Los sectores más intensivos en mano de obra comienzan a sacar la cabeza

Los cambios en la economía española son evidentes. Pero lo que es todavía más relevante: por primera vez desde que estalló la crisis, los sectores más intensivos en la creación de empleo están a punto de tomar el relevo del sector exterior. O lo que es lo mismo, el inmobiliario y toda la industria auxiliar que depende directa o indirecta del ‘ladrillo’ -cemento, yeso, herramientas, embalajes, barro o cerámica- comienzan a sacar la cabeza.

Todavía de una manera muy débil y lastrada por los altísimos niveles de desempleo, pero la incipiente recuperación de la industria de la madera, por ejemplo, refleja que algo está cambiando. Sobre todo teniendo en cuenta que, según las previsiones del servicio de estudios del BBVA, la demanda de vivienda en España “comenzará a recuperarse a mediados del próximo año”, lo que debería “estimular el consumo de muebles durante el primer semestre del 2015”. Hoy por hoy, sin embargo, todavía algunos subsectores como en la industria del cemento se registran caídas severas, aunque menores que las de los últimos años y con un claro perfil descendente.

La mejora se produce no sólo en la industria del mueble, sino también en las empresas auxiliares que viven de la construcción si se confirman estas previsiones del BBVA. Lo importantes es que se trata de sectores con gran capacidad de crear puestos de trabajo, al contrario que el sector exterior. Las exportaciones han podido compensar en los últimos años el desplome de la demanda interna (consumo público, privado e inversiones), pero su capacidad para generar puestos de trabajo es muy limitada.

No ocurre lo mismo en sectores como el de la madera, que se ha visto obligado a bajar precios de forma intensa para compensar el descenso de la demanda. Aún así, la aportación del sector de la construcción al valor añadido bruto total de la economía ha caído cinco puntos, mientras que se han destruido 1,3 millones de empleos. Nada menos que el 26% de las empresas del sector han desaparecido ahogadas por la crisis.

La línea blanca sigue bajo mínimos

La recuperación de la construcción, aunque sea de forma muy tenue, tiene, además, efectos colaterales sobre otras actividades productivas. En particular la industria de la línea blanca, donde todavía la recuperación está lejana, ya que tiene cierto retraso respecto al momento en que finalizan las obras.

Como sostiene el BBVA, la prolongación del ajuste inmobiliario ha continuado repercutiendo sobre el consumo de electrodomésticos. Según los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Electrodomésticos de Línea Blanca (ANFEL), el número de unidades vendidas disminuyó el 6,9% y la facturación el 7,4% en los diez primeros meses del 2013 en comparación con el mismo periodo del año anterior, tras haberse reducido el 13% y el 14%, respectivamente, en el 2012.

Todas las familias de electrodomésticos vieron mermadas sus ventas hasta octubre, si bien lavadoras (-5,2%), secadoras (-5,1%), hornos (-4,3%), encimeras (-1,7%) y campanas extractoras (-0,6%) registraron una contracción inferior al promedio.

Para hacer una idea de lo que significa la industria auxiliar de la construcción hay que tener en cuenta que en la fabricación de materiales hay censadas 11.458 empresas que dan empleo a casi 42.000 trabajadores. Tan sólo en el subsector de fabricantes de productos destinados a la construcción trabajan casi 329.000 persona. A modo de ejemplo, en el mercado de la piedra natural hay censadas nada menos que 2.290 empresas, aunque más de la mitad tienen menos de 10 asalariados. Y todo ello sin contar industrias complementarias, como la del acero o el vidrio, muy dependientes de la construcción.