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La caída del consumo eléctrico delata el frenazo de la economía en pleno caos político
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La caída del consumo eléctrico delata el frenazo de la economía en pleno caos político

La economía española transmite síntomas de desaceleración a la espera de que se forme un Gobierno. La demanda eléctrica está cayendo a tasas que no se veían desde 2012

Foto: Tendido eléctrico en Navarra. (EFE)
Tendido eléctrico en Navarra. (EFE)

El comportamiento de la demanda eléctrica en el arranque de 2016 delata que la economía española se está enfriando en medio de un clima en el que la incertidumbre política hace mella en la confianza de las empresas. Según los datos que recoge Red Eléctrica Española (REE), en el acumulado de los dos primeros meses el consumo eléctrico ha descendido un 2% con respecto al mismo periodo de 2015 por factores vinculados a la actividad económica. Hay que remontarse hasta el verano de 2013, es decir, hasta los momentos en que España estaba luchando por salir de la recesión, para encontrar descensos de esa magnitud por causas económicas.

En enero, el descenso total de la demanda alcanzó el 4,9%. Una vez descontados los efectos del calendario (si ha habido más o menos días laborables) y las temperaturas (si ha hecho más o menos calor), es decir, centrando el foco en la actividad económica, la caída fue del 3,1%. En febrero, el retroceso acumulado fue menor, del 0,4%, aunque, acotado a causas económicas, el retroceso fue del 0,9%.

Fuentes del sector conectan estas cifras con el enfriamiento de la actividad económica y con el desgaste que el enrarecido e incierto clima político está provocando en las decisiones de inversión y producción de las compañías. Adicionalmente, las altas temperaturas registradas en enero y febrero para tratarse meses invernales y la mayor eficiencia energética de los consumidores, desde las empresas hasta los hogares, han contribuido a los retrocesos generales de la demanda.

En el conjunto de los dos primeros meses de 2016, la demanda peninsular de electricidad se situó en los 42.442 gigavatios-hora (GWh). Este dato es inferior en un 2,7% al registrado en enero y febrero del año anterior, descenso que se sitúa en el 2% depurando la influencia de la laboralidad y las temperaturas y limitando el impacto a la actividad económica.

Fuentes del sector vinculan las caídas con el desgaste que el incierto clima político está provocando en las decisiones de inversión y producción de las compañías

En 2015, la demanda eléctrica registró su primer avance anual tras cuatro años consecutivos de descensos. En concreto, la demanda repuntó el 1,9%, aunque el aumento vinculado a la actividad económica fue del 1,5%. Desde el sector se destaca que esta tasa, al ser claramente inferior al 3,2% al que creció el producto interior bruto (PIB) español durante el pasado ejercicio, certifica la mayor eficiencia energética de la economía española. Es decir, que no necesita consumir tanta electricidad para crecer tanto.

Más síntomas

La misma impresión que envían los datos de la demanda eléctrica es transmitida por el índice de red eléctrica (IRE), que también es calculado por REE y que sirve para dar una información adelantada sobre la evolución de la demanda eléctrica de las empresas con un consumo medio o alto. En enero, el IRE puso fin a una racha de 29 meses consecutivos de tasas positivas, puesto que registró su primer descenso desde julio de 2013. En concreto, el dato agregado sufrió una caída interanual del 0,7% una vez corregidos los datos de laboralidad y temperatura.

"El nuevo año 2016 ha comenzado con una sensible desaceleración en los ritmos de crecimiento del indicador de grandes consumidores", confirmaba REE. Y detallaba: "Analizando la evolución de las diferentes ramas de actividad, es fácil comprobar que es el sector industrial el principal responsable de esta contención, habiendo reducido sus tasas de crecimiento desde el 30% de diciembre hasta el -1,7% de enero. Profundizando en este sector industrial, se aprecia cómo las actividades de producción de bienes intermedios y, especialmente, las coquerías y las industrias metálicas, son las que en mayor medida han contribuido a esta caída".

El descenso de la demanda eléctrica no es el único síntoma de que el vigor económico se está moderando. En febrero, el índice de sentimiento económico que calcula la Comisión Europea a partir de los datos de confianza de la empresas, del sector servicios o de los consumidores, ha descendido hasta los 107,3 puntos, el nivel más bajo en un año. Al mismo tiempo, el termómetro mediante el que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) toma el pulso a la economía en tiempo real, y entre cuyos componentes figura precisamente la evolución de la demanda eléctrica, revela que en el primer trimestre el crecimiento se mueve en torno al 0,65% intertrimestral, por debajo del 0,8% de los dos últimos trimestres y el ritmo más reducido desde el tercer trimestre de 2014.

El comportamiento de la demanda eléctrica en el arranque de 2016 delata que la economía española se está enfriando en medio de un clima en el que la incertidumbre política hace mella en la confianza de las empresas. Según los datos que recoge Red Eléctrica Española (REE), en el acumulado de los dos primeros meses el consumo eléctrico ha descendido un 2% con respecto al mismo periodo de 2015 por factores vinculados a la actividad económica. Hay que remontarse hasta el verano de 2013, es decir, hasta los momentos en que España estaba luchando por salir de la recesión, para encontrar descensos de esa magnitud por causas económicas.

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