Cierre de autoescuelas y 500 despidos: "Me prejubilo por la huelga de examinadores"

Joseba está a punto de cumplir 63 años y nunca antes se le había pasado por la cabeza la idea de prejubilarse. Hasta hoy. Su día a día es "mirar al techo" con la esperanza de que la puerta de su autoescuela se abra, algo que apenas sucede desde septiembre. "No es que no se apunten, es que ya no vienen ni a preguntar", explica tras dejar claro que el volumen de alumnos inscritos en otoño es un 75% inferior al de otros años. No hay ingresos y los gastos siguen siendo los mismos. Si la situación no mejora, está dispuesto a retirarse aunque eso suponga renunciar a una parte de su pensión.

La huelga de examinadores está detrás del cierre de 114 autoescuelas desde junio, momento en el que arrancaron las movilizaciones. "En enero serán 200", estima el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas (CNAE) al recordar que el colectivo ha prorrogado los paros hasta finales de diciembre (como mínimo). José Miguel Báez cifra en 500 los despidos de profesores, administrativos o recepcionistas como consecuencia del 'impasse' en el sector; eso sin contar con las reducciones (forzosas) de jornada.

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Los 'novatos' al volante no quieren apuntarse a la autoescuela en balde, algo lógico si tenemos en cuenta que el retraso medio para examinarse es de dos meses. "Tráfico ni siquiera te avisa con antelación de las fechas. Los alumnos se enteran la noche de antes y los presentamos como estén" por miedo a tener que esperar otras seis semanas, explica Pablo (nombre ficticio), propietario y profesor de otra autoescuela en País Vasco.

"Ni en los peores momentos de la crisis económica estuvimos tan mal"

En su caso, no ha recibido nuevas matriculaciones de alumnos (en algunas secciones) desde principios de septiembre. "Ni en los peores momentos de la crisis económica estuvimos tan mal. La huelga nos está haciendo mucho daño y la jefatura provincial de tráfico nos maltrata porque no nos coge el teléfono ni nos contesta a los emails".

Tras un amago de acuerdo frustrado, la DGT decretó servicios mínimos al 50% en diciembre y se comprometió a incorporar 120 nuevos examinadores, una cifra "insuficiente" a ojos de CNAE. "Hay 300 profesionales menos que antes de la crisis", señala Báez en referencia a la plantilla actual (más de 600 en toda España).

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¿Qué piden los examinadores?

Otro de los puntos de fricción tiene que ver con los salarios. El Gobierno ofreció un aumento de 150 euros mensuales, inferior a los 250 euros (vía pluses y en 14 pagas) que pedían los examinadores. "Lo solicitado por este colectivo es justo, proporcionado y fue acordado en 2015", precisa la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) en su página web.

La DGT también puso encima de la mesa un plan de promoción interna con la convocatoria de 435 plazas, así como una subida del 4% en el importe mensual de productividad. La carga de trabajo se reduciría a 11 pruebas al día (en lugar de 12), si bien los trabajadores no han aceptado ninguna de las propuestas. Según fuentes del sector, los funcionarios que se han formado durante dos meses y medio para convertirse en examinadores cobran unos 1.400 euros al mes en 14 pagas.

Ya se han aplazado 200.000 exámenes (unas 3.000 pruebas diarias). Al menos 100.000 alumnos tendrán que esperar para hacerse con su carnet de conducir. "Nos están arruinando", lamenta Báez tras admitir que la patronal ha llegado a plantearse el cierre temporal de todas las autoescuelas (9.200 en España y más de 30.000 profesionales) para ahorrar costes.

La confederación exige al gobierno que explore alternativas (otro modelo de gestión, por ejemplo) para desatascar el conflicto. Pablo ve difícil salida a una crisis que, a diferencia de la económica, no puede capearse con bajadas agresivas de precios.