Los ayuntamientos no suben la deuda en víspera de elecciones por primera vez

Los ayuntamientos se están empeñando en demostrar que son los organismos públicos más responsables en materia fiscal. La última remesa de datos ofrecida por el Banco de España sobre la evolución de la deuda pública evidencia un hecho sin precedentes: los municipios han soportado en los últimos mesesla tentación de incrementar su deuda en relación a su Producto Interior Bruto (PIB) pese a la proximidad de los comicios municipales.

En concreto, la han mantenido en torno al 3,6% del PIB, cuando en septiembre rondaba el 3,9% y hace un año se encontraba en el 4%. Esta evolución contrasta con los datos vistos en vísperas de las anteriores elecciones municipales. En 2011, en el trimestre previo a la cita electoral la proporción entre la deuda de los ayuntamientos y el PIB creció del 3,3 al 3,5%. Cuatro años antes, saltó del 2,7 al 2,85%.

Al cierre del primer trimestre de 2015, la deuda de las corporaciones locales se situaba en los 38.501 millones de euros, ligeramente por encima de los 38.363 millones de finales de 2014 y por debajo de los 42.115 millones de finales de 2013. Durante la crisis, la deuda de los ayuntamientos ha crecido un 30%desde los cerca de 29.500 millones de euros existentes cuando acabó 2007.

Prácticamente el 90% de los municipios merecerían una calificación crediticia mejor que la del Estado 

Estas cifras contrastan con las del resto de las Administraciones. En el primer trimestre de 2015, la de la Administración Central ha subido de 870.763 a 883.590 millones de euros y la de las comunidades autónomas ha aumentado de 236.747 a 241.269 millones de euros. A lo largo de la crisis, y siempre según los datos recogidos por el Banco de España, la primera casi se ha triplicado, desde los 312.000 millones de finales de 2007, y la segunda casi se ha cuadruplicado, desde los 61.000 millones de los que partió cuando acabó 2007.

Cuentas saneadas

Pero es que, además, las corporaciones locales también pueden presumir de no tener déficit. Todo lo contrario, porque de media presentan un superávit en sus cuentas públicas.

Según los datos de la IGAE, ese superávit ha alcanzado el 0,5% en cada uno de los dos últimos ejercicios. Para 2015, las previsiones del Gobierno contemplan que se sitúen únicamente en equilibrio presupuestario –ni déficit ni superávit–, pero todo indica que volverán a tener más ingresos que gastos.

Para explicar tanto su menor nivel de deuda como su superávit público, los expertos mencionan como factor clave la aplicación de laregla de gasto, que limita cuánto puede crecer el gasto de las Administraciones Públicasde un año para otro. En las condiciones actuales, la regla de gasto, establecida en el 1,5% para 2014 y en el 1,7% para 2015, encorseta especialmente a los ayuntamientos, de ahí el impacto en sus cuentas públicas y sus cargas financieras.

Recogiendo los datos de las corporaciones locales, la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) difundió la semana pasada un informe en el que subrayaba la buena salud fiscal que muestran los municipios. Detallaba que, en caso de poder tener un rating mejor que el de España –algo que S&P no permite–, prácticamente el 90% de los municipios merecerían una calificación crediticia mejor que la del Estado.