desaparecido definitivamente

El problema al que se enfrenta el BCE es que la inflación todavía sigue ralentizada. La entidad esima que en 2018 el IPC se frenará en una décima, hasta el 1,4%, para acelerar posteriormente hasta alcanzar el 1,7% en 2020, lo que muestra una recuperación de los precios muy débil. Draghi reconoce que todavía no hay presiones inflacionistas y que es consecuencia del 'output gap'. En otras palabras, que la economía europea todavía tiene muchos recursos ociosos, en especial como consecuencia del desempleo, que impide que se genere competencia en los precios.

Foto: Oficina del INEM en el complejo de Azca, en Madrid. (EFE)

La buena noticia que deja Draghi para terminar el año es que estima que esta 'brecha del producto' se "irá cerrando en 2018" gracias a la creación de empleo. Esto significa que mejorarán las condiciones de los trabajadores y también la inflación será más sólida "a medida que continúe la recuperación del mercado laboral". Lo que sí ha querido dejar claro Draghi es que "el riesgo de deflación ha desaparecido definitivamente", algo que hace solo un año quitaba el sueño a los miembros del BCE.

Es esta debilidad de la inflación lo que impide que la entidad pueda desmontar sus estímulos monetarios pese a la mejoría de la actividad económica. Draghi ha anunciado que seguirá los planes previstos y reducirá el programa de compra de activos (APP) hasta 30.000 millones de euros mensuales a partir de enero y seguirá así hasta septiembre "o más si es necesario". También mantendrá los tipos de interés en el mínimo histórico actual una vez culmine la expansión de su balance.

Hace 12 meses el Banco Central Europeo (BCE) esperaba una pequeña desaceleración de la economía europea para este año y para los siguientes, con un crecimiento del PIB en el entorno del 1,7%. Una vez más sus estimaciones fracasaron y la región termina el año con un gran dinamismo y una inercia fuerte para los próximos ejercicios. La entidad presidida por Mario Draghi considera que el PIB ha crecido este año un 2,4%, esto es, siete décimas más de lo previsto. La tendencia es tal que el BCE también ha elevado su estimación para 2018 hasta el 2,3%, cinco décimas más de lo que esperaba en septiembre.

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