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De Fráncfort a tu bolsillo: así te afectan las nuevas medidas monetarias de Draghi
  1. Economía
impacto directo en las finanzas personales

De Fráncfort a tu bolsillo: así te afectan las nuevas medidas monetarias de Draghi

Una cosa es que el BCE no colmara las expectativas de los inversores y otra muy distinta que sus medidas no sean importantes. Lo son, y mucho, para el bolsillo de los hogares

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa que ofreció este jueves en Fráncfort (EFE)
El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa que ofreció este jueves en Fráncfort (EFE)

En muchas ocasiones, los grandes temas de la economía suenan muy alejados de las preocupaciones reales de los hogares. No es el caso de la última remesa de medidas monetarias anunciada por el Banco Central Europeo (BCE) esta semana. La entidad presidida por Mario Draghi puso sobre la mesa hasta cinco novedades diferentes. Aunque a los inversores les supo a poco, porque esperaban más contundencia y menos variedad por parte del BCE, lo cierto es que las últimas maniobras de la institución tienen -y tendrán- un impacto directo en las finanzas de las familias.

Sin duda, la más sensible es la relativa a los tipos de depósito, que han sido recortados por el BCE del -0,20% al -0,30%. Este tijeretazo supone que desde el próximo lunes el BCE cobrará a los bancos un 0,30%, frente al 0,20% anterior, por el dinero que les sobre cada día. Con esta 'multa', Draghi persigue disuadir lo suficiente a los bancos para que canalicen su dinero a la economía real, en forma de préstamos e inversiones, y no lo tengan embalsado. Pero, más allá de que lo consiga o no y del estímulo que esa disuasión puede proporcionar al crecimiento, lo cierto es que la reducción de los tipos de depósito afecta directamente a referencias tan relevantes para las finanzas famliares como el euribor, los depósitos u otras alternativas de inversión. En unos casos, esa influencia será para bien; en otros... no tanto. 

1. Hipotecas: ¿bajará el euribor del 0%?

Millones de hogares españoles tienen en el euribor a 12 meses la referencia que guía cuánto pagan por su hipoteca. Pues bien, para esos millones de hogares -y siempre que no tengan una cláusula suelo que lo impida- la última decisión del BCE sobre los tipos de depósito traerá aún mejores noticias de las que ya viene dando el euribor en los últimos años. Previendo que el BCE iba a recortar más el tipo de depósito, la media mensual del índice hipotecario, que es la que se tiene en cuenta en las revisiones, ya reculó en noviembre hasta el 0,079%, el promedio más bajo de la historia. Para entender lo que significa esta cifra, conviene tener presente que la media histórica del euribor se sitúa en el 2,5%.

Con los tipos de depósito en el -0,30%, el euribor a 12 meses podría acercarse aún más al 0% e incluso caer en algún momento y de forma temporal por debajo del 0%, algo que ya ocurre por ejemplo con el euribor a 9 meses, ¿Significa eso que el banco pagará a los clentes por la hipoteca? No, mientras el euribor no caiga hasta un nivel tan negativo que supere el diferencial vigente para cada hipoteca. Pese al simbolismo que tendría su descenso por debajo del 0%, lo relevante es que con sus últimas medidas el BCE garantiza que el euribor permanecerá en zona de mínimos históricos al menos durante 2016 y 2017, con el respiro consiguiente para las cuotas hipotecarias. 

2. Depósitos: ¿cobrarán los bancos a los clientes?

Si el euribor trae las buenas noticias, los depósitos traen las malas -o las menos buenas-. El descenso de los tipos de depósito a los bancos abre la puerta a que las entidades reduzcan más el interés de los depósitos que ofrecen a sus clientes. Si el rendimiento de los depósitos a 12 meses se mueve ahora entre el 0,3% y el 0,6%, en poco tiempo este interés se irá acercando más claramente al 0,25%, para luego tender hacia el 0%. No queda otra. Con los tipos de depósito en el -0,30% y los oficiales en el 0,05%, los bancos reducirán el coste del pasivo para ajustarlo a esos niveles y para intentar 'rascar' unos puntos básicos adicionales a sus márgenes de intermediación o financieros.  

