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La presión fiscal baja hasta el 37,8% por el aumento del PIB nominal
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EL AYUNTAMIENTO DE MADRID: SUPERÁVIT DE 1.115M

La presión fiscal baja hasta el 37,8% por el aumento del PIB nominal

La presión fiscal vuelve a bajar. Pero no porque el sector público haya recaudado menos, sino porque el PIB nominal crece con fuerza, lo que permite sanear las arcas municipales

Foto: El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro. (EFE)

Los datos de la Intervención General del Estado (IGAE) no dejan lugar a dudas. Y lo que reflejan es que en 2016 el nivel de presión fiscal ha vuelto a bajar. O expresado de forma más concreta: los recursos del sector público —el conjunto de ingresos y no solo los impuestos en términos de contabilidad nacional— representaron el año pasado el 37,86% del producto interior bruto (PIB). Es decir, por debajo del 38,63% del año anterior. Cada décima son 1.113 millones de euros, lo que significa que el recorte de la presión fiscal en términos relativos respecto del PIB representa unos 8.900 millones de euros.

Ahora bien, en términos absolutos, los recursos del sector público se han incrementado. En concreto, en 6.133 millones de euros que han pagado de más los contribuyentes en 2016 respecto del año anterior.

Esta aparente contradicción tiene que ver con el hecho de que la presión fiscal se mide respecto del PIB nominal, como exige Eurostat, y este año ha crecido más que la recaudación, por lo que la ratio resultante muestra un descenso del esfuerzo fiscal global (otra cosa es el individual).

Se trata, según los datos de la Intervención del Estado, de un nivel equivalente al 37,5% que existía en 2012, en plena recesión. A partir de ese momento, el Gobierno Rajoy subió impuestos para luchar contra el déficit, y eso explica que se llegara a alcanzar el 38,6% en 2015. En todo caso, en línea con la estrategia fiscal del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que defiende un nivel de presión fiscal a medio y largo plazo equivalente al 37%-38% del PIB. Claramente por debajo de la media de la eurozona, donde se sitúa en el 46,6% (año 2015).

En total, las administraciones públicas ingresaron 421.672 millones de euros, pero gastaron 472.248 millones, lo que da como resultado un déficit en contabilidad nacional (teniendo en cuenta las obligaciones y no solo en términos de caja) equivalente a 50.576 millones de euros. Mientras que los recursos del sector público aumentaron un 1,4%, los pagos crecieron un 0,3%, lo que explica el ligero descenso del déficit en un contexto de fuerte crecimiento económico.

Mejoran las regiones

A destacar el comportamiento de las regiones, cuyos recursos se incrementaron el año pasado un 4%, hasta los 158.336 millones, lo que representa el 14,2% del PIB. Eso supone un ratio ligeramente superior en 0,07 puntos porcentuales al nivel existente en 2015. La razón se sustenta en la mejora de los ingresos registrados por impuestos y en las transferencias recibidas de la Administración central.

Como consecuencia de ello, las CCAA han reducido su déficit un 51%, de 18.687 millones a 9.155 millones, debido al resultado positivo de la liquidación definitiva de 2014, con un saldo a favor de las regiones de 7.670 millones. En términos del PIB, esta mejora es de 0,92 puntos porcentuales.

También la Administración local presenta una mejora en sus cifras. En concreto, de nada menos que el 39%. El superávit ha pasado de 5.094 millones en 2015 a los 7.083 millones en 2016.

Como en el caso de las CCAA, ha incidido de forma directa el resultado de la liquidación del sistema de financiación, que ha supuesto en este ejercicio un saldo a favor de estos entes de 988 millones, mientras que el saldo de 2015 fue de 772 millones a favor de Estado. Asimismo ha incidido el descenso del 21% de la inversión.

El resultado es que las grandes ciudades han visto mejorar su salud financiera de forma significativa. El Ayuntamiento de Madrid tiene el mayor superávit, 1.115 millones de euros, seguido a mucha distancia (también es más pequeño) del de Valencia, que ha generado un excedente de 126 millones de euros. Barcelona ocupa la tercera parte, con un superávit equivalente a 113 millones de euros. En el lado opuesto se encuentra el municipio de Murcia, que tuvo el año pasado un déficit de 147 millones de euros.

Los datos de la Intervención General del Estado (IGAE) no dejan lugar a dudas. Y lo que reflejan es que en 2016 el nivel de presión fiscal ha vuelto a bajar. O expresado de forma más concreta: los recursos del sector público —el conjunto de ingresos y no solo los impuestos en términos de contabilidad nacional— representaron el año pasado el 37,86% del producto interior bruto (PIB). Es decir, por debajo del 38,63% del año anterior. Cada décima son 1.113 millones de euros, lo que significa que el recorte de la presión fiscal en términos relativos respecto del PIB representa unos 8.900 millones de euros.

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