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El regulador advirtió en 14 informes de tres 'agujeros' que distorsionaban las subastas
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El regulador advirtió en 14 informes de tres 'agujeros' que distorsionaban las subastas

La CNE –actual CNMC- incluyó un anexo en su validación a las 14 subastas anteriores en las que asumía que el modelo no alentaba la competencia.

Foto: El ministro de Industria, José Manuel Soria. (EFE)
El ministro de Industria, José Manuel Soria. (EFE)

Algunos pasos a nivel no existirían si no hubiera accidentes. El Gobierno ha dado un paso al frente y modificará el sistema para fijar el precio de la luz. Eso sí, lo hará tras la subasta número 25, que avalaba una inasumible subida del recibo del 11% y provocaba un incendio en el sector de consecuencias imprevisibles. Pero antes tuvo advertencias. Y no movió ficha alguna. No en vano la antigua Comisión Nacional de Energía (CNE) –actual CNMC– incluyó un anexo en su validación a cada una de las 14 subastas anteriores en las que avisaba de que la fórmula utilizada no alentaba la competencia, no tenía suficientes referencias de precios y estaba vinculada al llamado efecto evento, esto es, que cualquier movimiento coyuntural podía condicionar los precios de todo un trimestre.

Según explican fuentes próximas al Ministerio de Industria, las primeras subastas celebradas después de la entrada en vigor de la Tarifa de Último Recurso (TUR) en julio de 2009 no contaron con el citado anexo. Sin embargo, a medida que se fueron percibiendo los problemas, el entonces regulador empezó a alertar de que el sistema no funcionaba y de que era fundamental corregirlo. Eso ocurrió en el segundo trimestre de 2010 y la idea nunca se abandonó. De este modo, desde entonces el supervisor se curó en salud eincluyó esaletra pequeña en la que se ponía de relieve que las subastas trimestrales debían modificarse con objeto de garantizar determinados requisitos.

En primer lugar, era básico certificar que existía “una suficiente presión competitiva por el menor volumen subastado en cada una de las subastas”. Pero no solo. En segundo término y según consta el documento, se advertía al Ministerio de Industria de que era imprescindible disponer “de más referencias de precios de cada periodo trimestral que se incluya en el cálculo del coste de la energía en la TUR, con objeto de diversificar el resultado de una única subasta”. Durante la etapa del Gobierno Zapatero, esta posibilidad ya estuvo sobre la mesa y fue objeto de debate público. Para la extinta CNE, era clave llevar a cabo más tomas de precios.

Una premisa que se reforzaba en el tercer agujero denunciado. No en vano el regulador abogaba por poner en marcha mecanismos que “reduzcan las variaciones trimestrales del coste de la energía de la TUR, al disponer de varias referencias de precios obtenidos en distintas fechas para cada periodo trimestral, minimizando la probabilidad de que un acontecimiento determinado que afecte significativamente al precio de referencia en el momento de celebración de la subasta Cesur (efecto evento) se traslade directamente al coste de la energía de la TUR por tener una única referencia procedente de una sola subasta”. La cuestión no es baladí, en tanto esa tarifa de último recurso acoge a 20 millones de clientes.

Veredicto acordado

Todo a la espera de que la CNMC haga público a principios de año el informe en que desglosa las “circunstancias atípicas” que percibió en la subasta. Un documento que elabora bajo una presión inusitada. Por lo pronto, el Gobierno parece haber decidido ya quelas eléctricas manipularon los precios de la subasta. Al menos eso se desprende de los mensajes públicos -Soria aseguraba el sábado en una entrevista con el diarioABCno saber en base a qué criterios las eléctricas podían decir "de entrada que la subasta había sido transparente"- y, sobre todo, de los privados.Sotto voce, fuentes del Gobierno atribuyenel descontrol en las ofertasal desencanto de las compañías con la reforma energética, que les habría llevado a“ejercer su poder oligopolista para incrementar los precios del mercado”. Todo un aviso a navegantes de cómo respira el gabinete popular.

El propio Soria mantenía ayer la línea del discursoinsistiendo en que hay "sospechas de manipulación". Asimismo, puntualizó que el próximo viernes el Consejo de Ministros abordará una propuesta de Industria sobre la subida de la luz.Para mantener las espadas en alto, el presidente de Unesa,Eduardo Montes, pidió que se pongan sobre la mesa lo antes posible los informes de la CNMC, y solicitó encarecidamente que el nuevo coste de la electricidad no sea un estropicio para el mercado. Todo tras recordar que la situación"no tiene precedentes" y que se está "demonizando" a las compañías. A la vista de los hechos y antes de que continúe la rodada, no falta quien en el sector ya apunta que no vendría maluna suerte de arbitraje -incluso desde el propio Ejecutivo por un ministrono contaminadoo por la propia vicepresidenta- para pacificar un sector en llamas.

Toma de posesión del presidente de la CNMC, José María Marín Quemada. (EFE)No ayudan nada las cifras, en tanto sigue generándose déficit de tarifa, esto es,la diferencia entre los ingresos y los costes regulados que perciben las eléctricas. Hasta octubre y según los datos hechos públicos ayer por la CNMC,ese agujero alcanzó los4.481 millones de euros, si bien la cifra es solo provisional en tanto no incluye el impacto a la baja que provocará en las cifras la reforma eléctrica aprobada en julio por el tándem Soria-Nadal. Esta recortará, entre otras partidas, las primas a las renovables, que se situaron en los diez primeros meses del año en 8.188 millones de euros, un 3,8% inferior a lo previsto. No en vano "una parte sustancial de las instalaciones fotovoltaicas han alcanzado el número máximo de horas de producción con derecho a prima". Sin el impacto de la reforma, la previsión de déficit para final de año supera los 4.800 millones.

Algunos pasos a nivel no existirían si no hubiera accidentes. El Gobierno ha dado un paso al frente y modificará el sistema para fijar el precio de la luz. Eso sí, lo hará tras la subasta número 25, que avalaba una inasumible subida del recibo del 11% y provocaba un incendio en el sector de consecuencias imprevisibles. Pero antes tuvo advertencias. Y no movió ficha alguna. No en vano la antigua Comisión Nacional de Energía (CNE) –actual CNMC– incluyó un anexo en su validación a cada una de las 14 subastas anteriores en las que avisaba de que la fórmula utilizada no alentaba la competencia, no tenía suficientes referencias de precios y estaba vinculada al llamado efecto evento, esto es, que cualquier movimiento coyuntural podía condicionar los precios de todo un trimestre.

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