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Montoro siembra el pánico entre los 800 cargos "a dedo" de la Agencia Tributaria
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SOCIALISTAS Y POPULARES TEMEN POR SU PUESTO

Montoro siembra el pánico entre los 800 cargos "a dedo" de la Agencia Tributaria

La crisis que sufre la Agencia Tributaria ha derivado en un pánico total entre los cerca de 800 cargos de libre designación que existen en el organismo

Foto: El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. (EFE)

La crisis que sufre la Agencia Tributaria (AEAT), la mayor de su historia, ha derivado en un pánico total entre los cerca de 800 cargos de libre designación que existen en el organismo. Nadie se siente seguro, porque el mensaje que llega desde arriba es que las purgas van a continuar y, en contra de lo que declaró este fin de semana el ministro Cristóbal Montoro, no sólo están afectando a directivos de filiación socialista. Entre los empleados de la agencia se extiende la explicación de que estamos ante una cortina de humo para tapar escándalos como los de Cemex o la infanta Cristina.

El pánico parece estar justificado. El número dos de Montoro, Miguel Ferre (secretario de Estado de Hacienda), aseguró el sábado que "es probable que haya más relevos en la Agencia Tributaria". No obstante, los desvinculó de los motivos políticos pese a las palabras de su jefe en las que aseguraba que la cúpula de la Unidad de Grandes Contribuyentes, la élite de la AEAT, estaba llena de socialistas.

Y lo cierto es que la realidad desmiente las palabras de Montoro y da razones para ese pánico generalizado. El director general de la AEAT desde junio, Santiago Menéndez, ha reemplazado a nueve de los 16 primeros puestos del organigrama, que habían sido nombrados por su antecesora, Beatriz Viana, quien a su vez había destituido a la anterior cúpula heredada del Gobierno de Zapatero. Es decir, estas salidas no se han producido por motivos políticos, porque o bien eran independientes, o bien estaban próximos al PP.

"El miedo es generalizado. Nadie quiere irse de estos puestos porque tienen alta responsabilidad y están muy bien remunerados", explica una fuente no oficial de la Agencia. "Además, suelen ser un trampolín para otros puestos aún mejores, dentro y fuera de la agencia, en especial a los despachos fiscalistas", añade. En total, Menéndez ha relevado a 104 cargos de libre designación de los alrededor de 800 con que cuenta la AEAT, en torno a la mitad de los cargos totales del organismo (la otra mitad se han nombrado por concurso).

placeholder Funcionarios de la Agencia Tributaria. (EFE)

El último y más importante alto cargo que ha abandonado la AEAT (formalmente ha dimitido) es Luis Jones, director de Inspección y número dos de la institución. En un comunicado remitido el miércoles pasado a sus subordinados, aseguraba que su renuncia se debe a "las notables diferencias con diversos asuntos" con Menéndez, referidas a "ámbitos esenciales de decisión" de su departamento y que se han resuelto "en contra de nuestro criterio". "En estas circunstancias, mi continuidad al frente del Departamento carece de sentido", concluía.

Estas discrepancias se refieren tanto al desacuerdo con los ceses por el caso Cemex como al rechazo por Menéndez de sus candidatos para suceder a los represaliados. Como se recordará, la crisis estalló hace tres semanas con la destitución de Dolores Linares, jefa adjunta de la Delegación de Grandes Contribuyentes. Según fuentes cercanas a la AEAT, este relevo se justifica porque desobedeció la orden directa de sus superiores de aplazar el expediente de Cemex sobre una sanción de varios cientos de millones. Sin embargo, fuentes cercanas a antiguos altos cargos del PSOE (como Inmaculada Vela, cuyo último cargo fue directora de Loterías, o Juan Manuel López Carbajo, último secretario de Estado de Hacienda de la era Zapatero) aseguran que se trata de una purga ya que no hubo ninguna orden y Linares hizo lo único que podía hacer en el caso de la cementera.

Esta destitución provocó la dimisión del jefe de inspección de la Delegación Central de Grandes Contribuyentes, Ignacio Ucelay, de la jefa de la Oficina Técnica de Inspección, dos adjuntos y dos inspectores coordinadores. Y ahí está el origen de la renuncia de Jones. Según las fuentes consultadas, este propuso a nombres de su confianza para sustituir a Ucelay, pero Menéndez se negó a aceptarlos ya que pretendía imponer a su propio candidato. El viernes pasado, Menéndez nombró a Luis María Sánchez, el segundo de Jones, en su sustitución; a Eduardo Córdoba (jefe de equipo nacional de inspección de la Delegación de Grandes Contribuyentes) en lugar de Ucelay; y a Ángel Rodríguez como nuevo jefe de planificación y relaciones institucionales en sustitución de la también destituida Elena Guerrero.

La crisis que sufre la Agencia Tributaria (AEAT), la mayor de su historia, ha derivado en un pánico total entre los cerca de 800 cargos de libre designación que existen en el organismo. Nadie se siente seguro, porque el mensaje que llega desde arriba es que las purgas van a continuar y, en contra de lo que declaró este fin de semana el ministro Cristóbal Montoro, no sólo están afectando a directivos de filiación socialista. Entre los empleados de la agencia se extiende la explicación de que estamos ante una cortina de humo para tapar escándalos como los de Cemex o la infanta Cristina.

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