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Draghi exprime su 'chistera' para poner en bandeja nuevos mínimos históricos del Euribor
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LAS CINCO CLAVES DEL NUEVO 'TRUCO' DEL PRESIDENTE DEL BCE

Draghi exprime su 'chistera' para poner en bandeja nuevos mínimos históricos del Euribor

Otra vez Mario Draghi. Y otra vez en julio. Casi un año después de las históricas palabras que mencionó el 26 de julio de 2012, cuando

Foto: Draghi exprime su 'chistera' para poner en bandeja nuevos mínimos históricos del Euribor
Draghi exprime su 'chistera' para poner en bandeja nuevos mínimos históricos del Euribor

Otra vez Mario Draghi. Y otra vez en julio. Casi un año después de las históricas palabras que mencionó el 26 de julio de 2012, cuando se comprometió a “hacer lo que sea necesario” para salvar el euro, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) sorprendió ayer con otro discurso sin precedentes en la rueda de prensa posterior a la reunión en la que la institución mantuvo los tipos de interés en el 0,5%. Como entonces, sus palabras resonaron con estruendo en los mercados, con los inversores entregándose a un festival de compras de bolsa y bonos y de ventas de euros. Y todo, tras un discurso cuyo secreto residió en cinco claves fundamentales.  

1. Otro 'truco' histórico

Lo más llamativo es que Draghi se ha sacado de la chistera, con el respaldo unánime de todo el Consejo de Gobierno del BCE -incluido el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann-, una hoja de ruta sobre las intenciones futuras de la entidad con respecto a los tipos de interés. O lo que es lo mismo, ha desterrado el anterior mantra de que "el BCE nunca preconsigna" lo que va a hacer en la siguiente reunión para incorporar una nueva doctrina con la que ha reforzado otro compromiso, el de mantener una política monetaria históricamente expansiva durante un largo periodo de tiempo.

Hasta la fecha, la institución aludía, en general, a que su estrategia iba a ser "acomodaticia" todo el tiempo que hiciera falta. Pero esta vez el BCE fue mucho más concreto para referirse directamente a los tipos de interés. "El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales permanezcan en los niveles actuales o más bajos durante un largo periodo de tiempo", sostuvo la entidad en su comunicado oficial. 

Como el propio Draghi remachó en la rueda de prensa, esa afirmación constituye "un paso significativo a la hora establecer unas expectativas futuras sobre los tipos", que de momento siguen en el mínimo histórico del 0,5% en el que se encuentran desde mayo. Y para resaltar más la innovación resaltó que "el Consejo ha inyectado un sesgo bajista sobre los intereses". "Draghi se ha precomprometido a una política, algo que la entidad ha rechazado durante mucho tiempo como una opción. Se trata de un punto de inflexión importante en el estilo del BCE", confirma John Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank. 

Ya puestos, el banquero italiano fue más allá. ¿Cuánto es extenso?, se le preguntó. "Un extenso periodo de tiempo no son ni 6 ni 12 meses", se atrevió a precisar para, precisamente, transmitir la sensación de que, en efecto, los tipos va a seguir en niveles históricamente bajos durante una larga temporada.

Pero, junto a la cuestión temporal, Draghi deslizó otra novedad relevante: el debate sobre los tipos no sólo dependerá de la inflación, como hasta ahora, sino de tres variables, como son "las perspectivas sobre la inflación a medio plazo, la situación de la economía real y la evolución de la liquidez y el crédito". 

2. Rebajar los tipos no es una solución mágica...

¿Será efectiva una rebaja adicional de los tipos? Según como se mire. Si lo que se cuestiona es si esta medida, por sí sola, servirá para revertir la recesión actual y generar crecimiento, la respuesta es no. "Fundamentalmente, pensamos que una rebaja de los tipos haría poco para ayudar a la economía y podría afectar a la rentabilidad de los bancos", avisa Marie Diron, de Ernst & Young Eurozone Forecast. 

En una crisis como la actual, derivada de un alto endeudamiento y un sector bancario hipertrofiado, unos tipos más bajos no se traducirán en un flujo de préstamos mayor y en mejores condiciones para la economía real. Dicho de otro modo: el principal efecto derivado de unos intereses más bajos, que consiste en la disponibilidad de más crédito y más barato para las empresas y los hogares, no se pondrá en marcha porque el mecanismo de transmisión de la política monetaria está estropeado, y lo seguirá estando, hasta que los bancos no cuenten con balances más reforzados y las economías más endeudadas -como la española- no reduzcan sus compromisos financieros. 

Draghi es consciente de estos obstáculos. En los últimos meses ha insistido en que la política monetaria "tiene límites", de ahí que siempre -ayer también- reclame "reformas estructurales" que mejoren la competitividad y apoyen la recuperación, así como la implementación de las medidas europeas como la unión bancaria. De este modo, se alinea con la tesis defendida recientemente por el director general del Banco Internacional de Pagos (BIP), Jaime Caruana, quien aseguró que "los bancos centrales han ayudado a que los sectores público y privado tengan más tiempo para llevar a cabo los ajustes necesarios, pero no pueden hacerlos por ellos".

