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El BCE aprobó el QE por una "amplia mayoría" para no ser pasivo con la deflación
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la entidad publica las actas de la cita de enero

El BCE aprobó el QE por una "amplia mayoría" para no ser pasivo con la deflación

Las actas de la reunión de enero del BCE confirman que hubo debate en el seno del Consejo de Gobierno, pero que finalmente se lanzó la compra de bonos para luchar contra la deflación

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi

Nunca una reunión de política monetaria fue tan histórica para el Banco Central Europeo (BCE) como la del pasado 22 de enero. Y por varios motivos. Primero, porque fue en esa cita cuando lanzó su programa de expansión cuantitativa (QE), con el que creará más euros mediante la compra de deuda privada y pública. Y segundo, porque ese cónclave fue el primero que ha dado lugar a la publicación de unas actas que recogen el contenido de las principales discusiones que tuvieron lugar durante esa reunión.

Esas actas se han conocido este jueves, y detallan que, aunque hubo discusión, la entidad capitaneada por Mario Draghi decidió no esperar más y poner en marcha el QE con el respaldo de "una amplia mayoría". Si al final se impusieron los partidarios de actuar ya a los que pensaban que era mejor esperar y ver se debió a que "el aumento de la posibilidad de que las fuerzas deflacionistas se materialicen no permitiría una actitud de negligencia benevolente". Dicho de otro modo: con la inflación de la Eurozona en negativo -en enero se situó en el -0,6%, el dato más bajo desde 2009- y amenazando con quedarse en niveles muy alejados del objetivo de la entidad de situarla por debajo, pero cerca, del 2%, la mayoría del Consejo de Gobierno del BCE entendió que no podía ser pasivoante semejante riesgo.

A medio plazo, el BCE no es pesimista. Cree que, gracias a la depreciación del euro y a la moderación del fuerte efecto que la caída del petróleo ejerce ahora sobre la inflación,en 2016 se producirá "un gradual incremento" de los precios. Pero no se fía. Teme que la deflación, como si se tratara de una profecía autocumplida, acabe estableciéndose en la Eurozona por no atajarla de raíz.

La voluntad de lanzar ya el QE respondió a otro motivo: que las anteriores medidas expansivas del BCE se quedaron por debajo de lo esperado. Las actas reconocen que las operaciones de financiación condicionada (TLTRO) y el programa de compras de titulizaciones (ABSPP) apenas habían bastado para ampliar cuantitativamente el balance del BCE. Había que poner más carne en el asador; y el QE camina en esa dirección para terminar de engordar el balance del BCE hasta los 3 billones de euros con los que aspira Draghi. Por ahora, y a la espera de que las compras del QE se pongan en marcha en marzo, se mantiene en los 2,15 billones de euros.

El riesgo de decepcionar a un mercado que ya había descontando en el precio de los activos la llegada del QE yel estímulo que la compra de activos puede proporcionar a la economía fueron otros argumentos que empujaron al BCE a no demorar más el anuncio de esta medida.

Dudas sobre la efectividad... y aviso de los riesgos

Como suele ocurrir con las actas que publica la Reserva Federal estadounidense, las del BCE reflejan disensiones y advertencias sobre los riesgos que implican las medidas adoptadas. Entre las primeras sobresalen las dudas que tienen varios miembros del BCEcon respecto a la efectividad del QE.

"Las rentabilidades de la deuda pública ya están en niveles bajos, con lo que limita la capacidad de mayores descensos y, consecuentemente, el alivio potencial que podrían registrar los costes de financiación de los prestatarios", detallan las actas. Al mismo tiempo, esos recelos llevan a reconocer que los efectos del QE en la Eurozona serán "más débiles" que en EEUU, donde la mayor importancia de los mercados como plataformas de financiación facilita la transmisión de este tipo de medidas.

Los riesgos están ahí. El azar moral asociado a la compra de deuda pública y el peligro de alimentar la exuberancia en los mercados se colaron en el debate

Entre los riesgos que puede sembrar el QE, las reflejan dos principales. El primero, el azar moral. Esto es, la posibilidad de que "se debiliten los incentivos de los gobiernos para adoptar reformas estructurales y llevar a cabo la consolidación fiscal". Y el segundo, el peligro de que lleve a minusvalorar los riesgos y "alimente la exuberancia en los mercados financieros con potenciales efectos desestabilizadores.

Nunca una reunión de política monetaria fue tan histórica para el Banco Central Europeo (BCE) como la del pasado 22 de enero. Y por varios motivos. Primero, porque fue en esa cita cuando lanzó su programa de expansión cuantitativa (QE), con el que creará más euros mediante la compra de deuda privada y pública. Y segundo, porque ese cónclave fue el primero que ha dado lugar a la publicación de unas actas que recogen el contenido de las principales discusiones que tuvieron lugar durante esa reunión.

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