De las chufas al 'Meliá Pyongyang': los planes comerciales de Kim Jong-un en España

El embajador de Corea del Norte en España, Kim Hyok-chol, ha cultivado en los últimos meses un inusitado interés por la industria española de la horchata. No es una excentricidad personal, sino que forma parte de los planes estratégicos del régimen que representa. Pyongyang está buscando potenciar la producción y procesado de la chufa, con la que se elabora un aceite 'gourmet', muy caro, que se está poniendo de moda en Estados Unidos, Corea del Sur y entre la clase alta china.

Si el negocio no se trunca por el camino, máquinas de recolección y procesado procedentes del levante español acabarán en el Reino Ermitaño. No se trata del único producto que el régimen de Kim Jong-un negocia con empresas españolas. Desde que abrió sus puertas a finales de 2013, una de las prioridades de su embajada en Madrid (situada en un chalé de Aravaca, no lejos del de Pedro Sánchez) ha sido intensificar los lazos comerciales, hasta hoy prácticamente inexistentes (ver gráficos).

El embajador se queja del desconocimiento de las empresas españolas ante las oportunidades que presenta su país

Aunque administran la información con las reservas propias de uno de los países más herméticos del mundo, en la embajada admiten que se están produciendo contactos. Y fuentes empresariales han revelado a El Confidencial los detalles. "El embajador reconoce que no hay apenas relación y trabaja para solucionarlo, pero ve tres obstáculos principales. Primero, el desconocimiento de las empresas españolas. Segundo, la falta de interés de las autoridades. Y tercero, la mala reputación que tiene el régimen en España".

El interés de Pyongyang está centrado en un puñado de sectores. Por ejemplo, en las energías renovables y el turismo, donde habría estado tanteando ya al Grupo Meliá para modernizar algunos hoteles de la capital. "Quieren empezar cediendo la gestión de un primer hotel. Y si eso funciona, estarían abiertos a que se construyan nuevas instalaciones hoteleras porque están empezado a fomentar el turismo y a abrirse".

Quieren que Meliá gestione un hotel en Corea del Norte y, si funciona bien, construir más

El sector agrícola también se encuentra en su punto de mira. El embajador en persona ha viajado recientemente a Almería para ver en persona los invernaderos y los viveros. "Les interesa todo lo relacionado con la agricultura, desde huertos, cosechadoras, frutales. Ellos compran casi todo a China y quieren diversificar. Dicen que la maquinaria española tiene más calidad, por ejemplo los plásticos son mejores". También estarían mostrando interés en las infraestructuras de transportes. Por ejemplo, quieren modernizar el metro de Pyongyang y se han interesado por la experiencia de CAF al respecto. "Les interesa sobre todo la decoración y los sistemas de tracción del metro".

Aunque sigue siendo un mercado muy pequeño, la clase dirigente norcoreana ha empezado a disfrutar en los últimos años de productos y servicios a los que no tenía acceso hace una década, una transformación que se percibe a simple vista en la capital del país, donde hay cada vez más coches y una mayor oferta de productos occidentales, incluidas las marcas de lujo.

Corea del Norte no solo quiere comprar, sino también vender sus productos al mercado español. Su economía, autárquica y con un sector industrial muy atrasado, no tiene demasiado que ofrecer a precios competitivos, así que la embajada está ofertando dos géneros con los que se sienten fuertes: el ginseng y la mano de obra barata.

Inspirándose en el parque industrial que mantienen en asociación con Corea del Sur en Kaesong (frontera), durante la última década han cerrado acuerdos con fabricantes chinos y europeos (sobre todo holandeses) para contratar a trabajadores norcoreanos en 'joint-ventures'. Las multinacionales no pagan a los trabajadores, sino al régimen. "En España todavía no han cerrado ningún contrato pero lo están intentando. Su sueño es producir para Inditex", dicen.

Los empresarios consultados aseguran que la mayoría de las aproximaciones que está haciendo la embajada son muy informales y que no cuentan con una infraestructura profesional para hacer negocios. "Es el propio embajador el que gestiona casi todo, ayudado por su traductor, Kang. No tienen mucho más personal en Madrid. Cuando se interesó por los vagones de metro, estuvo él mismo circulando en el metro de Madrid en persona, para ver como funcionan", dicen.

En las últimas semanas, desde la embajada han estado llamando a varias cámaras de comercio para ofrecer información y encontrar socios comerciales, pero se quejan de que les piden "demasiado dinero" para organizar eventos. "Entre tres y cuatro mil euros por encuentro", dicen. Ademas, para algunas asociaciones comerciales no es precisamente buena publicidad organizar actos patrociados por el régimen norcoreano.

Algunos de los empresarios españoles consultados no ven claros los negocios con Corea del Norte por ahora. "Desde los transportes a las cuestiones legales, está aún todo el camino por hacer. Además, está todo muy centralizado, hay que esperar permisos de Pyongyang y en la embajada no tienen autonomía para cerrar tratos sobre la marcha. Recopilan información, piden catálogos, etcétera, para enviarlos a su país. Su manera de actuar me recuerda mucho a cómo eran las relaciones con China hace años", dice un consultor con experiencia en el mercado asiático.