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El mercado descarta la independencia de Cataluña y dispara las compras de su deuda
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Suma ya cinco jornadas seguidas de calma

El mercado descarta la independencia de Cataluña y dispara las compras de su deuda

En el momento en que Puigdemont suspendió la DUI, los inversores volvieron a comprar deuda de la Generalitat. Los bonos españoles cotizan ya en una situación mejor que antes del 1-O

Foto: El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante su comparecencia para la DUI en el Parlament. (EFE)
El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante su comparecencia para la DUI en el Parlament. (EFE)

Hace una semana, el mercado vivía su momento de mayor tensión por el desafío independentista. Los inversores temían la comparecencia del 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, ante el Parlament, ya que esperaban que realizara la declaración unilateral de independencia (DUI). En su lugar, decidió dejar la DUI en suspenso y el mercado comprendió que no será sencillo que el Govern se atreva a dar el salto al vacío. Desde ese momento se han disparado las compras de deuda española, en especial los bonos de la Generalitat, que suman cinco días de subida de precio y, por tanto, caída de su rentabilidad.

El mejor bono para analizar la reacción de los inversores es uno con vencimiento en junio de 2018, ya que es uno de los más líquidos (por lo que la formación de precios es más real) y, además, vence en ocho meses, con lo que refleja bien lo que piensa el mercado sobre el futuro inmediato de la región. La rentabilidad de este bono se disparó a partir del referéndum del 1-O y en apenas siete sesiones alcanzó el 3,61%. Una escalada de 153 puntos básicos que demostró que una Cataluña independiente tiene las puertas del mercado completamente cerradas. Unas rentabilidades tan altas para un título con vencimiento en ocho meses solo se producen en países con inflaciones elevadas o con una situación financiera muy delicada y dependiente de la asistencia financiera del FMI.

Foto: El vicepresidente económico de Cataluña, Oriol Junqueras. (Reuters)

Desde la declaración de independencia suspendida, los inversores empezaron a calmarse y volvieron a comprar bonos catalanes. El bono con vencimiento en 2018 ha relajado su rentabilidad en 110 puntos básicos tras cinco días de compras continuas, una caída que es poco común en los mercados de deuda. Tras este descenso, el mercado exige hoy un retorno del 2,5% a esta deuda, que está ya a menos de 40 puntos básicos de regresar a los niveles previos al referéndum.

Estos datos confirman que el escenario base que manejan los inversores internacionales es que Cataluña seguirá formando parte de España. También estiman que la tensión política se mantendrá en el tiempo, lo que sigue reflejado en las altas rentabilidades que todavía exigen a su deuda. Pero lo más importante es que actualmente no descuentan que la Generalitat vaya a tener demasiados problemas para afrontar el pago de estos bonos a su vencimiento, que se tendrá que hacer con el apoyo del Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

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El Tesoro Público también se beneficia de esta situación de calma en los mercados. Los bonos españoles sufrieron una semana de alta tensión en los mercados posterior al referéndum del 1-O, pero desde la declaración de Puigdemont se han relajado mucho. Tanto, que todos los títulos con vencimientos superiores a los cinco años cotizan con rentabilidades más bajas que las que pagaban antes del referéndum. Por ejemplo, la referencia a 10 años cotiza por debajo del 1,6%, cinco puntos básicos mejor que antes del 1-O.

El Tesoro ha vuelto hoy a los mercados para colocar deuda a tres y nueve meses, pagando tipos más altos que en las dos emisiones anteriores, pero todavía en negativo, esto es, cobra a los inversores que compran sus letras. La subida en estos plazos más cortos responde a factores externos y no a las dudas de Cataluña, lo que demuestra que los inversores han vuelto a una situación de calma total con España. Los factores que afectan a la subida de las letras son, el primero, la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) comience a reducir sus estímulos en las próximas semanas, lo que ya afectaría a estos títulos. Y el segundo, que el BCE solo compra deuda de medio y largo plazo, por lo que no asiste a los plazos más cortos.

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

Sin duda, la buena evolución de los mercados internacionales está ayudando a calmar las rentabilidades de la deuda española. Esto explica que, aunque la deuda de los bonos españoles sume ya una semana de relajación, la prima de riesgo no se haya contenido tanto. El diferencial del bono español con el alemán se sitúa hoy en los 120 puntos básicos, todavía por encima de los 114 puntos que pagaba antes del referéndum, pero lejos de los 134 puntos básicos que llegó a alcanzar tras la consulta.

Hace una semana, el mercado vivía su momento de mayor tensión por el desafío independentista. Los inversores temían la comparecencia del 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, ante el Parlament, ya que esperaban que realizara la declaración unilateral de independencia (DUI). En su lugar, decidió dejar la DUI en suspenso y el mercado comprendió que no será sencillo que el Govern se atreva a dar el salto al vacío. Desde ese momento se han disparado las compras de deuda española, en especial los bonos de la Generalitat, que suman cinco días de subida de precio y, por tanto, caída de su rentabilidad.

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