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La deuda exterior roza el billón de euros y erosiona las bases de la recuperación
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el endeudamiento público se dispara

La deuda exterior roza el billón de euros y erosiona las bases de la recuperación

La deuda exterior de España vuelve a crecer. Hasta el punto de que roza ya el billón de euros pese a la revisión metodológica que ha hecho el Banco de España.

Foto: El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro (EFE)
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro (EFE)

Al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le gusta presumir en público de que el ‘gran milagro’ de la recuperación de la economía española tiene que ver con el saldo exterior. Es decir, con el hecho de que España ha dejado de financiarse fuera –llegó a pedir prestado cerca de un 10% del PIB al final de la burbuja– y, en su lugar, ha vuelto a tener capacidad de financiación.

Eso, de hecho, es lo que ocurrió en 2012 y 2013 gracias al ajuste del crédito y a que el sector privado está devolviendo los préstamos, pero esa tendencia a la corrección del saldo exterior se ha frenado en seco. Hasta el extremo de que en los siete primeros meses de este año, según el Banco de España, la economía experimentó unas necesidades de financiación de 2.600 millones de euros, frente a una capacidad –superávit– de 9.700 millones en el mismo período de 2013. O dicho de otra forma, España vuelve a necesitar dinero del exterior para financiar su economía.

Y lo que no es menos relevante, los datos ponen en entredicho las previsiones del Ministerio de Economía, que en sus últimas estimaciones había calculado que este año España cerraría el año con una capacidad de financiación equivalente al 1,5% del PIB. Es decir, unos 15.000 millones de euros. No parece razonable pensar que en apenas cinco meses se vaya a lograr un superávit de 17.600 millones. Sobre todo cuando el deterioro exterior tiene que ver con la mayor actividad económica (el PIB crecerá en el entorno del 2% anual a final de 2014).

La consecuencia, como no puede ser de otra manera, es un deterioro de su deuda exterior neta–Posición de Inversión Internacional– que vuelve a rozar el billón de euros (999.000 millones) pese la revisión metodológica que ha hecho el Banco de España, y que ha restado 30.000 millones al cierre de 2013 (975.00.00 millones). Incluso si se excluyen las operaciones de financiación del banco central español, el endeudamiento exterior neto (sin contar las inversiones españolas) se sitúa en nada menos que 859.000 millones.

Eso significa, por lo tanto, que el endeudamiento exterior neto de la economía –que hace una década apenas alcanzaba los 436.000 millones– seguirá por encima del 90% del producto interior bruto (PIB) en 2014, uno de los niveles más altos del mundo. La cifra, en todo caso, es la más elevada desde el cuarto trimestre de 2012, ya que no hay series anteriores debido a que el Banco de España todavía no ha enlazado la nueva metodología con la antigua.

Deuda exterior y sector público

El aumento del endeudamiento exterior tiene que ver, fundamentalmente, con el comportamiento del sector público. Los datos del Banco de España muestran, en concreto, que del conjunto de la deuda exterior bruta (1,67 billones) más de la cuarta parte corresponde a las Administraciones Públicas. En concreto, 468.061 millones en el segundo trimestre de este año.

Para hacerse una idea de lo que significa esa cifra, hay que tener en cuenta que en el último trimestre de 2012 la deuda exterior del sector público apenas alcanzaba los 341.651 millones, lo que quiere decir que en menos de dos años se ha incrementado en algo más de 126.410 millones de euros. Por lo tanto, 12 puntos de PIB. De ese endeudamiento, el 90% es a largo plazo y el resto a corto, lo que da mayor margen de maniobra a la economía española, que no está tan pendiente de los vencimientos.

Justo lo contrario ha sucedido en el caso de las entidades financieras, que, debido a que han cerrado en buena medida el grifo del crédito, han visto cómo desciende su endeudamiento exterior en unos 33.000 millones de euros, hasta los 457.313 millones.

Esto significa, ni más ni menos, que el proceso de ajuste está suponiendo un trasvase de deuda privada a deuda pública, toda vez que familias y empresas deben cada vez menos, mientras que el sector público cada vez está más endeudado, algo que explica que el conjunto de la deuda –pública y privada– siga clavado en el entorno del 300% del PIB. Según el Plan Presupuestario 2015 enviado por el Gobierno a Bruselas para su estudio, el pico de endeudamiento público se alcanzará el año próximo –hasta situarse en el 100,3% del PIB–, si bien a partir de ahí comenzará a reducirse desde 2016, hasta situarse por debajo de 98% en 2017.

La deuda externa de un país, tal como la define el Fondo Monetario Internacional (FMI), comprende los saldos de todos los pasivos frente ano residentesque van a dar lugar a pagos poramortización,porintereseso por ambos conceptos. Por lo tanto, incluye todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital y losderivados financieros, toda vez que estos instrumentos no suponen, necesariamente, la realización de pagos.

Al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le gusta presumir en público de que el ‘gran milagro’ de la recuperación de la economía española tiene que ver con el saldo exterior. Es decir, con el hecho de que España ha dejado de financiarse fuera –llegó a pedir prestado cerca de un 10% del PIB al final de la burbuja– y, en su lugar, ha vuelto a tener capacidad de financiación.

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