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Primer asalto, nulo: Europa y Grecia no dan su brazo a torcer y posponen el acuerdo
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Primer asalto, nulo: Europa y Grecia no dan su brazo a torcer y posponen el acuerdo

Era lo previsto. El Eurogrupo extraordinario celebrado en Bruselas se salda sin acuerdo. Europa y Grecia se han limitado a fijar sus respectivas posiciones

Foto: Varufakis ante Dijsselbloem en la reunión del Eurogrupo. (Reuters)
Varufakis ante Dijsselbloem en la reunión del Eurogrupo. (Reuters)

¡Bienvenidos a Europa! Las autoridades económicas y financieras de la Eurozona, reunidas este miércoles en un Eurogrupo celebrado con carácter extraordinario en Bruselas para ocuparse exclusivamente de la situación de Grecia, han sido tremendamente fieles a la idiosincrasia europea. Primero, porque la cita comenzó un día -el miercóles- y terminó al siguiente -el jueves-. Y segundo, porque han dejado los acuerdos para más adelante, que no era cuestión de concretar un pacto a las primeras de cambio. Menos aún cuando lo que Atenas plantea suena más a desafío que a negociación. "Hemos hecho progresos", se limitó a decir el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, pero sin que sean suficientes como para arrojar "conclusiones", reconoció. Tanto es así, que el Eurogrupo no ha sido capaz de concretar un comunicado oficial al término del cónclave.

Vídeo: sin acuerdo sobre la deuda griega tras la reunión

Eso sí, han marcado una fecha en rojo, la del próximo lunes, 16 de febrero. Será entonces cuando el Eurogrupo volverá a verse las caras, y de esa cita sí debería salir ya algo concreto... si es que en efecto Europa y Grecia son capaces de limar sus diferencias y sellar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Hasta entonces, el turno de las especulaciones, las filtraciones, las conversiones en privado y las reuniones técnicas para allanar el terreno. "El lunes está muy próximo", ha subrayado el presidente del Eurogrupo a modo de recordatorio de lo mucho que queda por hacer en poco más de tres días.

Además de Dijsselbloem, a la cita han acudido el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi; el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici; el presidente del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling; y todos los ministros de Finanzas y Economía de los europaíses, aunque los focos se han centrado especialmente en el griego Yanis Varufakis por aquello de que se trataba su puesta de largo oficial. Tampoco ha faltado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, interpelada por el rechado heleno a seguir aceptando el papel de la troika, de la que el FMI es uno de los tres componentes junto con el BCE y la Comisión Europea.

placeholder Secuencia de los saludos de Varufakis con Dijsselbloem y Lagarde
Secuencia de los saludos de Varufakis con Dijsselbloem y Lagarde

La vaguedad con la que el presidente del Eurogrupo se ha referido a los "progresos" y la incapacidad de pactar un comunicado certifican que, por el momento, las posturas siguen alejadas. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha ratificado que su apuesta sigue siendo que Grecia continúe bajo el paraguas de un rescate que le proporcione el dinero que el país necesita y el tutelaje preciso para acometer las reformas pendientes. Por su parte, el Gobierno de Syriza ha reiterado que no está dispuesto a someterse a otro rescate y que su propuesta pasa por otras opciones que rebajen el peso de la deuda pública y que aporten esa financiación sin establecer un programa de medidas dirigido desde el exterior.

La insistencia de ambas posiciones se apoya en que cada una de ellas percibe que posee un argumento poderoso que le terminará dando la razón. La vertiente alemana asume que Grecia necesita el dinero europeo porque por sus propios medios no podrá financiarse y que, por tanto, Atenas terminará rebajando sus pretensiones. Por su parte, el gobierno griego está convencido de que la Eurozona no quiere que Grecia salga del euro y acabe con el carácter irrevocable de la pertenencia a la moneda única. Y en algún punto intermedio entre estas posiciones se espera que se encuentren las posturas y se defina el acuerdo.

La cita del Eurogrupo ha sido la primera de una apretada agenda en la que Grecia desempeña un papel estelar. La siguiente no se hará esperar demasiado porque tendrá lugar este jueves. Y estará protagonizada por los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea. Aunque, especialmente, los focos se centrarán en la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, porque será la primera vez que se verán las caras.

Tras el cónclave de los primeros espadas, la atención se centrará ya en la reunión del Eurogrupo del lunes. Y su resultado influirá también en otra cita que llegará dos días después, el miércoles 18 de febrero, fecha en la que tendrá lugar una de esas reuniones del Banco Central Europeo (BCE) en las que no adopta reuniones de política monetaria, pero en las que sí puede adoptar otras medidas. Así ocurrió el pasado 4 de febrero, cuando la entidad presidida por Mario Draghi aprovechó una reunión de este tipo para anunciar que dejaba de aceptar la deuda pública helena como garantía para financiar los bancos griegos.

¿Y luego? Pues todo dependerá de cómo evolucionen las reuniones ya programadas. Porque la fecha marcada en rojo es la del 28 de febrero. Ese día expira la prórroga de dos meses que la troika concedió al segundo rescate de Grecia. Si para entonces no hay acuerdo, Grecia dejará de recibir asistencia financiera y tendrá que lograr recursos por sus propios medios.

¡Bienvenidos a Europa! Las autoridades económicas y financieras de la Eurozona, reunidas este miércoles en un Eurogrupo celebrado con carácter extraordinario en Bruselas para ocuparse exclusivamente de la situación de Grecia, han sido tremendamente fieles a la idiosincrasia europea. Primero, porque la cita comenzó un día -el miercóles- y terminó al siguiente -el jueves-. Y segundo, porque han dejado los acuerdos para más adelante, que no era cuestión de concretar un pacto a las primeras de cambio. Menos aún cuando lo que Atenas plantea suena más a desafío que a negociación. "Hemos hecho progresos", se limitó a decir el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, pero sin que sean suficientes como para arrojar "conclusiones", reconoció. Tanto es así, que el Eurogrupo no ha sido capaz de concretar un comunicado oficial al término del cónclave.

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