¿Pensando en votar con el bolsillo? Seis claves para conocer la economía catalana

Cataluña vota este domingo. Todo indica que en estos comicios los sentimientos pesarán más que el bolsillo a la hora de determinar el voto. Con todo, nunca está de más echar un vistazo a la vertiente económica. Más que nada, porque un repaso a sus principales magnitudes, como se hace en el vídeo que protagoniza esta información, evidencia por un lado el potente músculo económico con el que cuenta Cataluña, pero por otro también manifiesta la fragilidad de sus cuentas públicas.

Según los datos de la Contabilidad Regional que recoge el Instituto Nacional de Estadística, en 2014 Cataluña fue la mayor Comunidad Autónoma por volumen de Producto Interior Bruto (PIB), con casi 200.000 millones de euros, tras crecer un 1,4%, la misma tasa que el conjunto de España. De este modo, la región aporta prácticamente 1 de cada 5 euros del PIB español.

Repartiendo esos 200.000 millones entre cada catalán, para obtener el PIB per cápita, Cataluña ocupa el cuarto lugar, con 26.996 euros. Supera en un 18,5% la media nacional, situada en los 22.870 euros, y solo se encuentra por detrás de los 31.004 euros de Madrid, los 29.683 euros del País Vasco y los 28.124 euros de Navarra y supera los 24.998 euros de La Rioja.

La pujanza económica de Cataluña también se observa en el mercado laboral. La región sufre un paro del 19,1%, más de tres puntos por debajo del 22,4% registrado en el conjunto de España en el segundo trimestre de 2015.

Por el contrario, las finanzas públicas catalanas ofrecen un semblante más deteriorado. Cataluña es una de las Comunidades que más se ha alejado de los objetivos de déficit público en los últimos años. En 2014 casi triplicó el objetivo previsto y en 2015 todo indica que volverá a hacer lo mismo. Además, del mismo modo que tiene el mayor PIB por volumen, también tiene la mayor deuda pública de todas las Comunidades, con 67.000 millones de euros, de los que más de la mitad proceden de la financiación extraordinaria que le ha proporciado el Estado en los últimos años ante la imposibilidad de la Generalitat de financiarse por sus propios medidos desde 2012.

Como resultante de esta situación, las tres principales agencias de calificación de riesgos del mundo (Standard & Poor's, Moody's y Fitch) conceden a Cataluña un rating que se encuentra entre dos y tres escalones por debajo del que recibe España.