Los inversores ya pagan intereses por prestar dinero a España a corto plazo
Era cuestión de tiempo. Y ese tiempo ha llegado este martes. El Tesoro ha sacado adelante una subasta de letras en la que España ya se ha financiado incluso a intereses negativos
Tenía que pasar. Y ya ha pasado. España se ha sumado a la corriente de financiación extraordinaria que está auspiciando el Banco Central Europeo (BCE) y este martes ya ha llegado a financiarse con intereses negativos en la subasta de letras que el Tesoro Público ha llevado a cabo. O lo que es lo mismo, los inversores ya están dispuestos a pagar interesespor prestar dinero a España a corto plazo, cuando lo normal es que cobren un interés por hacerlo.
En concreto, esos intereses negativos se han visto en las letras a 6 meses., que se han colocado con una rentabilidad media del -0,002%, por debajo del 0,036% de marzo y, sobre todo, la primera vez que España se financia no solo sin coste, sino incluso ganando dinero al hacerlo.
El Tesoro también se ha financiado este martes con la venta de letras a un año. Y en su caso el coste ha sido prácticamente nulo: un rendimiento medio del 0,006%, inferior al 0,067% y también el más reducido de la historia.
Con esta colocación, el Tesoro ha captado 4.646 millones de euros -725 millones en títulos a seis meses y 3.921 en letras a un año-, dentro de su objetivo de lograr entre 4.000 y 5.000 millones. La tasa de cobertura ha vuelto a ser amplia, puesto que la demanda prácticamente ha duplicado la oferta en las letras a 12 meses y la ha quintuplicado en los títulos a seis meses.
Condiciones históricas
Aunque, sobre todo, estas cifras alcanzan otra perspectiva en comparación con los intereses que España tuvo que pagar en otros momentos. Provocan que incluso parezca elevado el 0,369% que abonó hace un año por los títulos a 6 mesesy el 0,556% que desembolsó en las letras 12 meses. Pero es que en abril de 2012 el rendimiento de las letras a un año alcanzó el 2,62% y el de las letras a 6 meses, al 1,58%.
Pero es que el Tesoro nunca ha gozado de un escenario tan favorable como el actual para financiarse. Primero, por los tipos de interés oficiales, que se encuentran en el mínimo histórico del0,05% desde septiembre de 2014. Y segundo, y fundamentalmente, porque el BCE, de la mano de su presidente Mario Draghi, lleva un mes descargando su programa de expansión cuantitativa (QE). Esta iniciativa, con la que se ha propuesto dedicar 60.000 millones al mes a la compra de deuda pública y privada hasta septiembre de 2016, está reduciendo aún más los rendimientos de la deuda pública europea hasta el hecho de provocar que el 30% de los títulos muestre ya tipos negativos.
Riesgo de complacencia
Sin embargo, tanto esta ola de liquidez como su huella en los costes de financiación pueden tener efectos secundarios negativos. En lo concerniente a la deuda pública, el riesgo reside en minimizar la importancia que tiene el también histórico volumen de deuda pública que acumula España. A finales de 2014, alcanzó los 1,03 billones de euros, una cifra equivalente al 97,6% del Producto Interior Bruto (PIB) y para este año se calcula que alcanzará el 100% del PIB.
Antes de la crisis, esta proporción era inferior al 40% del PIB. Precisamente por la tentación de relativizar estas cifras en el favorable contexto creado por el BCE, la semana pasada el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, recalcó la relevancia de la deuda acumulada. "Es fundamental poner el énfasis en el endeudamiento, que es lo realmente importante, no en una décima arriba o abajo en el déficit", reclamó. Desde esta perspectiva, y para que la solvencia de España no se vea erosionada en caso de que cambien las condiciones de mercado a medio plazo, recomendó realizar un "esfuerzo para trasladar que la deuda va a ser sostenible" y "diseñar una senda creíble" sobre el ritmo al que España pretende reducir esa deuda.
Tenía que pasar. Y ya ha pasado. España se ha sumado a la corriente de financiación extraordinaria que está auspiciando el Banco Central Europeo (BCE) y este martes ya ha llegado a financiarse con intereses negativos en la subasta de letras que el Tesoro Público ha llevado a cabo. O lo que es lo mismo, los inversores ya están dispuestos a pagar interesespor prestar dinero a España a corto plazo, cuando lo normal es que cobren un interés por hacerlo.