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La rentabilidad empresarial se estanca pese a la caída de salarios y costes financieros
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el exterior supone ya el 20% de sus ventas

La rentabilidad empresarial se estanca pese a la caída de salarios y costes financieros

El “mayor dinamismo” de la actividad está pasando de largo en la rentabilidad de las empresas. Los datos de la Central de Balances lo acreditan.

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El “mayor dinamismo” de la actividad productiva, como lo denomina el Banco de España, está pasando de largo en la rentabilidad de las empresas. Los datos de la Central de Balances lo acreditan. Mientras que en 2011 y 2012 la rentabilidad del activo neto (antes de impuestos) se situó en el 5,4% y el 5,2%, respectivamente, el primer trimestre se alcanzó el 3,6%, apenas una décima más que en el anterior pese a la mejoría de la situación económica. Si el análisis se hace respecto de lo que ocurrió en 2013, según la Central de Balances trimestral, el resultado es incluso peor. El año pasado la rentabilidad se situó en el 6,8%, casi el doble que ahora.

Lo relevante, sin embargo, es que esa reducción de la rentabilidad de las empresas se produce al mismo tiempo que se encogen partidas tan relevantes para el balance como los costes laborales o los gastos financieros. En concreto, y según los daros que han aportado las propias empresas al Banco de España, los gastos de personal sólo avanzan un 0,1%. Básicamente, por la destrucción de empleo registrada en los últimos doce meses, toda vez que la remuneración de los asalariados creció un 1%.

De la misma manera, los gastos financieros también se redujeron algo –un 2,7%– como consecuencia, principalmente, del retroceso en términos interanuales de la deuda de las empresas, ya que los costes medios de financiación “apenas experimentaron cambios significativos”, sostiene el banco central.

De hecho, el coste de la financiación ajena (lo que hay que pedir prestado a los bancos) se redujo tan sólo una décima, alcanzando el 3,4%, con lo que el diferencial entre la rentabilidad del activo (la clave de bóveda de las empresas a la hora de hacer sus inversiones) y lo que les cuesta financiarse registró un valor positivo de apenas el 0,1% en el primer trimestre de 2014, ligeramente por encima del dato del año anterior, que fue prácticamente nulo.


Esto quiere decir que a las empresas les sigue siendo poco rentable pedir préstamos para afrontar nuevas inversiones debido a su escasa rentabilidad, lo cual compromete el futuro de su negocio.

La Central de Balances del primer trimestre de este año se ha elaborado con la información suministrada por 753 empresas y, como suele recordar el Banco de España, tiene un sesgo a favor de lo que ocurre en las grandes empresas, que están sobrerrepresentadas respecto del conjunto del aparato productivo. Su cobertura, en todo caso, refleja, el 14,6% del valor añadido bruto nacional, lo que le confiere una gran representatividad.

La rentabilidad por sectores

La rentabilidad de las empresas, sin embargo, difiere mucho en función del sector productivo. Los datos del Banco de España muestran la existencia de una “elevada heterogeneidad”. En concreto, en la rama de industria y en la de comercio y hostelería se observó durante el primer trimestre de este año un “claro incremento”, hasta el 4,4% y el 9%, respectivamente.

Por el contrario, en la rama de información y comunicaciones esta ratio descendió más de cuatro puntos porcentuales, situándose en el 15%. En el sector de la energía y en el que engloba al resto de actividades esta variable presentó escasas variaciones en comparación con el ejercicio precedente, asegura la Central de Balances.

Hay gran heterogeneidad, igualmente, respecto del origen de la rentabilidad. Y el Banco de España estima que las ventas interiores cayeron un 2,2%, un descenso quees claramente menor que el experimentado un año antes, que fue del 8,1%. Como consecuencia de ello, el peso de la actividad con el resto del mundo siguió aumentando, llegando a suponer un 20%respecto del total de las ventas (más de un punto superior al del mismo período de 2013). Es decir, que la importancia del sector exterior para la gran empresa española es cada vez más determinante.

El banco central destaca, igualmente, que durante el primer trimestre del año el importe de los gastos e ingresos atípicos o extraordinarios fue reducido, “lo que contrasta”, afirma, “con lo sucedido en el ejercicio previo, en el que se registraron cuantiosas minusvalías vinculadas con operaciones de venta de activos de naturaleza financiera”. Es decir, se han frenado las desinversiones para ganar en solvencia.

Como consecuencia de todo ello, el resultado del ejercicio creció, en el primer trimestre de 2014, un 49,3%, en términos interanuales. En porcentaje sobre el valor añadido bruto, aumentó hasta el 17,7%, “muy por encima” del 12% registrado un año antes por las mismas empresas. Por lo tanto, mayores beneficios pero escasa rentabilidad.

El “mayor dinamismo” de la actividad productiva, como lo denomina el Banco de España, está pasando de largo en la rentabilidad de las empresas. Los datos de la Central de Balances lo acreditan. Mientras que en 2011 y 2012 la rentabilidad del activo neto (antes de impuestos) se situó en el 5,4% y el 5,2%, respectivamente, el primer trimestre se alcanzó el 3,6%, apenas una décima más que en el anterior pese a la mejoría de la situación económica. Si el análisis se hace respecto de lo que ocurrió en 2013, según la Central de Balances trimestral, el resultado es incluso peor. El año pasado la rentabilidad se situó en el 6,8%, casi el doble que ahora.

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