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Límite 72 horas: sindicatos y CEOE se juegan a todo o nada el acuerdo salarial
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Ayer no se avanzó ni un milímetro

Límite 72 horas: sindicatos y CEOE se juegan a todo o nada el acuerdo salarial

Si la patronal CEOE no acepta la existencia de cláusulas de garantía salarial vinculadas al IPC, se romperán definitivamente las negociaciones

Foto: El presidente de la CEOE, Juan Rosell, durante su intervención en la inauguración del XI Congreso Confederal de CCOO. (EFE)
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, durante su intervención en la inauguración del XI Congreso Confederal de CCOO. (EFE)

Lo dice Gonzalo Pino, uno de los negociadores sindicales: “Si no hay acuerdo, preferiblemente antes de que acabe esta semana, no habrá renovación del pacto sobre negociación colectiva”. O dicho de una manera más directa, los sindicatos CCOO y UGT dan por hecho que, si la patronal CEOE no acepta la existencia de cláusulas de garantía salarial vinculadas al IPC, se romperán definitivamente las negociaciones, lo que significa, lisa y llanamente, que hasta finales de este año no se volverán a producir reuniones. Pero ya para negociar, según el secretario de Política Sindical de UGT, el siguiente acuerdo interconfederal, que presumiblemente tendría una vigencia de tres años, aunque no se descarta que fueran cinco para que no coincidiera con el ciclo electoral.

Ayer no se avanzó ni un milímetro. La junta directiva de CEOE reiteró que, en su opinión, recuperar el IPC para fijar los salarios es un “paso atrás”. Es decir, la patronal se niega en redondo a volver a indexar la actualización salarial de acuerdo con el incremento de los precios. Justo lo contrario que quieren los sindicatos, que no entienden que en un contexto de fuerte crecimiento económico (el PIB avanzará este año ligeramente por encima del 3%) las nóminas puedan perder poder adquisitivo.

No se trata, sin embargo, de una cuestión que tenga que ver solo con la subida de los salarios, sino más bien de filosofía de la negociación colectiva. Las previsiones de Funcas apuntan a que el año 2017 se cerrará con un incremento del IPC del 0,8% (enero a diciembre). O un 1,9% en términos de media anual. Y hay que tener en cuenta que la oferta que ha puesto sobre la mesa CEOE se mueve en una horquilla que va entre el 1% y el 2%, con una subida adicional del 0,5% para los salarios más bajos.

Los sindicatos, por su parte, reclaman un incremento que vaya entre el 1,8% y el 3%, lo que significaría, en la práctica, que pocos convenios pueden perder poder adquisitivo si se cumplen las previsiones de inflación.

De hecho, y según los últimos datos de la negociación colectiva, los sueldos (hasta el pasado 30 de junio) han subido un 1,3%, pero con una importante diferencia. Mientras que los convenios firmados antes de 2017 —aunque con eficacia para este año— reflejan una subida del 1,23% (por encima de la previsión acumulada de inflación), los firmados en 2017 crecen un 1,64%, muy ligeramente por debajo del IPC en media anual. Es decir, que la pérdida de poder adquisitivo sería marginal.

Casi cinco millones de trabajadores con convenio

Se trata, por lo tanto, de una discrepancia más filosófica que real. Entre otras cosas, porque la negociación colectiva está muy avanzada y, por lo tanto, la eficacia del acuerdo sería limitada. Hay que tener cuenta que hasta finales del mes pasado se habían firmado 2.426 convenios colectivos con efectos y registrados para 2017, que afectan a 658.900 empresas y a 4,79 millones de trabajadores.

Según la patronal, otro factor influye en la marcha de las negociaciones. CCOO ha renovado a su núcleo dirigente, incluido su secretario general, Unai Sordo, y su secretario de Acción Sindical, que ahora es Mercedes González, y eso influye en el clima negociador. Pero en realidad todo indica que se trata más de una excusa que de un problema de fondo, que probablemente tenga que ver con el nuevo clima de entendimiento que se ha creado entre los sindicatos mayoritarios y el Partido Socialista, más proclive a que el IPC vuelva a ser el referente para las subidas salariales. Exactamente igual que sucede en el caso de las pensiones.

Los sindicatos y los partidos de izquierda quieren que la actualización se vincule a la inflación, pero el Gobierno y la CEOE, en el caso de los salarios, no quieren saber nada de darle de nuevo protagonismo al IPC, toda vez que entienden que eso alimentaría la presión de los precios en una especie de círculo vicioso.

Así las cosas, hoy por hoy no parece que vaya a haber acuerdo, pero tratándose de negociaciones entre sindicatos y empresarios no hay que descartarlo hasta el último minuto. Lo único cierto es que quedan cada vez menos días, porque lo que está claro es que en septiembre no se volverá a negociar la renovación del vigente acuerdo interconfederal de negociación colectiva, que expira el próximo 31 de diciembre.

Lo dice Gonzalo Pino, uno de los negociadores sindicales: “Si no hay acuerdo, preferiblemente antes de que acabe esta semana, no habrá renovación del pacto sobre negociación colectiva”. O dicho de una manera más directa, los sindicatos CCOO y UGT dan por hecho que, si la patronal CEOE no acepta la existencia de cláusulas de garantía salarial vinculadas al IPC, se romperán definitivamente las negociaciones, lo que significa, lisa y llanamente, que hasta finales de este año no se volverán a producir reuniones. Pero ya para negociar, según el secretario de Política Sindical de UGT, el siguiente acuerdo interconfederal, que presumiblemente tendría una vigencia de tres años, aunque no se descarta que fueran cinco para que no coincidiera con el ciclo electoral.

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