El FMI 'patenta' el rescate de la banca pero rechaza el paracaídas de las preferentes

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha comunicado al Banco de España y a las entidades financieras su intención depatentar los mecanismos del rescate bancarioaplicados en nuestro país a partir del Memorando de Entendimiento (MoU) firmado en julio de 2012. El organismo que dirigeChristine Lagardepretende que las ayudas a los sistemas financieros de los países en crisis se coordinen medianteuna entidad reguladora al estilo del FROB yla creación de un ‘banco malo’ como la Sareb.

España parece haberse convertido en ellaboratorio de pruebasde los grandes ‘ensayos clínicos’ contra la recesión y tanto la Comisión Europea como el FMI han certificado con nota positiva los resultados del rescate bancario. Pero más allá de la palmadita en la espalda al Gobierno de Mariano Rajoy, las grandes instituciones supranacionales pretenden ahora aprovechar la experiencia adquirida en el territorio patrio para actualizar sus sistemas operativos, habilitandosoluciones sobre lo que hay que hacer y lo que también es necesario evitara la hora de intervenir en otras zonas de influencia.

La combinación de funciones entre el FROB y la Sareb, al margen de los dimes y diretes sobre las estructuras internas de poder, ha sido reconocida como un programa de éxito que puede y debe ser homologado en el ‘libro de estilo’ del FMI. Por el contrario, y como ejemplo a rectificar, los encargados del orden monetariorechazan de plano del denominado ‘bail-out’o paracaídas aportado por el Estado español para evitar la caída a plomo de la deuda subordinada de las entidades financieras.

La política de amortiguación llevada a cabo con las participaciones preferentes en España es algo que no encaja en la ortodoxia de Washington, orientada siempre por ese patrónimplacable de actuación que se traduce con la máxima de“el que la hace, la paga”. El FMI se decanta por la aplicación en este caso defórmulas conocidas como ‘bail-in’por las que los acreedores son equiparados a los accionistas y, por lo tanto, están obligados a asumir el coste de las pérdidas que se producen en las entidades financieras.

El rescate de la banca chipriota en marzo del pasado año es, en este caso, la referencia que se utiliza a modo de ejemplo para complementar el experimento español ysuprimir cualquier inyección de capital públicoque sirva para resarcir a los acreedores de las instituciones financieras. La presión social ha permitido en nuestro país que más de 260.000 clientes de las entidades nacionalizadas “hayan recibido o vayan a recibir próximamente una compensación equivalente al valor nominal de su inversión” en participaciones preferentes o deuda subordinada, según precisó esta misma semana en sede parlamentaria el presidente del FROB,Fernando Restoy.

El FMI ha hecho la vista gorda ante esta política de apaciguamiento que, en su criterio, incentiva la asunción de riesgos en los mercados de capitales dentro de una praxis donde la responsabilidad compete al vendedor pero también al comprador. En otras palabras, los dirigentes del Fondo entienden quela supuesta inducción al engaño no exonera plenamente al propietario de las preferentes, que quizá no sepa del todo las condiciones del producto que adquiere pero que, desde luego, siempre ha tenido clara la mayor rentabilidad que le ofrece.

Aval político para Luis de Guindos

Sea como fuere, el ministro de Economía,Luis de Guindos, ha conseguido que el principal órgano de supervisión monetaria a nivel global asuma como propias las aplicaciones del rescate financiero en España, lo que supone un aval de indudable valor político. No es de extrañar que el valedor de la reestructuración bancaria trate ahora de convalidar su título con unnuevo destino profesional en Bruselas, bien sea como presidente del Eurogrupo o, si acaso, como miembro del nuevo Colegio de Comisarios que surgirá de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de mayo.

La sintonía con el FMI es también unfactor de tranquilidad para toda la banca españolacon vistas a los nuevos test de estrés queMario Draghiquiere llevar a cabo en el mercado financiero continental antes de que el BCE tome las riendas como supervisor único de la eurozona. A fin de cuentas, lossaneamientos internos llevados a cabo en nuestro país han supuesto casi un 25% del PIB pero las ayudas recibidas por el sector se han situado en poco más de 40.000 millones, cifra muy inferior a lo que han costado otros rescates bancarios en Europa.

La labor del FROB ha resultado barata para el contribuyente europeo yla Sareb, no se olvide, fue una imposición de la troika, a la que también pertenece el Fondo Monetario Internacional. No es extraño que, con los resultados en la mano, tanto los burócratas de Bruselas como ahora los de Washington decidan 'metabolizar'como propio el modelo español. Esla mejor forma de hacer suyo el éxitoy, sobre todo, de justificar su función.