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La reforma de las pensiones se atasca y los partidos ya descartan un acuerdo este año
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Los partidos catalanes se han salido de las negociaciones

La reforma de las pensiones se atasca y los partidos ya descartan un acuerdo este año

Las negociaciones han entrado en punto muerto: el Pacto de Toledo lleva meses sin conseguir un solo avance y Empleo no ha vuelto a sentarse con los agentes sociales desde marzo

Foto: La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, en el Congreso. (EFE)
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, en el Congreso. (EFE)

La reforma del sistema de pensiones era uno de los objetivos prioritarios del Gobierno para esta legislatura. No solo porque es una de las reformas pendientes más importantes para garantizar el Estado de bienestar, también por la urgencia del grave desfase presupuestario que sufre desde el año 2012. Por ello, el Gobierno puso en marcha rápidamente la comisión del Pacto de Toledo en el Congreso y, de forma paralela, la Mesa de Pensiones con los agentes sociales. Lo hizo solo unas semanas después de conseguir la investidura de Mariano Rajoy. Sin embargo, desde entonces ha pasado casi un año y no se ha producido un solo avance significativo. El Pacto de Toledo sigue estancado en la segunda recomendación (y la primera todavía no está cerrada del todo) y el Ministerio de Empleo no ha vuelto a convocar a los agentes sociales desde marzo.

Todos los responsables se echan la culpa mutuamente del fracaso en las conversaciones, pero la mayoría admiten que será imposible alcanzar un acuerdo este año, ni en el Congreso ni en la Mesa de Pensiones, dado el ritmo al que avanzan las negociaciones. "No avanzamos porque nos encasillamos en comas, las posiciones están muy definidas y nadie se deja convencer por nadie", explica Alberto Montero, portavoz de Unidos Podemos en la comisión del Pacto de Toledo. "Para renovar las recomendaciones del Pacto de Toledo no tenemos que entrar en debates concretos, porque si no es todo mucho más complejo", señala Gerardo Camps, portavoz del Partido Popular en el pacto, "eso sí, si lo que queremos es modificar el índice de revalorización de las pensiones, entonces no acabaremos nunca".

Foto: Jubilados en una playa. (EFE)

Las negociaciones se bloquearon durante la primavera debido al proceso de primarias del PSOE y no se retomaron hasta la victoria de Pedro Sánchez. Sin embargo, cuando los distintos partidos intentaron avanzar para cerrar las recomendaciones antes de final del año, se encontraron rápidamente con posiciones enconadas que no son fáciles de vencer. La recomendación primera del pacto está casi cerrada, pero la segunda, que trata precisamente la suficiencia de las pensiones, lleva meses embarrada. "No creo que lleguemos a un acuerdo este año, no solo por falta de voluntad, también por la dinámica de trabajo", augura Montero.

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En las reuniones a puerta cerrada hay discusiones, algunas más acaloradas que otras, pero nadie cede. El Gobierno y Ciudadanos abogan por mantener el índice de revalorización de las pensiones (IRP) tal y como está establecido para evitar que se dispare el gasto del sistema, de modo que sea insostenible por sí mismo y sea necesario subir los impuestos para financiarlo. Por su parte, PSOE y Unidos Podemos insisten en la urgencia de recuperar la indexación al IPC y así mantener el poder adquisitivo, cueste lo que cueste al resto de españoles.

No avanzamos porque nos encasillamos en comas, las posiciones están muy definidas y nadie se deja convencer por nadie

El Partido Popular insiste en cerrar unas recomendaciones generales que reconozcan que el sistema tiene que pagar pensiones suficientes, pero no entrar en la discusión de cómo realizar la revalorización. Sin embargo, tanto PSOE como Unidos Podemos consideran que precisamente es el Pacto de Toledo el lugar donde debe realizarse este debate. "El Partido Popular tiene que negociar cómo mantener el poder adquisitivo de las pensiones y eso significa que acepte buscar nuevas vías de financiación para la Seguridad Social", explica Magdalena Valerio, secretaria ejecutiva de Seguridad Social y Pacto de Toledo del PSOE.

placeholder Marcha por unas pensiones dignas en Madrid. (EFE)
Marcha por unas pensiones dignas en Madrid. (EFE)

Menos pensiones o más impuestos

El IRP, tal y como está formulado, supone que las pensiones se revalorizarán el mínimo fijado en la ley, del 0,25%, durante varios años a no ser que se aumenten los recursos del sistema. Lo que hace este índice es determinar la subida de las pensiones en función de la sostenibilidad de la Seguridad Social, de modo que mientras persista el déficit, el incremento de la paga será el mínimo. Esta reforma garantiza —junto al factor de sostenibilidad, que rebaja la pensión inicial conforme aumente la esperanza de vida— que el gasto en pensiones se mantendrá por debajo del 12% del PIB incluso en los momentos en los que se haya jubilado toda la generación del 'baby boom'. Una cuantía que es perfectamente asumible para un país, pero que condena a una fuerte caída de las pensiones, las existentes y las futuras.