Las dudas, sin embargo, van más allá: ¿se atreverán los bancos a cobrar un interés a sus clientes del mismo modo que el BCE les cobra ahora a ellos? Aunque las entidades tienen la última palabra en este terreno, es difícil que se atrevan a dar ese paso. Sobre todo, por un motivo principal: no perder aún más la confianza de los clientes. "La banca se enfrenta a un proceso de consolidación y perder cuota de mercado minorista no es algo que puedan sacrificar", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

En todo caso, si los bancos quieren trasladar los intereses negativos a los clientes se centrarán en los institucionales, pero parece complicado que lo amplíen a los particulares, ya que, directamente, estos se llevarían el dinero a sus cajas de seguridad para no tener que pagar por él. En otros países con tipos aún más negativos, como Suecia o Suiza, el impacto en los depósitos una vez roto el umbral del 0% en los intereses oficiales ha sido marginal y se ha centrado en los clientes institucionales ya que las entidades no se han atrevido a cobrar a los particulares... porque ellas tampoco están dispuestas a pagar por prestar

3. Letras: territorio vedado

Además de bajar los tipos de depósito, el BCE también ha potenciado su pograma de compras de deuda pública y privada (QE). En concreto, comprará títulos hasta marzo de 2017, seis meses de lo establecido en un principio. De este modo, la deuda pública seguirá ofreciendo unos rendimientos muy bajos. Es más, en el caso de la deuda a más corto plazo, que en el caso español está representada por las Letras del Tesoro, seguirán mostrando intereses negativos, con lo que continuarán siendo un territorio vedado para los inversores particulares, ya que el Tesoro no les adjudica títulos en las subastas si el rendimiento es inferior al 0%. 

4. Bolsa: si quiere rentabilidad, asuma riesgos

Depósitos camino del 0%, letras vedadas... Es lo que tiene la represión financiera, es decir, la presión que la política monetaria de los bancos centrales, con sus tipos de interés en mínimos históricos, ejerce sobre los ahorradores para que saquen su dinero de los productos más conservadores y lo inviertan en otros activos con más riesgo, como pueden ser la bolsa o la deuda privada, que sirvan para financiar a las empresas. Y este es el panorama que impera ahora: si, por definición, los productos conservadores siempre dan menos rentabilidad, ahora ofrecerán poco más de un 0%, con lo que aspirar a 'premios' del 2%, del 3% o del 5% obligará a ir subiendo en la escala de los riesgos que se está dispuesto a asumir y a invertir en deuda privada, renta variable o productos que contengan alguna dosis de riesgo en su interior. 

En este sentido, conviene estar prevenido sobre la realidad que manda ahora: hasta para arañar un 1% de rentabilidad hay que asumir riesgos. ¿Pero si el bono español a 10 años está en el 1,75%? Claro, pero es que en este caso también hay riesgo. Y doble, además: el primero, el coste de oportunidad de tener que permanecer hasta 10 años en un mismo título para lograr ese 1,75%, que ahora parece mucho, pero que en cinco años a lo mejor no es tanto; y el segundo, que los precios de los bonos están ahora en máximos históricos y sostenidos por el BCE, pero en el futuro pueden bajar, con lo que, si usted quisiera vender los títulos, podría verse obligado a hacerlo con pérdidas. Y si hay posibilidad de perder, es que hay riesgo.   

5. Préstamos: cuestión de solvencia

La meta pretendida por el BCE al reducir los tipos de depósito es clara: que los bancos realicen más préstamos a los hogares y las empresas y no tengan el dinero parado. En teoría, por tanto, los préstamos pasarán a ser más asequibles. Pero solo en teoría. Los préstamos no solo dependen de la oferta, sino también de la demanda, es decir, de los clientes. Más en concreto, de la solvencia de los clientes que los piden.

El asunto, por tanto, seguirá yendo despacio, porque en algunos países, como España, todavía hay mucha deuda acumulada del pasado, y aunque los flujos de crédito nuevo están creciendo, todavía lo hacen a tasas moderadas porque la demanda sigue tímida. No puede ser de otra forma, puesto que las empresas y los hogares aún tienen que quitarse deuda de encima antes de volver a pedir prestado. Quien consiga un préstamo, lo hará a unos intereses en mínimos históricos -en todo caso, eso sí, positivos, es decir, por encima del 0%-, pero en este terreno la realidad sigue siendo más compleja que el mero -y teórico- hecho de que unos tipos de interés más bajos abaratan los préstamos. 

 

En muchas ocasiones, los grandes temas de la economía suenan muy alejados de las preocupaciones reales de los hogares. No es el caso de la última remesa de medidas monetarias anunciada por el Banco Central Europeo (BCE) esta semana. La entidad presidida por Mario Draghi puso sobre la mesa hasta cinco novedades diferentes. Aunque a los inversores les supo a poco, porque esperaban más contundencia y menos variedad por parte del BCE, lo cierto es que las últimas maniobras de la institución tienen -y tendrán- un impacto directo en las finanzas de las familias.

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