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Las fortalezas económicas que están en juego en Cataluña por el desafío independentista
  1. Economía
Muchos indicadores, por encima de la media

Las fortalezas económicas que están en juego en Cataluña por el desafío independentista

Los últimos registros macroeconómicos publicados reflejan el buen momento económico que ha vivido hasta ahora la región. Sin embargo, las tensiones políticas podrían desbaratar las previsiones

Foto: El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont (i), y el 'expresident', Artur Mas (d). (EFE)
El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont (i), y el 'expresident', Artur Mas (d). (EFE)

La escalada de tensión política que vive España por la deriva independentista catalana está tomando un cariz cada vez más económico. Tras el 1-O, muchas empresas han decidido trasladar su sede para poner a salvo, en la medida de lo posible, sus intereses. Esta alerta roja activada por compañías de primer orden, como Banco Sabadell, CaixaBank o Gas Natural, advierte de las posibles complicaciones económicas que podrían precipitarse si se instala la inseguridad jurídica derivada de la confrontación política. La inversión empresarial, el consumo de las familias, la contratación de trabajadores… los motores de crecimiento de la región han quedado en el aire y los analistas dudan sobre cuál será su verdadero impacto.

Llegados a este punto, conviene saber dónde está Cataluña y hacia dónde va. Estos son algunos indicadores que hablan por sí solos y que están en juego.

1. ¿De motor a freno?

Todos los indicadores económicos que ha ido cosechando Cataluña este año apuntan en la misma dirección. Se trata de una de las comunidades con un modelo productivo más diversificado y con mayor dinamismo, un auténtico motor de crecimiento para el resto de España. Después de crecer un 3,5% en el año 2016, los datos del primer semestre del año apuntan que, lejos de desacelerarse, su PIB iba por el camino de volver a crecer un 3,5%, según las estimaciones de BBVA Research.

Foto: Junqueras, junto con Puigdemont y Ada Colau. (Reuters)

Esto significa que, hasta ahora, Cataluña ha conseguido mantenerse en el cénit del ciclo expansivo, con un ritmo de crecimiento 1,5 puntos porcentuales superior a la media que ha tenido desde 1991. Para mantener tal ritmo de crecimiento es necesario que la confianza de las familias y las empresas siga en zona de máximos, de lo contrario, el dinamismo puede reducirse. Este es el gran riesgo al que se enfrenta ahora la región. Además de la inseguridad jurídica, Cataluña vive un momento de elevada tensión social, ha superado ya una jornada de huelga general y podrían venir más en las próximas semanas. En definitiva, un escenario de elevada tensión que podría frenar la inversión empresarial y el consumo de los hogares.

Cada vez más organismos internacionales, bancos de inversión y agencias de calificación advierten que Cataluña se ha converitdo en el principal riesgo para el crecimiento de España. Su economía, tan dinámica hasta ahora, puede convertirse en un freno para el conjunto del país. No en vano, supone un 19% del PIB del Estado.

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La economía tiene unos ritmos muy inerciales, por lo que los cambios se producen lentamente, salvo cuando ocurre un colapso, como ocurrió tras la quiebra de Lehman Brothers. En Cataluña todavía no ha ocurrido ningún colapso, por lo que los cambios serán más lentos, pero eso no significa que no puedan ser profundos. La clave está en la confianza y lo que está claro es que hasta ahora estaba en máximos. BBVA Research realiza trimestralmente una encuesta de confianza a los diferentes actores econonómicos y los datos son claros: tanto los resultados de actividad como las perspectivas para el siguiente trimestre estaban en máximos de la recuperación en junio. Si este indicador se tuerce, entonces empezarán los problemas.

2. Las tiendas llenas, ¿y si se vacían?

Cataluña, igual que España, ha vivido un círculo virtuoso de creación de empleo y consumo que se ha retroalimentado mutuamente: a medida que aumentaban las rentas salariales por la contratación de nuevos trabajadores, también aumentaba el consumo y así animaba más a las empresas a seguir ampliando sus plantillas. El consumo minorista se ha disparado en Cataluña, hasta punto de que las ventas alcanzan niveles no vistos desde el año 2012 antes de la quiebra de Lehman Brothers.

La recuperación de las ventas minoristas ha sido más intensa que en el resto del territorio nacional, lo que refleja el buen momento que viven los hogares, así como la demanda de los turistas que copan esta región. Este indicador es fundamental para que Cataluña mantenga su ritmo de crecimiento en los próximos trimestres.

3. La brecha industrial se amplía

Este mismo viernes se conocía el Índice de Producción Industrial (IPI) de toda España en el mes de agosto. Un vistazo a la serie histórica muestra que la tracción de la industria catalana es superior a la de la media nacional y las diferencias cada vez son mayores, tal y como se puede observar en este gráfico elaborado a base de los datos del INE.

