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El dinero sobrante se dispara hasta máximos de 2012 en la Eurozona tras ampliar el QE
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el exceso de liquidez supera los 700.000 millones

El dinero sobrante se dispara hasta máximos de 2012 en la Eurozona tras ampliar el QE

Cuanto más refuerza el BCE su política expansiva, más aumenta el exceso de liquidez en la región. Abril se estrenó con más QE y con 729.000 millones de euros de dinero ocioso

La fecha marcada era el 1 de abril. Era el día elegido por el Banco Central Europeo (BCE) para ampliar el calibre del bazuca con el que viene comprando deuda pública y privada en el mercado. Desde el pasado viernes, dedicará 80.000 millones de euros al mes a la adquisición de títulos, 20.000 millones más de los que venía dedicando a partir del momento en que empezó a ejecutar su programa de expansión cuantitativa (QE) en marzo de 2015.

Desde el mismo viernes, coincidiendo con esta ampliación, el dinero sobrante existente en los conductos financieros de la Eurozona ha adquirido dimensiones aún voluminosas. Según los datos difundidos por la entidad presidida por Mario Draghi, el excedente de liquidez acumulado en la región el 1 de abril engordó hasta los 729.650 millones de euros; el 4 de abril se amplió hasta los 739.963 millones; y este martes -los datos se conocen con un día de retraso- alcanzó los 740.168 millones. Hay que remontarse hasta 2012 para encontrar un volumen superior.

A su vez, semejante volumen certifica que el problema de la Eurozona no es de liquidez. Hay dinero de sobra. Cada vez más. Desde el comienzo de la ejecución del QE, el exceso de liquidez, consistente en el dinero que los bancos aparcan en la facilidad de depósito del BCE menos el que toman prestado en la facilidad de crédito y en las reservas que superan las exigidas, se ha disparado en un 400%. Ha pasado de 145.000 millones a esos más de 700.000 millones de euros, con lo que cada vez está más cerca de los 812.000 millones en los que se sitúa su récord, que data de marzo de 2012. Entre 1999 y el verano de 2007, que es cuando estalló la crisis, el exceso de liquidez arrojó una media diaria de 909 millones.

Dinero de ida... y vuelta

Este incremento confirma los problemas que el BCE está encontrando para que sus medidas monetarias se canalicen hacia la economía real en forma de más préstamos a disposición de las empresas y los hogares. Con el QE, así como en el resto de las medidas que está desplegando, como rebajar los tipos oficiales hasta el 0% o situar los tipos de depósito en negativo (-0,40%), la institución pretende estimular a los bancos para que estos trasladen a la economía todo el dinero que está poniendo a su disposición.

Sin embargo, una parte considerable del dinero que el BCE pone en manos de los bancos vuelve a las cuentas del banco central. La evolución del exceso de liquidez en los últimos 13 meses así lo certifica: durante la vigencia del QE, la institución ha bombeado ya 780.000 millones y el dinero sobrante ha aumentado en cerca de 600.000 millones.

En su intento por revertir esta situación, en marzo convocó una ronda especial de financiación bancaria condicionada a largo plazo (TLTRO II) con la que incluso pagará intereses a aquellos bancos que incrementen la concesión de préstamos a las empresas y los hogares -excluyendo las hipotecas- hasta 2018. Con esta medida, además de estimular la reapertura del grifo crediticio, el BCE persigue mitigar el efecto negativo que los tipos al 0% y los de depósito al -0,40% tienen en la rentabilidad de los bancos.

Las dificultades para que su dinero se traduzca en crédito y, por tanto, para que su política contribuya a reactivar el crecimiento en la Eurozona y desterrar las presiones deflacionistas, ponen de manifiesto la pérdida de efectividad de sus medidas. En un contexto en el que, por un lado, los bancos siguen saneando sus balances de los excesos previos a la crisis y reforzándolos para cumplir las nuevas exigencias de capital y en el que, por otro, todavía no hay una demanda potente de crédito solvente, la correa de transmisión de la política monetaria, que se sirve de los bancos y del crédito, no termina de funcionar. Y el exceso de liquidez así se lo recuerda al BCE.

La fecha marcada era el 1 de abril. Era el día elegido por el Banco Central Europeo (BCE) para ampliar el calibre del bazuca con el que viene comprando deuda pública y privada en el mercado. Desde el pasado viernes, dedicará 80.000 millones de euros al mes a la adquisición de títulos, 20.000 millones más de los que venía dedicando a partir del momento en que empezó a ejecutar su programa de expansión cuantitativa (QE) en marzo de 2015.

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