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Puigdemont se reserva el control de las telecos y los medios en la nueva Generalitat
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Primer apunte de poder político del nuevo presidente catalán

Puigdemont se reserva el control de las telecos y los medios en la nueva Generalitat

El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se asegura el control de las telecomunicaciones para sí, segregándolas de Empresa para asignarlas al área de Presidencia

Foto: El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (Reuters)
El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (Reuters)

El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha reservado el control de las telecomunicaciones para sí, segregándolas del departamento de Empresa, donde estaban hasta ahora, y haciéndolas depender de Presidencia en el nuevo organigrama de la Administración catalana. Una decisión de calado político, no solo porque se asegura el control de la autorización de las licencias de medios de comunicación, sino también porque Puigdemont extiende su mando a todo el desarrollo industrial del sector.

Así consta en el 'Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya' (DOGC), publicado ayer, siendo este cambio el más relevante en las 'conselleries' económicas, después de la creación de una Secretaría de Hacienda y la recuperación de la Conselleria de Ocupación, que además ha de impulsar la Seguridad Social catalana, según explicó el propio Puigdemont en su discurso de investidura.

El que la Conselleria de Presidencia asuma las competencias de telecomunicaciones tiene diversas lecturas políticas. Por un lado, como señalan fuentes de CDC, se apunta a la voluntad de Puigdemont de no convertirse en un títere de Artur Mas, pese a haber aceptado un Gobierno diseñado a la medida del presidente anterior, y donde incluso Jordi Vilajoana continuará como secretario general de Presidencia.

Por otro, con el golpe de llevarse las telecos a Presidencia, Puigdemont deja esta área estratégica bajo su mando y, de rebote, coloca los medios públicos catalanes lejos de la órbita del nuevo 'conseller' de Empresa, Jordi Baiget, el anterior secretario del Govern y persona de la más estrecha confianza de Artur Mas

Presión 'masista'

Puigdemont ya ha marcado perfil propio con el nombramiento como nuevo director de Catalunya Ràdio de Saül Gordillo, exsubdirector de 'El Periódico' pero antes director de la Agencia Catalana de Noticias, el proyecto empresarial que había impulsado el propio Puigdemont. Sin embargo, le costará al nuevo presidente catalán asumir el liderazgo de CDC. Como secretario del Govern, el cargo que antes ocupaba Baiget, se ha nombrado al antiguo jefe de Gabinete de Artur Mas, Joan Vidal de Ciurana.

Artur Mas lo ha dejado todo tan cerrado que hasta los cargos de mayor confianza de Presidencia provienen de su antigua órbita de estrechos colaboradores

De modo que la presión de los hombres de Mas sobre el nuevo presidente catalán es tanta y tan asfixiante que fuentes de CDC ya hablan de que en seis meses habrá que remodelar Gobierno, porque Carles Puigdemont querrá hacer sus propios nombramientos. En este sentido, hay quien apunta a que el cambio de telecos de Empresa a Presidencia es el primer punto de rebelión del nuevo presidente. En Cataluña, cualquier lucha por el poder político empieza por las ondas.

Repercusión industrial

Más allá de la política, la decisión tendrá una repercusión industrial. Que telecomunicaciones dependa de Presidencia es una decisión antigua, de la época de Jordi Pujol. Responde a un esquema de planificación estratégica ya superado. Y lastrará el futuro desarrollo del sector a medio plazo si la legislatura se alarga demasiado.

Telecomunicaciones no es de lo único que se está vaciando la Conselleria de Empresa. Pere Torres, la mano derecha de Felip Puig, también deja su puesto de secretario general y se marcha con todo su equipo a Territorio y Sostenibilidad, para ponerse a las órdenes de Josep Rull. Otro reto para el nuevo 'conseller' de Empresa: buscar altos cargos.

El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha reservado el control de las telecomunicaciones para sí, segregándolas del departamento de Empresa, donde estaban hasta ahora, y haciéndolas depender de Presidencia en el nuevo organigrama de la Administración catalana. Una decisión de calado político, no solo porque se asegura el control de la autorización de las licencias de medios de comunicación, sino también porque Puigdemont extiende su mando a todo el desarrollo industrial del sector.

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