Foto: Foto: EFE.

El IRP, por sí mismo, no baja las pensiones, simplemente ajusta ingresos y gastos. Si los partidos buscan fórmulas para elevar los recursos de la Seguridad Social con fondos procedentes de los Presupuestos Generales del Estado o más cotizaciones sociales, el IRP determinará una revalorización mayor. Eso sí, también aumentará el porcentaje del PIB destinado al pago de las pensiones, lo que tendrá que hacerse subiendo los impuestos y, por tanto, restando renta disponible a los trabajadores.

Menos pensiones o más impuestos es el gran debate que no consigue cerrar el Pacto de Toledo. El Partido Popular quiere pasar de largo esta cuestión y cerrar la recomendación de forma mucho más general, que reconozca que las pensiones tienen que ser suficientes. En otras ocasiones se hizo así, pero esta vez la oposición se niega a aceptar el IRP y firmar un acuerdo en el que no se aborde su debate. "Recuperar el IPC y mejorar las fuentes de financiación son nuestras dos líneas rojas", explica Valerio. "Podemos aceptar el IRP como indicador de la sostenibilidad del sistema, pero la diferencia con el IPC se tiene que garantizar, aunque sea con ingresos fiscales", apunta Montero.

Podemos aceptar el IRP como indicador de la sostenibilidad del sistema, pero la diferencia con el IPC se tiene que garantizar

Para el Gobierno, es un problema abordar en este momento el debate de las fuentes de financiación, ya que supondría pasar una buena parte del déficit de la Seguridad Social a la Administración central. O incluso pasarlo todo. El Ministerio de Hacienda ya incumple sistemáticamente el objetivo de déficit fijado para la Administración central (lo compensa con el superávit de los ayuntamientos), por lo que tendría muchos más problemas si tiene que asumir el desfase de las pensiones. Para cerrarlo, sería necesario subir los impuestos, pero en este punto de la legislatura el Gobierno no se plantea esta posibilidad, por lo que es más cómodo esperar que pase el tiempo y resolver el problema en el futuro.

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En la Mesa de Pensiones, el Gobierno también se encuentra con la exigencia de recuperar el IPC. Los sindicatos tampoco aceptarán un acuerdo que no garantice el poder adquisitivo, algo que dejaron muy claro al Ministerio de Empleo en los primeros acuerdos. También ellos exigen una subida de los impuestos para elevar el gasto en pensiones como porcentaje del PIB. Desde entonces, no han vuelto a recibir ninguna convocatoria de Empleo y el diálogo social sigue congelado.

En este contexto, la situación en Cataluña supone una losa más para el diálogo. En primer lugar, porque el Gobierno ha perdido un apoyo imprescindible que encontró en el PNV hace unos meses para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2017. Y en segundo lugar, y lo que es más importante todavía, ERC y PDeCAT llevan más de un mes sin asistir a las reuniones privadas del Pacto de Toledo. Dejaron de acudir cuando el Parlament inició el desarrollo legislativo para soportar el referéndum del 1-O y desde entonces no han vuelto. Esto supone un boicot al Pacto de Toledo que genera malestar entre el resto de partidos y dificulta más cualquier avance. El año entra ya en su recta final y no hay ningún atisbo de que la reforma de las pensiones pueda salir adelante en el corto plazo.

La reforma del sistema de pensiones era uno de los objetivos prioritarios del Gobierno para esta legislatura. No solo porque es una de las reformas pendientes más importantes para garantizar el Estado de bienestar, también por la urgencia del grave desfase presupuestario que sufre desde el año 2012. Por ello, el Gobierno puso en marcha rápidamente la comisión del Pacto de Toledo en el Congreso y, de forma paralela, la Mesa de Pensiones con los agentes sociales. Lo hizo solo unas semanas después de conseguir la investidura de Mariano Rajoy. Sin embargo, desde entonces ha pasado casi un año y no se ha producido un solo avance significativo. El Pacto de Toledo sigue estancado en la segunda recomendación (y la primera todavía no está cerrada del todo) y el Ministerio de Empleo no ha vuelto a convocar a los agentes sociales desde marzo.

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