Montoro y sus colegas europeos advierten a Washington del impacto de su reforma fiscal
Temen que las medidas que se tramitan al otro lado del Atlántico realmente no estén orientadas a reducir la elusión fiscal, sino que lastren a las empresas no estadounidenses
Respeto a las “obligaciones internacionales” que Estados Unidos ha suscrito. Esto es lo que piden España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido a Washington, en una misiva a la que ha tenido acceso El Confidencial y en la que muestran su “gran preocupación” ante la reforma fiscal emprendida por la Administración de Donald Trump.
Los ministros de Hacienda de estos países, entre ellos el español Cristóbal Montoro, temen que las medidas que se están tramitando al otro lado del Atlántico realmente no estén orientadas a reducir la elusión fiscal, sino que lastren a las empresas no estadounidenses. Por ejemplo con doble imposición, subsidios ilegales a la exportación o tasas que solo afectarían a transacciones de bienes y comercios extranjeros.
En su misiva dirigida al secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, los ministros de las cinco mayores economías europeas no esconden su inquietud y señalan medidas concretas que consideran problemáticas.
Discriminación y doble imposición
Bruno Le Maire (Francia), Pier Carlo Padoan (Italia), Peter Altmaier (Alemania), Philip Hammond (Reino Unido) y Montoro avisan de que la 'Excise tax' podría “discriminar (a las empresas extranjeras) de un modo que es contrario a las normas internacionales de la Organización Mundial del Comercio”.
También advierten de que las normas BEAT no están bien enfocadas a evitar la erosión de la base imponible -por ejemplo, a través de la ingeniería fiscal-, como se supone. Y, en cambio, sí que pesarán sobre las empresas no estadounidenses.
“Tendrán un impacto sobre disposiciones comerciales reales que supongan pagos a empresas extranjeras que ya están gravadas con un tipo equivalente o mayor que el estadounidense”, señalan. Estas compañías correrán por tanto el riesgo de sufrir doble imposición.
Riesgo para la banca
Además, BEAT “tiene el potencial de ser extremadamente dañina para la banca internacional y el negocio de seguros, ya que las transacciones internacionales que se lleven a cabo dentro de los propios grupos no serán deducibles y estarán sujetas a una imposición del 10 %”, argumentan.
De aprobarse, “tendría un impacto serio en el funcionamiento y desarrollo de los mercados financieros internacionales”, avisan.
Sugieren que podrían llevarles ante la OMC
También apuntan a GILTI, que plantea un impuesto corporativo reducido del 12,5 % para algunas compañías de modo que “subvencionaría exportaciones, respecto al consumo doméstico”.
Recalcan que esto podría ser considerado una “subvención ilegal a las exportaciones”, bajo el paraguas de la Organización Mundial del Comercio, ante la que “podría ser cuestionada”. Una manera diplomática de mandar una seria advertencia.
La carta finaliza con una demanda explícita a Mnuchin de que “tenga en mente estas preocupaciones durante el resto de procedimientos” y la petición de que se busque un “compromiso razonable y equilibrado” durante la reforma fiscal.
Respeto a las “obligaciones internacionales” que Estados Unidos ha suscrito. Esto es lo que piden España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido a Washington, en una misiva a la que ha tenido acceso El Confidencial y en la que muestran su “gran preocupación” ante la reforma fiscal emprendida por la Administración de Donald Trump.