Las condiciones macroeconómicas a nivel mundial, con una clara senda de recuperación en los países desarrollados, están ayudando a elevar la brecha entre Cataluña y el resto de España. El consumo interno tira de las exportaciones y Cataluña, con un tejido industrial fuerte, tiene la capacidad para aprovechar esta coyuntura. Este es el caso, por ejemplo, de la industria del automóvil, que supone casi el 10% del PIB de la comunidad autónoma.

Foto: Foto de archivo de una vista de la planta de Almussafes (Valencia) de Ford. (EFE)

En este sentido, el frenazo de exportación de vehículos que está viviendo toda España, con un pinchazo tras cinco años al alza, no es tal en Cataluña. Mientras que la exportación de automóviles retrocede un 0,7% en el conjunto de España, en Cataluña ascendió un 5,4% entre enero y julio, según los datos del último informe mensual de comercio exterior. Tal y como explica este documento, Cataluña es la comunidad con mayor peso en la exportación, con un 25,6% del total, seguido por Andalucía, Valencia y Madrid que están en el 11,1%, el 10,9% y el 10,8%, respectivamente. Además, en la variación anual de exportaciones (+9,1%), la mayor contribución la hizo la propia Cataluña, con 2,3 puntos porcentuales.

4. El deterioro turístico ya está aquí

Otro sector clave a tener en cuenta es el Turismo, una de las locomotoras de la recuperación económica de España y especialmente en todas las regiones del Mediterráneo. Este ramo ya se estaría viendo afectado por los acontecimientos vividos en los últimos meses.

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El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, reconocía públicamente esta semana que, tras los atentados de Barcelona y el referéndum del 1-O, el crecimiento de turistas se ha ralentizado del 10% al 2%.

Este deterioro amenaza los datos históricos que ha conseguido la comunidad hasta agosto, que han convertido a Cataluña en la punta de lanza turística del conjunto de España. Entre enero y agosto de este año, visitaron la región 13,8 millones de turistas extranjeros. Esto hace que Cataluña represente el 25% del total de turistas foráneos llegados a España, según los datos de la encuesta Frontur publicados por el INE. Por detrás de esta comunidad se sitúa a una distancia considerable Islas Baleares, que atrajo a 10,2 millones de turistas extranjeros.

5. Crea el 30% del empleo nacional

Si hay un indicador que recoge bien la evolución de la economía, ese es el del mercado laboral. Si la actividad avanza a un ritmo vigoroso, se crea empleo, esa relación es indudable. Por eso los datos de afiliación a la Seguridad Social son un termómetro tan importante, ya que salen apenas una semana después de que acaben los distintos meses. El ritmo del empleo hasta septiembre era el más alto de la serie histórica (con excepción de 2005, que fue un ejercicio anormal por la regularización de inmigrantes que se realizó ese año), lo que demuestra hasta qué punto Cataluña tiene mucho que perder en la situación que se ha desencadenado desde el referéndum.

En septiembre se incorporaron casi 8.000 afiliados (dato medio del mes), por los 26.300 del conjunto de España. Esto significa que solo Cataluña creó más del 30% del empleo de todo el país, esto es, uno de cada tres puestos de trabajo. El principal motor del empleo en septiembre fue el sector de la educación, por el inicio del curso escolar. En total, se incorporaron algo más de 18.000 nuevos trabajadores, lo que contrarrestó el impacto negativo de la hostelería. El segundo sector fue el de las actividades administrativas y servicios auxiliares, que elevaron la afiliación en 9.500 personas. El tercero fue el empleo público en la Administración, Defensa y Seguridad Social, con 6.200 cotizantes nuevos.

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En el último año, la afiliación en Cataluña ha crecido en casi 124.000 personas, lo que significa un 20% del total de nuevos cotizantes del conjunto de España. El ritmo de la afiliación en Cataluña va al 3,9%, mientras que en el conjunto de España se queda en el 3,5%, casi medio punto más lento. En las primeras posiciones también se encuentra el sector de la industria manufacturera, que está creciendo con fuerza en Cataluña, impulsando sus exportaciones a España y el resto del mundo. En total, se incorporaron algo más de 12.500 afiliados a este sector. La contratación de trabajadores públicos para la Administración, Defensa y Seguridad Social también ha impulsado el empleo, con casi 13.000 nuevos trabajadores. En definitiva, está creando mucho empleo y en casi todos los sectores, una situación envidiable que ahora está en juego.

La escalada de tensión política que vive España por la deriva independentista catalana está tomando un cariz cada vez más económico. Tras el 1-O, muchas empresas han decidido trasladar su sede para poner a salvo, en la medida de lo posible, sus intereses. Esta alerta roja activada por compañías de primer orden, como Banco Sabadell, CaixaBank o Gas Natural, advierte de las posibles complicaciones económicas que podrían precipitarse si se instala la inseguridad jurídica derivada de la confrontación política. La inversión empresarial, el consumo de las familias, la contratación de trabajadores… los motores de crecimiento de la región han quedado en el aire y los analistas dudan sobre cuál será su verdadero impacto.

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