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El Gobierno congela los PGE y enviará a Bruselas un plan que incumple el déficit
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Cataluña bloquea cualquier avance en Madrid

El Gobierno congela los PGE y enviará a Bruselas un plan que incumple el déficit

Moncloa ha congelado la negociación de los Presupuestos. Este fin de semana remitirá a la Comisión el Plan Presupuestario de 2018 sin cambios de política y con un déficit superior al objetivo

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

El Gobierno confiaba en que la tensión independentista en Cataluña empezase a remitir tras el referéndum fracasado del 1-O. Nada más lejos de la realidad, la tensión ha ido en aumento, con discursos en televisión, manifestaciones multitudinarias de todos los colores y una declaración de independencia suspendida para iniciar un diálogo. Así ha pasado ya una semana y media, y el Ministerio de Hacienda todavía no ha retomado las negociaciones con los partidos políticos y los sindicatos. “No ha vuelto a producirse ningún acercamiento desde finales de septiembre”, confirman los sindicatos.

El Ejecutivo ya da la semana por agotada, puesto que mañana es festivo, y así se habrá pasado la primera quincena del mes, que es el margen que tienen los países para mandar a la Comisión Europea su Plan Presupuestario para el siguiente ejercicio. El Ministerio de Hacienda remitirá el documento el próximo lunes, pero no incorporará ningún cambio de política fiscal, ya que a día de hoy no tiene ninguna certeza de que consiga sacar adelante las cuentas del Estado para 2018.

Foto: Luis de Guindos. (EFE)

Sin nuevas medidas de ajuste, ya sea por la vía de los impuestos o del gasto, no podrá reducir el déficit al ritmo fijado por Bruselas. Por lo tanto, no tiene más remedio que enviar un Plan Presupuestario para 2018 que incumple el objetivo fijado en el 2,2% del PIB, según confirman fuentes del Ejecutivo. España tiene que cerrar 2017 con un déficit del 3,1%, cifra que es factible dado el ritmo de la recaudación y el control del gasto que está realizando este año. Esto significa que, sin cambios en la política económica, todo el ajuste del déficit vendrá por el aumento de la recaudación impulsado por la inflación y el crecimiento.

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El Ministerio de Hacienda todavía no tiene cerrada la estimación de déficit que enviará el lunes a Bruselas, pero estará en el entorno del 2,6% del PIB para no desviarse de las estimaciones que manejan los organismos internacionales. Esta es la previsión que tienen actualmente la Comisión Europea, el Banco de España y el consenso de mercado recogido por Bloomberg. Esto significa que el ajuste a incluir en los Presupuestos será de unos 5.000 millones de euros, ya sea por la vía de los ingresos o de los gastos.

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Lo que sí hará el Ministerio de Economía es actualizar el cuadro macroeconómico, aunque el margen de maniobra que tiene es muy limitado. El ministro Luis de Guindos explicó el martes que su intención es revisar las cifras para ajustarlas a las previsiones de los organismos internacionales y las casas de análisis. Eso significa que las posibilidades de elevar su estimación son muy reducidas. Actualmente, el cuadro macro del Gobierno recoge una previsión de PIB para 2018 del 2,6%, por encima del 2,5% que contemplan el FMI, el Banco de España y el consenso de mercado, y del 2,4% que mantienen la Comisión Europea y la OCDE.

Todo parado por Cataluña

El Gobierno confía en retomar las negociaciones de los Presupuestos lo antes posible, pero la realidad es que todo en Madrid está parado a la espera de lo que ocurre en Cataluña. La débil mayoría que había conseguido aglutinar el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha venido abajo, ya que el PNV no puede sostener unos Presupuestos del Partido Popular con este nivel de tensión con la Generalitat.

La intención inicial era dejar pasar unos días tras el referéndum y retomar los contactos poco después, pero la presión independentista, lejos de cesar, sigue en su máximo nivel. La declaración del 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, del martes deja en el aire la declaración unilateral de independencia (DUI) y bloquea cualquier negociación en los próximos días.

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, interviene durante la sesión de control al Gobierno. (EFE)

La cuenta atrás ya empieza a presionar al Gobierno. Su intención es aprobar las cuentas este año para que empiecen a funcionar el 1 de enero de 2018 y así no sea necesario prorrogar el Presupuesto. Sin embargo, todavía están pendientes toda la negociación con el PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias, el acuerdo con los sindicatos y el trámite en el Congreso y el Senado. Los tiempos se van ajustando y, a menos que se consiga un avance muy rápido a finales de octubre, será complicado que el Gobierno pueda llegar a tiempo.

Todavía están pendientes toda la negociación con el PNV, Coalición Canaria, Nueva Canarias y los sindicatos y el trámite parlamentario

España cuenta este año con tres ventajas respecto a 2016, cuando Bruselas presionó con fuerza para que el Gobierno enviara su nuevo Plan Presupuestario. Ese año, el país venía de incumplir el objetivo de déficit, por lo que tuvo que mandar su Informe de Acción Efectiva en el que mostraba cómo iba a hacer para reconducir sus cuentas públicas. Pero como en 2016 cumplió, este año no tiene que explicar el desfase. La segunda ventaja es que España va camino de cumplir este año el objetivo, cosa que no estaba clara hace justo un año, lo que hace que todo el mundo en la Comisión esté más tranquilo con el ritmo de ajuste del desfase presupuestario. Y la tercera es que, aunque en 2018 no se cumpla con el objetivo de déficit, seguro que bajará del 3%, lo que permitirá a España salir del Procedimiento de Déficit Excesivo.

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En este contexto de gran dificultad política por la fragmentación del Parlamento y las tensiones independentistas, la Comisión será comprensiva con España. El Gobierno espera que sea prudente en su discurso y en sus exigencias. Esto significa que, pese a que el Plan Presupuestario que enviará Hacienda a Bruselas el lunes no se ajuste a la décima concreta, no tendrá una reprimenda severa de los comisarios europeos.

El Gobierno confiaba en que la tensión independentista en Cataluña empezase a remitir tras el referéndum fracasado del 1-O. Nada más lejos de la realidad, la tensión ha ido en aumento, con discursos en televisión, manifestaciones multitudinarias de todos los colores y una declaración de independencia suspendida para iniciar un diálogo. Así ha pasado ya una semana y media, y el Ministerio de Hacienda todavía no ha retomado las negociaciones con los partidos políticos y los sindicatos. “No ha vuelto a producirse ningún acercamiento desde finales de septiembre”, confirman los sindicatos.

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