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'Chicos, contad conmigo': el mercado espera que Draghi esté listo para volver a actuar
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'Chicos, contad conmigo': el mercado espera que Draghi esté listo para volver a actuar

Más crédito, más barato, más crecimiento... Justo cuando las piezas le empezaban a encajar al BCE, los recelos que inspira China y que se perciben en los mercados nublan de nuevo el panorama

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. (Reuters)
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. (Reuters)

Ahora que el crédito comenzaba a fluir incluso hacia el sector privado. Ahora que los costes de financiación empezaban a bajar de verdad para las empresas y los hogares. Ahora que la Eurozona soñana con asentar la recuperación a partir de unos tipos de interés en mínimos históricos, de un petróleo barato y de un euro débil. Justo ahora, la creciente incertidumbre que generan China y otros países emergentes amenaza con alimentar otro coletazo serio de la crisis y con abortar la reactivación de la economía europea.

Por eso, cuando los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reúnan este jueves en Fráncfort volverán a sentir la mirada y la expectación de los inversores y los mercados. Adictos a la medicina de los bancos centrales, pretenden mitigar los temblores de las cotizaciones con nuevas dosis monetarias. O, como poco, esperan que el presidente de la entidad, Mario Draghi, les recuerde que sigue ahí, al cabo de los acontecimientos que están convulsionando los mercados internacionales, dispuesto a disparar más munición expansiva si resulta preciso.

Actuar ya sonaría precipitado, porque equivaldría a que el BCE ha entrado en modo pánico cuando aún no se sabe bien al alcance de lo que está pasando en los emergentes, pero Draghi tiene a su alcance reiterar que el programa de expansión cuantitativa (QE) es lo suficientemente flexible como para dar cabida a más estímulos. "En esta reunión esperamos un tono más blando con respecto a las intenciones futuras del BCE antes de que termine expandiendo el QE", prevén los expertos de Royal Bank of Scotland (RBS). "El BCE enfatizará su compromiso de elevar la inflación y su predisposición a incrementar el programa de compra en caso de ser necesario", afirman desde Intermoney.

Actuar ya equivaldría a que el BCE ha entrado en 'modo pánico'; una intervención verbal, dirigida a frenar al euro, sería el recurso más accesible

Por el momento, el compromiso del BCE consiste en dedicar 60.000 millones de euros al mes, al menos, hasta septiembre de 2016 o hasta que tenga evidencias de que la inflación se encamina hacia el objetivo de la entidad de situarla por debajo, pero cerca, del 2%.

Vuelven los fantasmas deflacionistas

La realidad, sin embargo, sigue lejos de ese nivel. En agosto, la inflación permaneció en el 0,2%, según el dato provisional facilitado por Eurostat, con lo que la amenaza deflacionista continúa presente. De hecho, el temor al descenso de los precios ha vuelto al escenario precisamente por todo lo que envuelve a China y los mercados emergentes.

El retorno de la desconfianza y la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) estadounidense retrase la subida de los tipos de interés han fortalecido al euro, en especial contra las divisas emergentes. Desde la anterior reunión de política monetaria del BCE, que tuvo lugar a mediados de julio, la divisa europea se ha apreciado un 22% contra el real brasileño y el rublo ruso, un 14% contra la lira turca o un 5% contra el yuan chino. Contra el dólar se ha revalorizado cerca de un 3%, hasta los 1,125 dólares, aunque en los momentos de mayor tensión incluso ha tocado los 1,17 dólares.

Draghi recurriría este jueves a la intervención verbal, con ese mensaje de que está dispuesto a reforzar el QE, con el propósito de frenar el ímpetu del euro

Un euro más fuerte y unas divisas emergentes más débiles abonan el terreno para la llegada de productos baratos de países como Indonesia, Corea del Sur, Tailandia, China o Turquía y, por tanto, para nutrir las presiones deflacionistas. Sin olvidar, claro está, que la caída del petróleo y otras materias primas también juega a favor del descenso de los precios.

Precisamente por estos impactos, Draghi recurriría este jueves a la intervención verbal, con ese mensaje de que está dispuesto a reforzar el QE, con el propósito de frenar también el ímpetu del euro. De hecho, ya se ha producido un anticipo por parte del economista jefe del BCE, Peter Praet, que la semana pasada aludió precisamente a que el BCE "actuará sin ambigüedad" en caso de que la reciente inestabilidad se agrave. "La reciente retórica del BCE subraya que la entidad tiene un fuerte sesgo en favor de un euro débil", sostiene Stephanie Lindeck, economista de Julius Baer.

Menos inflación

Además, el BCE encontrará la excusa perfecta para sustentar su disposición de volver a actuar en las nuevas previsiones que presentará este jueves. Se espera que revise a la baja sus pronósticos sobre la inflación y que mantenga las de crecimiento.

Hace tres meses, la entidad situaba la inflación en el 0,3% en 2015, en el 1,5% en 2016 y en el 1,8% en 2017. En cuanto al crecimiento, en junio pronosticaba una tasa del 1,5% para 2015, del 1,9% para 2016 y del 2% para 2017.

Ahora que el crédito comenzaba a fluir incluso hacia el sector privado. Ahora que los costes de financiación empezaban a bajar de verdad para las empresas y los hogares. Ahora que la Eurozona soñana con asentar la recuperación a partir de unos tipos de interés en mínimos históricos, de un petróleo barato y de un euro débil. Justo ahora, la creciente incertidumbre que generan China y otros países emergentes amenaza con alimentar otro coletazo serio de la crisis y con abortar la reactivación de la economía europea.

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