Junqueras se ve con Montoro para evitar una explosión de la deuda pública "a la griega"
Montoro y Junqueras se reúnen hoy para evitar el colapso de la deuda de Cataluña. Es la primera reunión en territorio oficial con el nuevo Gobierno catalán
Lo dice la Autoridad Fiscal en su último informe sobre Cataluña: “La entrada en dificultades para hacer frente a la carga de la deuda podría desencadenar una reacción en los mercados similar a la que se produjo con la deuda soberana griega en los episodios de 2010 y 2015, o de Chipre en 2012, en la que los 'spreads' [las primas de riesgo] entraron en trayectorias fuertemente al alza”.
¿Qué quiere decir esto? Pues ni más ni menos que las finanzas públicas catalanas corren el riesgo de entrar en una espiral insostenible, pese a tener acceso al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). La deuda pública representa el 35,5% del PIB, y se ha multiplicado por tres veces y media desde el comienzo de la crisis (2008). Desde 2010, se ha duplicado. Y cada año debe hacer frente al vencimiento de una sexta parte de su deuda, lo que obliga a refinanciar unos 6.000 millones de euros.
Es en este contexto en el que se celebra este viernes el primer encuentro entre el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el 'conseller' de Finanzas de la Generalitat, Oriol Junqueras. El encuentro -más allá del significado político que sugiere un cierto deshielo tras la reunión de De Guindos con el propio Junqueras en el aeropuerto de Barcelona- tiene una doble objetivo.
Por un lado, discutir las necesidades de liquidez de Cataluña para hacer frente a algunos de sus pagos más urgentes. Y lo que reclama Junqueras es una reducción de los tipos de interés que hoy cobra el Estado a las regiones en sus operaciones de financiación vinculadas con el FLA. El tipo de interés que cobra hoy Hacienda se sitúa en el 0,834%, y lo que pide la Generalitat es que se acerque al 0%, que es el precio oficial del dinero. Según sus estimaciones, ello supondría un ahorro de 380 millones de euros.
Las condiciones actuales de financiación del FLA caducan al final de este trimestre, y eso obliga a la Comisión Delegada para Asuntos Económicos a fijar unos nuevos requisitos. Es en este contexto en el que la Generalitat quiere el recorte, que afectaría, como es lógico, a todas las comunidades. El año pasado, el FLA cubrió 6.104 millones en vencimientos de la Generalitat, y a esta cantidad hay que sumar otros 216 millones en pago de intereses. En total, 6.320 millones que representan el 56% de las aportaciones del fondo. Además, el Estado ha financiado 11.133 millones a cargo del programa de pago a proveedores, lo que supone el 49% del montante total.
El Gobierno catalán, igualmente, reclama que el Estado devuelva ya, sin esperar a julio, la liquidación positiva de 2014, lo que supondría adelantar unos 1.400 millones sin esperar a la fecha prevista por Hacienda. Como se sabe, el modelo de financiación establece que las comunidades autónomas cobran un adelanto sobre la recaudación prevista por el Estado, pero hasta transcurridos dos años no se hace la liquidación definitiva.
Las deudas de Hacienda
Como ocurre que ese año la recaudación final se situó muy por encima de la estimada inicialmente, Hacienda debe pagar la diferencia. Y lo que dice la Generalitat es que no hay razones para esperar a julio, por lo que ha propuesto prorratear esos 1.400 millones a lo largo del año, lo que supondría liberar de forma inmediata unos 350 millones de euros.
Como sostiene un ex alto cargo de la Generalitat, “lo que no tiene sentido es pagar sobre previsiones cuando Hacienda recauda cada mes por IRPF”, lo que obliga a las regiones a endeudarse. El líder del Partido Popular en Cataluña, Xavier García Albiol, ya adelantó ayer que hay acuerdo con Hacienda sobre este punto. Inicialmente, Junqueras había reclamado 750 millones, pero al final será casi la mitad a modo de adelanto respecto de lo inicialmente previsto..
Este asunto, en todo caso, no se abordará con profundidad porque tiene que ver con el modelo de financiación, y parece obvio que no es el mejor momento político para abordar una negociación de esa trascendencia.
Como tampoco lo es para abordar una de las reivindicaciones clásicas del Gobierno nacionalista catalán, lograr que su agencia tributaria recaude los impuestos. Junqueras ha recordado en ocasiones que la Hacienda catalana “no ha ejercido nunca la gestión completa de los impuestos que corresponden a la Generalitat, mientras que hay otras comunidades que sí lo han hecho, como La Rioja, Murcia o Canarias”. La Generalitat pretende, pero es muy probable que tenga poco éxito, que la agencia tributaria catalana con plenos poderes sea operativa en 2017.
El segundo aspecto de la reunión tiene que ver con la elaboración de los Presupuestos de la Generalitat para 2016, toda vez que siguen prorrogados los del año anterior. Junqueras ya ha anunciado que piensa presentarlos en el Parlament a finales de mayo, pero previamente debe conocer las envolventes financieras en sus relaciones con el Estado. Y lo que pretende ahora la Generalitat es construir un clima político 'más amable' que en tiempos de Artur Mas. Sobre todo teniendo en cuenta que Junqueras, de acuerdo con la ley, está obligado a presentar a Hacienda un plan económico-financiero, pero también un plan de ajuste que ya ha remitido a Montoro en los últimos días, aunque todavía no es público.
Junqueras, de acuerdo con la ley, está obligado a presentar a Hacienda un plan económico-financiero, pero también un plan de ajuste que ya ha remitido
En la reunión, por lo tanto, ya se podrán discutir los recortes que asume la Generalitat para poder seguir financiándose. Como recuerdan desde Hacienda, Cataluña no tendrá acceso al Fondo de Liquidez si no aplica el plan de ajuste. Pero es que también corre el riesgo de colocar su deuda a nivel de 'bono basura'. El ministro De Guindos ya ha logrado que Moody's no lo haga, pero está a la espera de lo que decida Standard & Poor's
Cataluña, como se sabe, ha incumplido los objetivos de estabilidad presupuestaria entre 2010 y 2014, y con toda probabilidad lo habrá hecho en 2015. Entre otras cosas porque hasta noviembre acumula un déficit en contabilidad nacional equivalente al 2,21% de su PIB, incluso por encima del 2,08% alcanzado el año anterior. Muy lejos del 0,7% previsto.
Y lo que quiere la Generalitat, lógicamente, es lograr mayor flexibilidad, habida cuenta de que para 2016 está previsto un desequilibrio equivalente al 0,3% del PIB, que hoy por hoy se antoja imposible de cumplir. Fuentes que conocen bien el presupuesto de la Generalitat estiman que es muy probable que el déficit haya acabado en 2015 en el entorno del 3%, es decir, a años luz del 0,7% comprometido. Es por eso que la Autoridad Fiscal advirtió en su informe de que las proyecciones sobre el nivel de deuda “muestran perfiles no sostenibles”.
Lo dice la Autoridad Fiscal en su último informe sobre Cataluña: “La entrada en dificultades para hacer frente a la carga de la deuda podría desencadenar una reacción en los mercados similar a la que se produjo con la deuda soberana griega en los episodios de 2010 y 2015, o de Chipre en 2012, en la que los 'spreads' [las primas de riesgo] entraron en trayectorias fuertemente al alza”.