El Gobierno da poderes a la CNMV para 'el destierro bursátil' de sociedades cotizadas

La Comisión Nacional del Mercados de Valores (CNMV) podrá acordar la exclusión de Bolsa de todas aquellas sociedades cotizadas en las que, de acuerdo con lo previsto en la ley concursal, se haya abierto la fase de liquidación. El organismo regulador quiere desvincularse de todas esas empresas ‘zombis’ que agonizan en los mercados tras años de intensa reestructuración financiera y de negocio, pero incapaces de encontrar una mínima esperanza de recuperación.

La ‘Operación Limpieza’ está contenida en el anteproyecto de ley de Fomento de la Financiación Empresarial aprobado por el Consejo de Ministros la pasada semana y viene a ser la cara amarga del llamado Plan Midas que el Ministerio de Economía ha puesto en marchapara salvar a las empresas en crisis. El Gobierno apoya con una mano la recapitalización de deudas para evitar que empresas viables puedan desembocar en una liquidación precipitada, pero al mismo tiempo alza la otra mano para poner freno a la apariencia irreal de aquellas sociedades que están prácticamente desahuciadas por sus acreedores o sus administradores judiciales.

La imagen de la Bolsa es un objetivo básico para la reputación de la imagen de marca de España, y la proliferación se sociedades cotizadas que se enfrentan a procesos concursales se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la CNMV. De ahí la reforma de la Ley del Mercado de Valores propiciada a través de la nueva normativa de financiación, actualmente en fase consultiva y que se espera pueda entrar en vigor el próximo mes de junio.

Con el argumento de mejorar el acceso y funcionamiento de los mercados de capitales, el Ministerio de Economía faculta a la Comisión de Valores para que pueda “acordar la exclusión de la negociación de aquellos instrumentos financieros que no alcancen los requisitos de difusión, frecuencia o volumen de contratación que reglamentariamente se establezcan”. La entidad que preside Elvira Rodríguez podrá disponer también la salida de Bolsa de aquellos emisores que “no cumplan las obligaciones que le incumban, en especial en materia de remisión y publicación”. En tercera instancia se podrán excluir del parqué “las sociedades en las que se haya abierto la fase de liquidación”.

Atribuciones de las comunidades autónomas

La Ley Concursal 22/2003 de 9 de julio fija los términos del proceso de liquidación, que puede ser solicitado por el propio deudor en cualquier momento, pero que también puede efectuarse a instancia de un acreedor o incluso de oficio en el supuesto de que el convenio pactado con los acreedores sea inviable o se demuestre fallido. Precisamente este es el temor de las autoridades bursátiles ante la oleada de suspensiones de pagos o procedimientos preconcursales, que en estos momentos afectan a casi un 10% de las sociedades cotizadas.

La nueva regulación otorga un poder especial a la CNMV para aligerar a la Bolsa del sufrido peso de la crisis como contrapartida al acuerdo alcanzado por el ministroLuis de Guindos con la gran banca facilitar para la recapitalización de empresas. Los problemas de fondo se concentrarán en aquellas sociedades que no son capaces de encontrar una salida pactada con sus acreedores financieros y cuya permanencia bursátil se considera una simple coartada para mejorar su posición negociadora. Estas compañías lo tendrán muy complicado a partir de ahora para mantener su condición como sociedades cotizadas.

Todas estas atribuciones conferidas al organismo encargadode velar por el buen funcionamiento de los mercadosse trasladarán igualmente al marcode actuación de las comunidades autónomas cuando se trate de instrumentos financieros negociados exclusivamente en mercados de ámbitoautonómico.La única salvedad reside en la obligación deescuchar al propio afectado mediante audiencia previa de la entidad emisora con las autoridades bursátiles. En cualquier caso, laComisión de Valores dispondrá de competencia para aplicar medidas cautelaresque conducirán a lo que algunos observadores definen como una nueva etapa de 'destierros bursátiles'.