La deuda pública crece en 665.000 millones durante la crisis y roza el 100% del PIB
En silencio, sin las estridencias de otros tiempos porque el BCE lo anestesia todo, la montaña de la deuda pública sigue engordando. Solo le queda un 'pasito' para superar ya el PIB español
Es lo que tiene la mano visible del Banco Central Europeo (BCE). Como la entidad presidida por Mario Draghi se ha encargado de moderar las primas de riesgo y anestesiar las tensiones que soportaba la deuda pública periférica, la sensación es que esta ha dejado de ser importante. Y no debería ser así. El caso español es muy sintomático.-La evolución de la deuda ha quedado en segundo -o tercero, incluso- plano... pese a que no deja de crecer.
Según los datos facilitados este jueves por el Banco de España, en marzo el volumen total de la deuda de las Administraciones Públicas engordó hasta los 1,047 billones de euros, una cifra que conduce a una espectacular retahíla de datos encadenados.
El primero, que acumula cinco meses seguidos creciendo y que en el primer trimestre de 2015 ha aumentado en 13.300 millones. El segundo,que esos 1,047 billones equivalen al 99% del Producto Interior Bruto (PIB), con lo que se encamina hacia el 100% y pone en riesgo, salvo corrección, el objetivo del Gobierno de que termine el año en el 98,9%. Y el tercero -y realmente espectacular- es que el volumen se ha disparado en 665.000 millones desde finales de 2007. O lo que es lo mismo, entonces equivalía al 35,5% del PIB, con lo que durante la crisis se ha multiplicado por 2,7 veces.
Para cumplir el objetivo anual revisado a la baja en el Programa de Estabilidad presentado a finales de abril, el Ejecutivo puede ampararse en que el Tesoro Público se ha empleado a fondo en el arranque de 2015 para dejarse los deberes hechos y aprovechar las favorables condiciones de mercado facilitadas por el BCE. Hasta la fecha, el Tesoro ya ha cubierto el 44,5% de las emisiones de deuda a medio y largo plazo previstas para todo 2015. Es decir, en la recta final del ejercicio podría tomárselo con más calma y ayudar así a reducir la proporción entre la deuda y el PIB. Como, además, este crecerá cerca del 3% y se acercará a los 1,09 billones de euros, la ratio deuda/PIb también podría encajar finalmente con ese 98,9% esperado.
Exprimiendo al Tesoro Público
Pero ni siquiera la consecución de esta meta debería matizar la relevancia de las cotas alcanzadas por la deuda pública. Sobre todo, porque las Administraciones Públicas siguen generando tantas necesidades de financiación que el Tesoro Público continúa exprimido. Para 2015 está previsto que en total -esto es, con deuda a corto, meedio y largo plazo- pida 239.369 millones de euros. O lo que es lo mismo, 7.500 euros por segundo, una cifra muy similar a la ya vista en 2013 y 2014.
Laventajapara España es que los cuidados de Draghi evitan quela negativa evolución de la deuda pública se traduzca en una mayor tensión para los bonos. La rentabilidad de los títulos a 10 años, aunque ha repuntado en las últimas semanas, se encuentra en zona de mínimos histíoricos -en términos nominales-,por debajo del 2%. Y la prima de riesgo, que en 2012 escaló hasta los 650 puntos básicos, se mueve ahoraentre los 100 y los 150 puntos.
Pero loas intervenciones de Draghi, además de que no siempre estarán ahí, no pueden ocultar quetanta deuda representa una pesada carga para el futuro de España.Desde organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya han reclamado la necesidad de diseñar una hoja de ruta clara, fiable y transparente sobre cómo se va a reducir el montante de la deuda en los próximos años. Porque advierten de que España permanecerá en una posición vulnerable si las Administraciones Públicas no comienzan a reducir ese volumen de deuda.
Es lo que tiene la mano visible del Banco Central Europeo (BCE). Como la entidad presidida por Mario Draghi se ha encargado de moderar las primas de riesgo y anestesiar las tensiones que soportaba la deuda pública periférica, la sensación es que esta ha dejado de ser importante. Y no debería ser así. El caso español es muy sintomático.-La evolución de la deuda ha quedado en segundo -o tercero, incluso- plano... pese a que no deja de crecer.