El ‘ladrillo’ aún consume casi la tercera parte del crédito concedido por la banca

El ajuste en el sector de la construcción (incluyendo las actividades inmobiliarias) ha sido brutal desde el comienzo de la crisis –por encima del 50%–, pero aun así continua consumiendo buena parte del crédito.

Un dato lo pone de relieve. En el primer trimestre de este año, el 28,8% de los créditos fue a parar a actividades relacionadas con el ‘ladrillo’. En concreto, 194.676 millones de euros de los 675.779 millones puestos a disposición de las actividades productivas por parte del sistema financiero.

El porcentaje, en todo caso, está todavía muy por debajo del 45% que llegó a copar la construcción y las inmobiliarias en 2009, pero lo relevante es que continúa perdiendo peso en el reparto del crédito. Hace un año, el ‘ladrillo’ representaba el 29,7% de los préstamos, lo que significa que el descenso continúa.

Con todo, sigue siendo el sector económico más importante en términos de consumo de capital. Incluso, muy por encima de la industria, que pese a la recuperación de la actividad apenas representa el 16,2% del crédito concedido. Y lo que no es menos relevante, sigue perdiendo peso (el 16,7% hace un año).

El sector servicios es, sin duda, el quemás se está beneficiando de la recuperación del crédito. Hasta el punto que ya representa el 74,1% de los préstamos concedidos, lo que parece coherente con el proceso de terciarización de la economía española durante la salida de la crisis. A destacar, en este sentido, el caso de las actividades relacionadas con la intermediación financiera, que es el sector más beneficiado por el aumento del crédito.

En concreto, el crédito destinado a la intermediación financiera ha crecido nada menos que un 32% desde el punto álgido de la crisis, lo que refleja que, al contrario de lo que ha sucedido en otras actividades, este sector ha salido indemne de la recesión. Y no se trata de un sector cualquiera. Absorbe el 16,3% del crédito, lo que representa algo más de 110.100 millones de euros.

Para hacerse una idea de lo que supone ese aumento, hay que tener en cuenta que en el mismo periodo el crédito a la construcción ha caído un 69,3%, mientras que en el caso de las actividades inmobiliarias el desplome ha sido del 54,8%. La media de descensos para el conjunto de actividades industriales ha supuesto el 34%.

La morosidad se dispara

Loa abundancia de crédito en la construcción durante los años previos a la crisis es lo que explica que también su tasa de morosidad sea sensiblemente más elevada. Pese a la quiebra de miles de empresas y la absorción de los activos malos en el balance, la morosidad alcanza un increíble 32%, casi el doble que en el conjunto de las actividades productivas, donde se llega ‘únicamente’ al 17,8%. La industria, con una mora del 12,5%, se sitúa por debajo de la media, lo que parece consistente con un tipo de actividad menos especulativa.

Esta enorme morosidad, sin embargo, se produce en un contexto de mejora de las condiciones financieras. El último informe del Banco de España refleja que el coste de los créditos para la adquisición de vivienda disminuyó hasta el 2,5% en el primer cuatrimestre, y el de los destinados al consumo y otros fines lo hizo hasta el 6,4 %. Esta mejoría en las condiciones de financiación de los hogares, sostiene el banco central, “favoreció una mayor actividad crediticia”.

Por finalidades, se observa una moderación del descenso tanto del destinado a compra de vivienda (3,6%, 0,2 puntos menos que cuatro meses antes) como, en mayor medida, del concedido para consumo y otros fines (1,4 %, frente al 3,9% de finales de 2014). Es decir, que el crédito continúa cayendo en pleno proceso de desendeudamiento de familias y empresas. Incluso para los sectores que más han sufrido los rigores de la crisis.