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La familia y uno más: la crisis no impide que Letonia quiera sumarse al 'club del euro'
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La familia y uno más: la crisis no impide que Letonia quiera sumarse al 'club del euro'

Sólo queda un visto bueno: el del Ecofin, es decir, el grupo que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE).

Foto: La familia y uno más: la crisis no impide que Letonia quiera sumarse al 'club del euro'
La familia y uno más: la crisis no impide que Letonia quiera sumarse al 'club del euro'

Sólo queda un visto bueno: el del Ecofin, es decir, el grupo que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE). Esa aprobación está prevista para mañana. Si, como se espera, otorga una respuesta afirmativa, Letonia se convertirá, desde el próximo 1 de enero, en el decimoctavo eslabón del euro. Será un bonito regalo de cumpleaños para la moneda única, que esa misma fecha festejará sus primeros 15 años de existencia. Pero lo más llamativo no es que la familia crezca, sino que con toda la que está cayendo sobre la Eurozona, haya países, como el letón, que aspiren a formar parte del club del euro

Es cuestión de percepción. Para unos, el euro se está tornando en pesadilla; para otros, como Letonia, constituye un sueño que hasta nada parecía inalcanzable. En concreto, en 2009, cuando su economía se hundió un 17,7%; e incluso a comienzos de 2010, cuando el paro, que venía de tasas inferiores al 5% en 2008, se disparó hasta el 17,3%. 

Con esos registros, ponerse a pensar en el cumplimiento de los criterios de convergencia que dan acceso al euro sonaba a lujo. Pero el país ha revertido la situación con celeridad. En 2012 ya creció a un ritmo superior al 5%, en tanto que el desempleo descendió hasta el 10,5%. Y en 2013 está dando continuidad a su mejoría, con el paro ya por debajo del 10% y con unas previsiones de crecimiento superiores al 4%. Esta reacción ha merecido el elogio de las autoridades europeas. "Letonia ha atravesado un largo camino. La implementación de una decidida política ha ayudado al país para regresar a un crecimiento robusto y emerger mucho más fuerte económicamente", reconoció el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rhen, a comienzos de junio. 

Para unos, el euro se está tornando en pesadilla; para otros, como Letonia, constituye un sueño que hasta nada parecía inalcanzable

Además, ha conjugado esa recuperación con unas finanzas públicas más saneadas que la de muchos eurosocios. En 2012, el déficit público se situó en el 1,5% del producto interior bruto (PIB), una cifra que los pronósticos ubican este año en torno al 1,2%. Por su parte, la deuda pública se limita al 42% del PIB y está previsto que permanezca bajo el 45% en los próximos años. Y aún hay más. Como destacó el Banco Central Europeo (BCE) en su Informe de Convergencia 2013 de Letonia, entre mayo de 2012 y abril de 2013, "los tipos de interés a largo plazo se situaron, en promedio, en el 3,8%". Aunque las comparaciones son odiosas, en el mismo periodo el rendimiento medio de los bonos españoles a 10 años se situó en el 5,75%. 

Con este balance, Letonia ha ido superando cribas. En el Informe de Convergencia de comienzos de junio, el BCE estableció que "Letonia se sitúa dentro de los valores de referencia establecidos para los criterios de convergencia". El Consejo Europeo de finales de junio también apadrinó la incorporación letona. Y el Parlamento Europeo aprobó, con 613 votos a favor, 67 en contra y 29 abstenciones, su adhesión a la Europa del euro. Sólo falta, por tanto, el beneplácito del Ecofín, que, además, también establecerá el tipo de cambio fijo para la conversión del lat letón al euro. 

