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Cataluña consume uno de cada tres euros del nuevo gasto en pensiones de España
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La solidaridad de la caja única

Cataluña consume uno de cada tres euros del nuevo gasto en pensiones de España

Entre 2013 y 2016, el desfase entre pensiones y cotizaciones se ha incrementado en más de 1.600 millones de euros. Barcelona es la provincia más deficitaria de España

Foto: El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el 'vicepresident', Oriol Junqueras. (EFE)
El 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el 'vicepresident', Oriol Junqueras. (EFE)

Uno de los pilares básicos del discurso independentista catalán es el de su aportación fiscal al resto del Estado español. En efecto, las balanzas fiscales muestran cómo Cataluña aporta más de lo que recibe. Sin embargo, en rara ocasión se hace referencia a la participación de la región en la caja única de la Seguridad Social. En este punto, los catalanes no tienen ningún motivo para quejarse de la solidaridad territorial, al contrario, son quienes más se benefician.

En los tres últimos años (desde que se inicia la serie histórica de la Seguridad Social), el gasto en pensiones contributivas (financiadas con cotizaciones) se ha incrementado en casi 1.100 millones de euros, según los datos de la Seguridad Social. El gasto total en todo el territorio español ha crecido en 3.350 millones de euros, lo que significa que uno de cada tres euros de nuevo gasto se ha ido a pagar las pensiones catalanas.

Foto: Jubilados en una playa. (EFE)

El incremento del gasto solo ha sido más intenso en la Comunidad de Madrid, con un avance de casi 1.300 millones de euros. Esto significa que entre las dos regiones se llevan el 70% de la nueva partida destinada a pagar la nómina de las pensiones. La diferencia entre las dos regiones es que mientras la Comunidad de Madrid mantiene (por poco) su superávit entre pensiones contributivas e ingresos por cotizaciones, Cataluña ahonda en su déficit. Este cálculo excluye el resto de gastos que no sean exclusivamente el pago de pensiones y los ingresos que no sean por cotizaciones, para ajustar más el dato a la verdadera salud del sistema. Reforma que es la que pretende abordar el Pacto de Toledo para limitar los gastos al pago de las pensiones.

Cataluña es la región con mayor déficit, esto es, la que más recibe del resto de contribuyentes españoles. En 2016, el desfase entre sus ingresos y gastos ascendió hasta los 4.750 millones. Fuentes de la Seguridad Social explican que la comunidad perdió su superávit en el año 2007 y, desde ese momento, el deterioro de su balance de ingresos y gastos no ha hecho más que crecer. Aunque no hay cifras oficiales del ministerio previas a 2013, sí que se conocen los datos posteriores, y muestran que el déficit en Cataluña se ha incrementado en casi 1.700 millones, el mayor incremento del déficit de todo el territorio. En concreto, Cataluña ha generado algo más del 23% de todo el déficit de este periodo.

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En estos tres años, el gasto en pensiones contributivas ha crecido en casi 1.100 millones, mientras que los ingresos han caído en casi 600 millones. Es cierto que todas las comunidades, salvo Baleares, han perdido recursos procedentes de las cotizaciones en este periodo, debido al empleo destruido y la baja calidad de los nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, Cataluña es la región que más recursos ha perdido, por encima de Madrid, donde han caído en casi 500 millones, y País Vasco y Andalucía, donde se han reducido en algo más de 400 millones.

¿Salen las cuentas?

Dos factores empujan este deterioro del saldo de la Seguridad Social en Cataluña, que ha pasado de tener superávit, hace una década, a un déficit de más de 4.700 millones de euros. En primer lugar, el rápido incremento del número de pensiones en la región y, en segundo, el coste de cada prestación, que se sitúa entre los más elevados de España, ya que los salarios también son superiores a la media nacional. Según los datos de la Seguridad Social, en la última década, el número de pensiones en Cataluña ha crecido en 225.000 prestaciones, esto es, el 18% del total de las nuevas pagas en España. Solo en Madrid ha aumentado más rápido el número de pensiones, con 223.000 prestaciones más desde 2007. Actualmente, son 1,7 millones de catalanes quienes perciben algún tipo de pensión contributiva (jubilación, incapacidad temporal, viudedad, orfandad o favor familiar), la comunidad con más prestaciones, por delante de Andalucía, que tiene 1,5 millones.

Foto: Rueda de prensa tras consejo de ministros

En cuanto a la pensión media, en la última década se ha incrementado un 37,6%, hasta alcanzar los 958 euros por pensión (no pensionista). Esto significa que la paga se ha incrementado en 262 euros en estos años, mientras que la media nacional ha subido en 247 euros. De este modo, las pensiones en Cataluña son más y, además, más caras que la media nacional (también ocurre en otras regiones), lo que eleva el esfuerzo exigido a las arcas de la Seguridad Social.

En este contexto, el sistema de pensiones catalán tiene un futuro complicado, como también lo tiene el sistema español (con o sin Cataluña). La caída del número de cotizantes, la baja calidad del empleo que se crea y el envejecimiento poblacional son cuestiones comunes en los dos territorios. La Generalitat defiende que su sistema de pensiones "es más sostenible" que el del Estado español, en gran medida porque su mercado laboral es más robusto que el del conjunto de España y posee una mayor tasa de actividad (del 70,1% de la población en edad de trabajar, frente al 69,9% de España) y a los mayores salarios, que cotizan más (6.365 euros anuales, un 7,7% más).

Foto: El portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo (i), y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

Sin embargo, todas estas cuentas son 'ceteris paribus', esto es, asumiendo que tras una hipotética independencia no se alterarán las variables económicas. Sin embargo, un proceso de ruptura generaría grandes tensiones en todo el territorio nacional que modificarían este escenario de forma radical. El punto de partida es, sin duda, importante, pero la realidad es imposible anticiparla.

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La Generalitat considera que el Estado debería seguir pagando las prestaciones de los pensionistas catalanes, ya que estos han cotizado a la Seguridad Social española. Este argumento se apoya en la idea de que en un sistema contributivo, primero aportas y después recibes de esa caja a la que has aportado. No obstante, el modelo español de reparto consiste en que lo que aportan los cotizantes cada mes se reparte entre los pensionistas. No es un sistema de capitalización que guarda las aportaciones de cada contribuyente para después devolvérselas cuando se jubile. En otras palabras, lo que han cotizado los actuales pensionistas catalanes ya se ha gastado en pagar, entre otros, a sus mayores. De este modo se construye el argumento opuesto: a partir de la independencia, lo que se genere en cada uno de los territorios se utilizará para pagar las pensiones de cada región.

Uno de los pilares básicos del discurso independentista catalán es el de su aportación fiscal al resto del Estado español. En efecto, las balanzas fiscales muestran cómo Cataluña aporta más de lo que recibe. Sin embargo, en rara ocasión se hace referencia a la participación de la región en la caja única de la Seguridad Social. En este punto, los catalanes no tienen ningún motivo para quejarse de la solidaridad territorial, al contrario, son quienes más se benefician.

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