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CNMC y CNMV piden más competencias y menos injerencias del Gobierno
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GRITO DE SOCORRO DE LOS REGULADORES

CNMC y CNMV piden más competencias y menos injerencias del Gobierno

Los dos grandes organismos de regulación económica, la CNMC y la CNMV, arremeten contra el Gobierno por no respetar su independencia

Foto: El presidente de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, saluda a la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez. (EFE)
El presidente de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, saluda a la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez. (EFE)

Los dos grandes organismos de regulación económica, la CNMC y la CNMV, han mostrado cierto resquemor y desconfianza por la falta de comprensión del Gobierno en su misión como instituciones independientes al servicio de los ciudadanos. El grito de socorro, esbozado de manera habitual, resuena con mayor fuerza ahora que se acercan las elecciones generales del 26-J. Quizá por ello tanto el presidente de la autoridad de competencia, José María Marín Quemada, como su colega de la supervisión de valores, Elvira Rodríguez, se han mostrado claramente reivindicativos en sus respectivas intervenciones públicas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.

El máximo representante de la CNMC fue muy explícito al recordar que en los tres años de existencia de su entidad el propio Gobierno que impulsó la creación del llamado ‘Supervisor mayor del Reino’ ha recortado ya varias veces las competencias originalmente otorgadas en materia de telecomunicaciones y energía. Por esta razón, la CNMC ha demandado al Reino de España ante la Unión Europea donde existen actualmente tres procesos abiertos que ponen en tela de juicio la actuación del Ejecutivo a la hora de asegurar el debido margen de maniobra a los reguladores en nuestro país.

Marín Quemada coincidió con Elvira Rodríguez, antigua compañera de estudios, a la hora de criticar la especial subordinación que tienen que soportar de la oferta de empleo público, lo que condiciona la formación de equipos profesionales adaptados a las necesidades cambiantes de los mercados a nivel global. Las restricciones de Hacienda están generando serios problemas a la hora de retener el talento de los directivos que suelen marcharse en cuanto pueden a otros reguladores con mejores expectativas de carrera. En este sentido, el Banco de España, con su ley de autonomía, ofrece ventajas competitivas que provocan la diáspora de ejecutivos de la CNMV y también de la CNMC.

Elvira Rodríguez puso en evidencia los problemas que la CNMV ha padecido también en sus relaciones con el Ministerio de Economía para poder sacar adelante algunos proyectos que estaban orientados a incrementar la transparencia y eficacia de sus actuaciones en el sistema bursátil y financiero. La jefa del supervisor de los mercados de valores señaló que no ha podido obtener una autorización general del Gobierno para publicar, como pretendía, la apertura de los expedientes sancionadores que aborda su institución. De igual modo, la CNMV ha tenido muchas dificultades para sacar la circular sobre productos complejos que, en un segundo intento, espera tener aprobada antes de que finalice en octubre su actual mandato.

Las dos máximas responsables de la CNMV, tanto la presidenta como la vicepresidenta, Lourdes Centeno, vencen en sus respectivos cargos dentro de cuatro meses y en la entidad todavía no tienen claro el procedimiento a seguir en el supuesto de que para entonces no exista un Gobierno estable y operativo en España. Elvira Rodríguez significó su deseo de continuar otros cuatro años hasta cumplir el máximo permitido por la ley: “Me gusta lo que hago pero más de ocho años en la CNMV sería peligroso para la salud física y mental”, dijo.

Marín Quemada tiene todavía tres años por delante ya que la CNMC está estructurada con mandatos de seis años sin posibilidad de renovación. Algo parecido ocurre con Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España desde 2012 y a quien le quedan dos años en el cargo. Las circunstancias han provocado, en suma, que Elvira Rodríguez sea la única personal al frente de un organismo de regulación que tiene un carácter cíclico desde el punto de vista político desde el momento en que el término de su mandato coincide con el principio de un nuevo Gobierno.

Sea como fuere, los tres representantes de las entidades supervisoras mostraron un espíritu de equipo a fuerza de choque contra cualquier injerencia procedente del ámbito político. La propia presidenta de la CNMV no tuvo inconveniente en echar un capote a su colega del Banco de España ante las veladas acusaciones del ministro Luis de Guindos por el escándalo de Bankia. El responsable de la política económica lanzó una andanada hace un par de días también en Santander cuando señaló que los reguladores existían cuando Rato sacó a bolsa en 2011 el actual banco público.

Las palabras del ministro suponían una carga directa contra la labor de Restoy, quien hace cinco años era vicepresidente de la CNMV. La actual responsable del organismo de supervisión bursátil salió al quite para asegurar que su entidad “hizo entonces lo que tenía que hacer”. Añadió que la Comisión de Valores no autoriza las salidas a bolsa, sino que revisa y verifica la documentación de los emisores y en el caso de Bankia contribuyó a rebajar el precio solicitando que un 40% de la oferta estuviera cubierta por accionistas institucionales.

Restoy eludió pronunciarse acerca de la imputación judicial que pesa sobre sus responsabilidades en el ‘caso Bankia’, pero recordó que ni el Consejo de Estado ni los organismos jurisdiccionales han reclamado la responsabilidad patrimonial del Estado por la salida a bolsa. El subgobernador del Banco de España admitió que las relaciones con el Ministerio de Economía han atravesado momentos complejos pero se alejó del nivel crítico de sus colegas. Fernando Restoy considera que la colaboración con el departamento que dirige Luis de Guindos ha sido fructífera y provechosa para el país. No es de esperar que el ministro diga lo contrario.

Los dos grandes organismos de regulación económica, la CNMC y la CNMV, han mostrado cierto resquemor y desconfianza por la falta de comprensión del Gobierno en su misión como instituciones independientes al servicio de los ciudadanos. El grito de socorro, esbozado de manera habitual, resuena con mayor fuerza ahora que se acercan las elecciones generales del 26-J. Quizá por ello tanto el presidente de la autoridad de competencia, José María Marín Quemada, como su colega de la supervisión de valores, Elvira Rodríguez, se han mostrado claramente reivindicativos en sus respectivas intervenciones públicas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.

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