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Suecia pone los tipos en negativo y lanza su propio 'QE' para luchar contra la deflación
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reduce el precio del dinero al -0,10%

Suecia pone los tipos en negativo y lanza su propio 'QE' para luchar contra la deflación

¡Qué siga la fiesta monetaria! Esta vez es el banco central sueco el que adopta medidas sin precedentes para tratar de que la deflación no arraigue en el país

Foto: El gobernador del Banco Central de Suecia, Stefan Ingves
El gobernador del Banco Central de Suecia, Stefan Ingves

Decir que el Riksbank, el banco central de Suecia, ha hecho historia es mucho decir, porque, fundada en 1668, es la institución monetaria más antigua del mundo. Pero eso mismo es lo que ha ocurrido este jueves. La entidad gobernada por Stefan Ingves, que en octubre ya rebajó el precio del dinero al mínimo, al situarlo en el 0%, ha ido más allá y lo ha metido en terreno negativo: en el -0,10%. Para que no falte de nada, también ha anunciado su particular programa de expansión cuantitiva (QE), porque ha anunciado que dedicará 10.000 millones de coronas suecas -poco más de 1.000 millones de euros- para comprar deuda pública.

Con estas medidas, el Riksbank da un paso más en las extraordinarias estrategias monetarias que los bancos centrales están desplegando en los últimos tiempos. Si otras instituciones, como Dinamarca y el propio Banco Central Europeo (BCE), habían recurrido hasta ahora a situar en negativo los tipos de depósito, la entidad sueca ha situado en negativo directamente sus tipos de intervención. En el caso del BCE, tiene esos tipos en el 0,05% y los de depósito, en el -0,2%. Su movimiento con los intereses se asemeja más al de Suiza, que en otra histórica decisión adoptada en enero situó igualmente sus principales tipos de intervención -en su caso orientados al manejo del Libor a tres meses- entre el -0,25 y el -1,25%. Es decir, los puso directamente en negativo.

Y Suecia también se suma a la moda de meter dinero en el sistema de forma menos convencional y más directa. Con su QE secunda a los bancos centrales, que, como la Reserva Federal (Fed) estadounidense, el Banco de Inglaterra o más recientemente el BCE, han recurrido a las compra de bonos en el mercado para ampliar la potencia de su arsenal monetario.

Por inesperada, esta descarga monetaria está dejando huella en la divisa sueca. El euro se aprecia un 1,4%, hasta las 9,61 coronas -con un máximo diario en las 9,68 coronas-, y el dólar, un 1%, hasta las 8,47 coronas. Un euro no compraba tantas coronas desde 2010 -ver gráfico- y un dólar, desde 2009.

Pero la divisa no es la única que responde a las maniobras del Riksbank. El índice sueco OMX Stockholm 30 sube un 2% y marca un récord histórico en los 1.625 puntos Y los bonos también visitan cotas sin precedentes. El rendimiento de los títulos suecos a 10 años desciende del 0,64 al mínimo histórico del 0,54%.

Ingves ampara estas decisiones en que "la situación internacional es ahora más incierta", en referencia a las discrepancias entre las políticas monetarias de distintas regiones y de los sobresaltos cambiarios que se han visto en las últimas semanas, una realidad que le lleva a actuar porque teme que "incremente el riesgo de que la inflación no suba lo suficientemente rápido". En este sentido, la entidad ha recortado sus previsiones de inflación para este año del 0,3 al 0,1% y para 2016, del 2 al 1,9%. Los precios suecos han registrado datos negativos en 10 de los 12 últimos meses.

Como su pretensión pasa por devolver la inflación "esté próxima al 2%", anticipa que "no será apropiado subir los tipos hasta la segunda mitad de 2016". Es más, incluso se ha comprometido a emprender más medidas expansivas en caso de que vea que las perspectivas sobre los precios se siguen enfriando.

Por el momento, dedicará esos 10.000 millones de coronas a la compra de bonos con vencimiento entre 1 y 5 años. Se trata de un volumen pequeño, sobre todo en comparación con los casi 4 billones de dólares que la Fed dedicó en sus sucesivos QE1, QE2 y QE3 entre 2008 y 2014, pero que podría crecer en próximas decisiones que se anunciarían incluso fuera de las reuniones programadas.

Decir que el Riksbank, el banco central de Suecia, ha hecho historia es mucho decir, porque, fundada en 1668, es la institución monetaria más antigua del mundo. Pero eso mismo es lo que ha ocurrido este jueves. La entidad gobernada por Stefan Ingves, que en octubre ya rebajó el precio del dinero al mínimo, al situarlo en el 0%, ha ido más allá y lo ha metido en terreno negativo: en el -0,10%. Para que no falte de nada, también ha anunciado su particular programa de expansión cuantitiva (QE), porque ha anunciado que dedicará 10.000 millones de coronas suecas -poco más de 1.000 millones de euros- para comprar deuda pública.

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