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La conexión Syriza-Podemos congela la compra de bonos españoles en el mercado
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La conexión Syriza-Podemos congela la compra de bonos españoles en el mercado

El mercado no cree que España es Grecia. Pero sí que Podemos es Syriza. Y en un año tan electoral como 2015 esa asociación pasa factura a la deuda española

Foto: El líder de Syriza, Alexis Tsipras, junto con el de Podemos, Pablo Iglesias, durante un mitin en la campaña electoral griega de enero
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, junto con el de Podemos, Pablo Iglesias, durante un mitin en la campaña electoral griega de enero

Hay momentos en los que el mercado no está para disquisiciones. Con Grecia acaparando el protagonismo en Europa y Syriza agitando los cimientos políticos y financieros de la región, los inversores extreman su cautela allá donde detectan que pueden producirse episodios similares. Y este mecanismo de defensa está empezando a dejar su huella en la deuda pública española, que está siendo la peor entre las periféricas –a excepción de la griega– en 2015. ¿La causa? Hay varias, pero los expertos ya reconocen que entre ellas figura el paralelismo que el mercado establece entre Syriza y Podemos y entre Grecia y España.

Desde luego, la evolución de la deuda española en el mes y medio consumido de 2015 demuestra que, por el momento, el mercado ha bloqueado la compra de deuda española a la espera de lo que ocurra en Grecia y su posible equiparación con lo que pase en los procesos electorales en España. Así, la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años se encuentra en el 1,62%. No anda muy lejos del 1,61% con el que finalizó 2014, pero es que en este mismo periodo el rendimiento de los mismos bonos italianos ha pasado del 1,89 al 1,65%, en tanto que el de los portugueses ha caído del 2,69% al 2,47%. Y como además el de los alemanes se ha relajado del 0,54 al mínimo histórico del 0,32%, la prima de riesgo, que mide el interés adicional que exige el mercado a los bonos españoles con respecto a los alemanes, se ha ampliado de los 107 a los 130 puntos básicos.

Esta trayectoria arroja como resultado que el diferencial entre los bonos italianos y españoles prácticamente se ha evaporado. Se limita a 5 puntos básicos, claramente por debajo de los 30 puntos básicos en los que estaba a finales de diciembre y la brecha más reducida desde que el rendimiento español pasó a ser más bajo que el italiano, algo que ocurrió en abril de 2014 y que se ha mantenido desde entonces. Es más, este viernes incluso han llegado a empatar. Como el descenso de la rentabilidad se debe a las compras –el rendimiento baja cuando sube el precio de los títulos–, el estrechamiento de ese diferencial demuestra que los inversores están comprando bonos italianos, pero no españoles.

Como preludio de lo que puede ocurrir con sus hermanos mayores, ese sorpasso ya se ha producido entre los bonos italianos y españoles a cinco años. Los primeros terminaron 2014 en el 0,95% y los segundos, en el 0,88%; ahora, el interés de los transalpinos se limita al 0,78% y el de los españoles permanece en el 0,89%. Hay que remontarse hasta octubre de 2013 para ver una diferencia así a favor de Italia.

Por estrecharse, se ha estrechado hasta el diferencial entre los seguros de crédito (CDS) a cinco años para protegerse de un posible impago en España e Italia. Mientras el CDS español sube en lo que va de año de los 95 a los 107 puntos básicos, el italiano se ha moderado de 136 a 131. El portugués también lo está haciendo mejor, puesto que ha pasado de 202 a 186 puntos básicos.

Para Marian Fernández, analista macroeconómica de Andbank, esta dispar evolución se debe a la acumulación de distintas causas. Y entre ellas destaca los motivos políticos. "Los años electorales se pagan mal en la renta fija. Y en este caso más por todas las citas que esperan a España en 2015. El tema político pesa y el mercado asocia lo que está ocurriendo con Syriza con lo que podría pasar con Podemos", afirma.

"Con varias citas electorales regionales y municipales precediendo a las elecciones generales, el comportamiento de Podemos (del estilo de Syriza) será escrutado muy de cerca por el mercado", avisan igualmente desde Barclays. Y añaden: "Esta vez, la política podría actuar como correa de transmisión y países como España podrían sufrir el contagio a pesar de su robusta recuperación económica, a no ser que el apoyo a Podemos disminuya al ver las dificultades por las que pasaría Grecia en caso de salir del euro".

José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, disiente de este planteamiento. "Por el momento, no veo argumentos políticos detrás de este movimiento", sostiene para explicar por qué se está estrechando el diferencial entre la deuda italiana y española. En su opinión, pesa más el impacto del programa de expansión cuantitativa (QE) mediante compra de bonos anunciado el 22 de enero por parte del Banco Central Europeo (BCE). También considera que "el mercado estaba corto de papel italiano frente al español, muy beneficiado en los últimos meses".

Marian Fernández coincide en que Italia figura entre los países más beneficiados por el QE. Y agrega que, "aunque España presenta unas mejores previsiones económicas, se trata de un escenario ya consolidado, en tanto que el mercado está pensando en que Italia puede ser la sorpresa".

Hay momentos en los que el mercado no está para disquisiciones. Con Grecia acaparando el protagonismo en Europa y Syriza agitando los cimientos políticos y financieros de la región, los inversores extreman su cautela allá donde detectan que pueden producirse episodios similares. Y este mecanismo de defensa está empezando a dejar su huella en la deuda pública española, que está siendo la peor entre las periféricas –a excepción de la griega– en 2015. ¿La causa? Hay varias, pero los expertos ya reconocen que entre ellas figura el paralelismo que el mercado establece entre Syriza y Podemos y entre Grecia y España.

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