Mayor predicamento entre las autoridades que entre los letones 

Sin embargo, esos progresos económicos, logrados el margen del euro, son los que aumentan las dudas en torno al deseo de Letonia de sumarse al euro. En una entrevista concedida a comienzos de junio en la CNBC, el primer ministro, Valdis Dombrovskis, argumentó con respecto a las dificultades financieras y económicas que atravesó el país que "no haber tenido el euro fue parte de los problemas, no de la solución". Seguro de que el euro no está en peligro pese a la crisis, no duda de que la incorporación a la Eurozona reforzará al país. Lo mismo opina el gobernador del Banco de Letonia, Ilmars Rimsevics, un euroconvencido sin fisuras. 

Lo que no está tan claro es lo que piensa el pueblo letón. La división en la población quedó patente en la victoria de la coalición Saskanas Centrs, contraria al euro, en las elecciones municipales celebradas hace un mes. Pero este resultado no amedrenta a Dombrovskis, que se siente legitimado para concluir la adhesión del país al euro. 

Riesgos a la vista: el recuerdo de la historia 

Junto a las dudas procedentes del apoyo social, la economía, pese a su desarrollo, también aporta dosis de incertidumbre. Algunas vienen del lado de las comparaciones. El PIB letón, que según el Banco Mundial ascendió a 28.374 millones de dólares -algo menos de 22.000 millones de euros- en 2012, sitúa al país en el puesto 92 del ranking mundial, apenas ocho posiciones por delante de Chipre, con 22.981 millones de dólares. Y esa proximidad genera no pocas similitudes. En especial, una: la correspondiente al alto volumen de depósitos de extranjeros, principalmente rusos. O lo que es lo mismo, uno de los focos de incertidumbre que propagó y complicó la crisis y el rescate chipriota. De hecho, en su última visita de Lituania, que tuvo lugar a comienzos de mayo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya advierte "de los riesgos macroeconómicos asociados con un alto volumen de depósitos de no residentes"

"Preocupa la sostenibilidad a más largo plazo de la convergencia económica del país", cita el BCE en su informe

El BCE, aunque emitió un veredicto favorable, también menciona riesgos potenciales. Cita, por ejemplo, la volatilidad de la inflación en los últimos años, con oscilaciones comprendidas entre el -1,2 y el 15,3%, lo que le lleva a anticipar que "el mantenimiento de unas tasas de inflación reducidas constituirá un desafío a medio plazo". Como, además, atisba "un aumento de la inflación", no oculta que "preocupa la sostenibilidad de la convergencia en materia de inflación". Teniendo en cuenta que actualmente los tipos de interés oficiales se encuentran en Letonia en el 2,5% y que en el futuro deberán tender al precio del dinero vigente en la Eurozona -actualmente, en el 0,5%-, si no se afina en el establecimiento del tipo de conversión, Letonia puede encarar un serio problema de inflación. Y en caso de establecer un tipo de cambio de demasiado alto, la competitividad del país se vería afectada. 

Precisamente por los fuertes vaivenes que ha experimentado la economía del país en los últimos años, el BCE también muestra dudas sobre la capacidad de Letonia para evolucionar de forma más estable. "Preocupa la sostenibilidad a más largo plazo de la convergencia económica del país", cita la entidad en su informe. Y tal vez por los remordimientos de adhesiones pasadas, avisa: "La incorporación a una unión monetaria supone la renuncia a instrumentos monetarios y cambiarios e implica una mayor importancia de la flexibilidad interna y la capacidad de resistencia". Avisado queda. El tiempo determinará si estas advertencias son meros formalismos... o si resultarán premonitorias. 

Sólo queda un visto bueno: el del Ecofin, es decir, el grupo que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE). Esa aprobación está prevista para mañana. Si, como se espera, otorga una respuesta afirmativa, Letonia se convertirá, desde el próximo 1 de enero, en el decimoctavo eslabón del euro. Será un bonito regalo de cumpleaños para la moneda única, que esa misma fecha festejará sus primeros 15 años de existencia. Pero lo más llamativo no es que la familia crezca, sino que con toda la que está cayendo sobre la Eurozona, haya países, como el letón, que aspiren a formar parte del club del euro