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El BdE alienta nuevas fusiones y dice que la banca hace más vulnerable la economía
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INFORME ANUAL DEL BANCO DE ESPAÑA

El BdE alienta nuevas fusiones y dice que la banca hace más vulnerable la economía

El informe anual del Banco de España lanza un mensaje al sector. Ante el estrechamiento de márgenes, los bancos deben buscar rentabilidad, y eso pasa por nuevas fusiones.

Foto: Edificio del Banco de España
Edificio del Banco de España

Lo dice el Banco de España con toda crudeza. “Un tercer elemento de vulnerabilidad de la economía española [los otros dos son China y la política fiscal expansiva de EEUU] viene dado por la rentabilidad relativamente reducida de las entidades financieras”.

Es decir, la situación de la banca española vuelve a preocupar. Hasta convertirse en un factor de vulnerabilidad, tal y como se refleja en el Informe anual del Banco de España hecho público este martes, en el que dice, textualmente, que “a pesar de la situación de solvencia de las entidades de crédito, su reducida rentabilidad es un elemento de vulnerabilidad para la economía”.

Los datos son los siguientes. En 2016, el resultado consolidado de la banca española cayó un 21% con respecto del año anterior, mientras que la rentabilidad sobre fondos propios se situó en el 4,3%, “nivel reducido e inferior en 1,3 puntos porcentuales al del año anterior”, sostiene el Banco de España. Las principales causas del descenso tienen que ver con el menor volumen de actividad -menos créditos- y con el aumento de la morosidad. Más recientemente, sin embargo, el factor clave ha sido la reducción de márgenes, a lo que se ha unido también un aumento de los costes legales. Es decir, el dinero que han tenido que destinar los bancos a cumplir sentencias judiciales: cláusulas suelo o participaciones preferentes.

En concreto, y desde 2007, el margen de intermediación del negocio bancario en España ´la diferencia entre la remuneración del pasivo (depósitos) y del activo (créditos) se ha reducido un 24%, debido sobre todo, asegura el regulador, “al menor volumen de actividad y al aumento de la morosidad”.

Nada indica que ese escenario vaya a cambiar en el corto plazo. Los tipos de interés seguirán siendo extremadamente reducidos (tipos negativos hasta bien avanzado el año 2018), volumen de crédito con alzas muy moderadas y mantenimiento en los balances de los bancos de lo que el regulador llama “activos improductivos”, y que tienen que ver con el inmobiliario. De ahí que el Banco de España exija a la banca “aumentos adicionales de eficiencia”. Y para lograr ese objetivo, sugiere, con su habitual lenguaje críptico, “una cierta consolidación adicional dentro del sector y la exploración de fuentes alternativas de recursos”. Es decir, nuevas fusiones en el sector, lo cual es un aviso a navegantes en pleno proceso de venta del Banco Popular.

Para calmar las sospechas sobre la solvencia del sector tras los problemas del Popular, el Banco de España recuerda que la ratio de capital ordinario para el conjunto del sistema alcanzó en diciembre de 2016 el 12,8%, superando los mínimos regulatorios. Igualmente, los ejercicios de resistencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) y del propio Banco de España muestran que el sistema bancario continuaría presentando, en el conjunto del sector, niveles de capital por encima de los mínimos requeridos “incluso en un escenario macroeconómico adverso”.

Episodios de tensión

Ahora bien, el Banco de España no descarta negros nubarrones. Y, de hecho, habla de que “no se puede descartar” la materialización de algunos de esos riesgos. Y cita, en concreto, el contexto económico mundial -afectado por políticas proteccionistas- o un ajuste en los precios de algunos activos financieros o en las primas de riesgo capaces de desatar “episodios de tensión en los mercados de financiación de las entidades de crédito que den lugar a potenciales efectos contractivos sobre la oferta de fondos al resto de sectores productivos”. Es decir, un nuevo estrangulamiento de la actividad económica derivado de la falta de crédito, como lo sucedido a comienzos de la crisis.

La parte más positiva se refiere a la calidad en la concesión crediticia. Y en concreto, el Banco de España estima que durante los últimos años, la asignación del crédito “está siendo más eficiente en comparación con lo observado antes de la crisis”. En particular, los recursos tienden a dirigirse hacia empresas que presentan una situación económica y financiera “comparativamente más favorable y son más productivas”, lo que en teoría protege a los bancos de un alza de la morosidad en caso de que el ciclo económico se diera la vuelta.

Además, continúa el regulador, se está produciendo un acelerado proceso de desintermediación de la financiación de las empresas españolas. “Aunque se trata de un fenómeno global”, admite, “su intensidad ha sido algo más marcada en España, donde el grado de bancarización ha sido tradicionalmente mayor que en otras economías de nuestro entorno”.

Lo dice el Banco de España con toda crudeza. “Un tercer elemento de vulnerabilidad de la economía española [los otros dos son China y la política fiscal expansiva de EEUU] viene dado por la rentabilidad relativamente reducida de las entidades financieras”.

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