3. ...pero sí puede propiciar efectos positivos en el Euribor y el euro 

Ahora bien, aunque no suponga una poción mágica, una rebaja adicional de los tipos o, al menos, la certeza de que el precio del dinero permanecerá mucho tiempo en mínimos históricos sí puede generar algunos efectos positivos. Uno de los principales resulta muy relevante en España, puesto que con la estrategia anunciada ayer el BCE pone en bandeja que el Euribor a 12 meses, la referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, marque nuevos mínimos históricos. 

"El euribor empezará a descontar una rebaja de 25 puntos básicos en los tipos, lo que anticipa bajadas en el tipo interbancario de cara al corto plazo. El impacto será positivo más aún en España, donde un alto porcentaje de la población tiene hipotecas ligadas a este tipo y para los que supondrá un desahogo y generará más recursos disponibles para el consumo", destaca Soledad Pellón, estratega de mercados de IG. Tras cuatro días anclado en el 0,534%, todo indica que el Euribor reaccionará hoy con un fuerte descenso. El dato más bajo de siempre lo marcó el pasado 23 de mayo en el 0,473%. 

Otro impacto favorable apunta al euro, que podría debilitarse al abrigo de la nueva estrategia del BCE, sobre todo por el contraste que puede suponer con respecto a otros bancos centrales, como la Reserva Federal (Fed) estadounidense. Ayer, de hecho, ya se depreció contra siete de las 10 principales divisas del mundo. Contra el dólar se dejó un 0,7%, hasta los 1,292 dólares, aunque llegó a situarse por debajo de los 1,29 dólares por primera vez desde finales de mayo. Desde el 19 de junio, cuando la Fed concretó su calendario de ir recortando la magnitud de sus estímulos, acumula una caída del 3,5% contra el billete verde

En la medida en que el precio de las materias primas que cotizan en dólares no suba -en ese caso será más caro comprarlas y generará inflación-, el descenso del euro ejercerá un efecto positivo para el sector exportador europeo, puesto que esa debilidad le reportará un chute adicional de competitividad. 

4. Bernanke en el recuerdo 

Draghi reconoció literalmente que "no ha reaccionado a lo que han hecho otros bancos centrales". Sin embargo, la sensación que precedía a la reunión era clara: el presidente del BCE debía marcar su propio terreno y desmarcarse de la intención de la Reserva Federal (Fed) estadounidense de ir reduciendo sus estímulos monetarios en los próximos meses. Su actuación, por tanto, sí se enmarca en ese nuevo contexto generado por la Fed, sobre todo en lo que respecta a la presión provocada en la deuda pública. "Draghi subrayó que el endurecimiento monetario del último mes fue el principal factor para introducir un cambio significativo en la estrategia de comunicación del BCE", destacan desde Royal Bank of Scotland (RBS). "Claramente, su discurso está dirigido a intentar reducir rendimiento de los bonos tras los últimos movimientos", valora Marie Diron. 

Ayer lo consiguió. Las palabras de Draghi reactivaron las compras de deuda soberana, con el consiguiente descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio sube. Esas compras se dejaron ver especialmente en los títulos periféricos: la rentabilidad de los bonos portugueses a 10 años se moderó del 7,46 al 7,27%; la de los títulos españoles, del 4,77 al 4,64%; y la de los italianos, del 4,50 al 4,39%.  

5. Más herramientas en la caja 

Más allá de la hoja de ruta marcada sobre los tipos, Draghi volvió a mostrar el repertorio de medidas adicionales a las que podría recurrir. Por un lado, ha reiterado que la entidad tiene "la mente abierta" a la posibilidad de situar los tipos de interés de la facilidad de depósito por debajo del 0% en el que se encuentran desde hace justo un año. Por otro, que ya trabaja con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para desarrollar el mercado de deuda respaldada por préstamos con el que reactivar el crédito a las pequeñas y medianas empresas (pymes). En este sentido, eso sí, concretó que desempeña una labor de "asesor" con el BEI, con lo que dio a entender que no parece dispuesto a adoptar ninguna medida al respecto en solitario. Por último, recordó que el gran truco que se sacó de la chistera en 2012, el programa de compra de bonos (OMT) que lanzó en septiembre, "está preparado" para ser empleado cuando sea preciso. 

¿Algo más? Teniendo en cuenta el rebrote de la incertidumbre en Portugal y Grecia, los expertos no descartan más medidas. "Continuamos creyendo que una relajación adicional de los colaterales y una prolongación de la provisión de liquidez seguirán sobre la mesa en los próximos meses si resulta necesario", apuntan desde Citi. 

Otra vez Mario Draghi. Y otra vez en julio. Casi un año después de las históricas palabras que mencionó el 26 de julio de 2012, cuando se comprometió a “hacer lo que sea necesario” para salvar el euro, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) sorprendió ayer con otro discurso sin precedentes en la rueda de prensa posterior a la reunión en la que la institución mantuvo los tipos de interés en el 0,5%. Como entonces, sus palabras resonaron con estruendo en los mercados, con los inversores entregándose a un festival de compras de bolsa y bonos y de ventas de euros. Y todo, tras un discurso cuyo secreto residió en cinco claves fundamentales.