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El BCE saca músculo al ampliar el alcance de sus compras de deuda en plena crisis griega
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amplía las adquisiciones de títulos públicos

El BCE saca músculo al ampliar el alcance de sus compras de deuda en plena crisis griega

La entidad presidida por Mario Draghi confirma que, si hace falta, puede ampliar su arsenal monetario. Y no lo hace en un momento cualquiera, sino en plena ebullición de la crisis helena

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi. (EFE)
El presidente del BCE, Mario Draghi. (EFE)

En el universo de los bancos centrales no suelen darse puntadas sin hilo. Todo -acertadamente o no- responde a una intención. Y por eso el último movimiento anunciado esta mañana por el Banco Central Europeo (BCE) no puede desligarse del agravamiento de la crisis griega. En plena convulsión por la acumulación de los últimos acontecimientos -corralito, impago al Fondo Monetario Internacional (FMI) y expiración del segundo rescate- y a la espera del resultado del referéndum del domingo, la entidad presidida por Mario Draghiha sacado músculo y ha ampliado el alcance de su programa de compras de deuda.

En concreto, ha reforzado la parte correspondiente a la adquisición de deuda pública o de organismos públicos -o respaldados por Estados-,que responde a las siglas PSPP -dentro del programa de expansión cuantitativa (QE), el BCE compra ese tipo de deuda (PSPP), cédulas hipotecas (CBPP3) y titulizaciones (ABSPP)-. Ha incluido su lista en 13 empresas con respaldo público, entre las que se encuentran la española ADIF o la italiana Enel.

Justo un día antes del fin de semana del referéndum griego, el BCE ha enviado un claro mensaje a los mercados: el bazuca está preparado

En el contexto actual, esta maniobra constituye un claro mensaje: el BCE aún tiene más recursos a su disposición para salir al paso de los problemas que puedan surgir. "Justo un día antes del fin de semana del referéndum griego, el BCE ha enviado un claro mensaje a los mercados: el bazuca está preparado", afirma Alberto Gallo, de Royal Bank of Scotland (RBS). "El BCE ha guardado pólvora seca por si las cosas empeoraban", añade, al tiempo que precisa que esta decisión puede abrir la puerta a que la institución adquiera títulos de empresas con un grado de inversión de alta calidad.Es decir, a empresas que tengan una elevada calificación crediticia. Sería un paso clave, puesto que saldría del perfil público y financiero de las compras que ha venido haciendo hasta la fecha.

Al mismo tiempo, confirma con hechos las palabras que envió el pasado domingo, cuando decidió congelar en 89.000 millones de euros el dinero que los bancos griegos tienen a su disposición a través de la Provisión de Liquidez de Emergencia (ELA, en sus siglas en inglés). "El Consejo de Gobierno está decidido a utilizar todos los instrumentos disponibles en el marco de su mandato", aseguró la entidad.

Y aún más. Con esta decisión, Draghi deja claro que es quien más rápido puede actuar y quien cuenta con las teclas precisas para aliviar la situación actual... o tensarla del todo. Porque fue el BCE, con su decisión de congelar la ELA, quien indujo el corralito griego, y porque, como ha reconocido el propio ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, la reapertura de los bancos griegos dependerá del BCE. Si la entidad no pone más dinero al alcance de las entidades helenas, estas no podrán volver a abrir. Ahora bien, para poner ese dinero adicional, antes deberá tener evidencia de que la banca griega es solvente y de que Grecia quiere seguir en el euro, algo que no quedará claro hasta el resultado de la consulta del 5 de julio.

El BCE anunció el QE el pasado 22 de enero, aunque no lo puso en marcha hasta marzo. Con este programa, se ha comprometido a dedicar 60.000 millones de euros al mes, al menos hasta septiembre de 2016, a la compra de deuda pública (50.000 millones)y privada (los 10.000 millones restantes).

En el universo de los bancos centrales no suelen darse puntadas sin hilo. Todo -acertadamente o no- responde a una intención. Y por eso el último movimiento anunciado esta mañana por el Banco Central Europeo (BCE) no puede desligarse del agravamiento de la crisis griega. En plena convulsión por la acumulación de los últimos acontecimientos -corralito, impago al Fondo Monetario Internacional (FMI) y expiración del segundo rescate- y a la espera del resultado del referéndum del domingo, la entidad presidida por Mario Draghiha sacado músculo y ha ampliado el alcance de su programa de compras de deuda.

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