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Aznar avala que sólo haya dos tramos del IRPF: uno al 25% y otro del 35%
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FAES PROPONE UNA REVOLUCIÓN FISCAL

Aznar avala que sólo haya dos tramos del IRPF: uno al 25% y otro del 35%

¿Ha servido para algo elevar los tipos del IRPF con el objetivo de aumentar la recaudación? La respuesta es no. Y no sólo eso. Prácticamente, la

Foto: Aznar avala que sólo haya dos tramos del IRPF: uno al 25% y otro del 35%
Aznar avala que sólo haya dos tramos del IRPF: uno al 25% y otro del 35%

¿Ha servido para algo elevar los tipos del IRPF con el objetivo de aumentar la recaudación? La respuesta es no. Y no sólo eso. Prácticamente, la mitad de los 19 millones de contribuyentes que acaban de presentar su liquidación del IRPF correspondiente a 2012 -el 48%- se encuentra en lo que los expertos denominan ‘tramo prohibido’, que no es otra cosa que el tramo en que cualquier subida de impuestos resulta ociosa, toda vez que no supone ninguna recaudación adicional.

O dicho en otros términos, ese ‘tipo prohibido’, en el caso español, se situaría a partir del 35,04%, para la base liquidable general del IRPF, y en el 38,93% para la del ahorro, y marca el punto de inflexión a la hora de recaudar impuestos de forma eficiente. A partir de esos niveles en el impuesto sobre la renta, cualquier subida de las tasas marginales resulta ineficiente.

Quien llega a estas conclusiones no es un socialista recalcitrante. Al contrario. Son los hacendistas a los que la Fundación FAES -el propio Aznar reivindicó ayer la autoría de la idea- ha encargado un informe sobre los efectos de la política fiscal del ministro Montoro y sus alternativas. Y lo que no es menos relevante. El informe aconseja lo que el Gobierno del Partido Popular debería hacer para recuperar la potencia recaudatoria del sistema impositivo. Como dijo el expresidente del Gobierno, se trata de un “informe estratégico” y no un mero documento de trabajo.

Y  las conclusiones a las que llega el estudio -231 páginas- son demoledoras. En palabras de José Félix Sanz, uno de los coordinadores del informe, “la curva de Laffer es una evidencia”, y para demostrarlo recuerda el escaso impacto que ha tenido la última subida del IRPF sobre la recaudación tributaria. El Gobierno esperaba ingresar 5.400 millones, pero al final apenas recaudó 816.

La causa de este descalabro tiene que ver con el efecto que tienen las subidas de impuestos sobre la coyuntura económica, claramente procíclico. Es decir, que cuando el ciclo es recesivo, tienden a amplificarlo, y, por el contrario, cuando se encuentra en una fase expansiva, tiende a recalentar la actividad. Y eso es lo que ha sucedió tras la decisión del PP de subir el IRPF en el último Consejo de Ministros de 2011: la recesión se ha intensificado, y eso ha tenido efectos devastadores sobre los ingresos públicos. Al tiempo que ha introducido distorsiones en la neutralidad del ahorro.

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Según el profesor Sanz, de la Universidad Complutense, la elevación del IRPF decidida por el Gobierno de Rajoy fue “la menos apropiada”. Primero, porque tuvo efectos negativos sobre el crecimiento y, segundo, porque debilitó la renta disponible y el consumo de las familias. Según sus estimaciones, en 2012 el tipo marginal efectivo (la carga fiscal que soporta el factor trabajo sumando impuestos directos e indirectos) se situó en España en el 63,83%, por encima de la media del 61,31% en los tres países intervenidos por la ‘troika’ hasta la fecha, y muy por encima del 40% de los países no europeos de la OCDE. En todo caso, por debajo de los tipos efectivos de Alemania (68%) y Francia (77%).

Presión fiscal en frío 

El problema fiscal, según FAES, no sólo tiene que ver con la existencia de tipos efectivos y marginales elevados. También con el propio diseño del IRPF. Y se recuerda que la crisis ha convertido “en una necesidad” la revisión de la cuantía de los mínimos personales y familiares, que no se han actualizado en los últimos años, lo que ha provocado una subida de la presión fiscal en frío. En concreto, del 17% desde 2006. Un estudio anterior llegó a calcular que tan sólo entre 2004 y 2006 la presión fiscal se elevó en 7.235 millones de euros por no deflactar la tarifa del IRPF.

Según el informe, los impuestos “más lesivos” desde el punto de vista del crecimiento económico son, por este orden, el de sociedades, el IRPF, el IVA y, por último, el que grava el capital inmobiliario.

¿Y qué es lo que proponen los hacendistas contratados por FAES? Pues una reforma en profundidad –“ahora mejor que mañana”- del sistema fiscal, que como dijo el diputado Gabriel Elorriaga no tiene nada de sistema, ya que está desestructurado (recae sobre los asalariados). En concreto, se opta por reducir el número de tramos del IRPF (actualmente siete con el gravamen complementario) hasta únicamente dos. O lo que es lo mismo, que en lugar de disponer de un abanico que se mueve entre el 24,75% y el 52% (sin contar los tramos autonómicos) se rebaje a un tramo situado en el 25% y a otro en el 35%. No se trata, por lo tanto, de implantar un tipo único, sino de una fórmula muy parecida.

¿Es útil el tipo único?

El CEMFI, un centro de estudios dependiente del Banco de España, publicó hace algunos años un trabajo en el que estimaba que un único gravamen en el IRPF del 20% (19,99% para ser más exactos) combinado con un mínimo exento del 25% de la renta disponible aumentaría el producto interior bruto (PIB) un 0,56%, sin que sufriera por ello la recaudación.

El lado negativo de la implantación del tipo único vendría de la mano de la equidad fiscal, que sería más negativa, aunque la intensidad de este extremo dependería en última instancia del umbral sobre el que se estableciera el mínimo exento. Los niveles más bajos de renta mejorarían su renta disponible a medida que subiera el dinero excluido del pago de tributos y, por el contrario, los niveles más altos serían los más perjudicados en función de la evolución del mínimo exento.

La filosofía tributaria del flat tax (el llamado tipo único) se basa en que una reducción de los tipos marginales que gravan las rentas más altas tiene un efecto beneficioso sobre la productividad, ya que la propensión al trabajo es más elevada en la medida en que el incentivo (pagar menos impuestos) es mayor. Según este esquema, nadie trabaja cuando es consciente de que la parte principal de su esfuerzo se la lleva Hacienda (tipos impositivos superiores al 40%), lo que explica, por ejemplo, que en los países nórdicos se esté aplanando la tarifa del impuesto.

Y en esta línea, según FAES, habría que aumentar las bases imponibles del impuesto poniendo al día los mínimos familiares y personales, racionalizando, al mismo tiempo, las actuales deducciones del impuesto, que distorsionan su eficacia recaudatoria. En el caso del ahorro, se propone avanzar en su neutralidad, sin discriminación por periodo de generación, con un gravamen al tipo marginal del 25%.

Estas son las otras soluciones que se proponen:

Impuesto sobre el patrimonio

Eliminación

Impuesto de sucesiones y donaciones

Mantenimiento del impuesto

Base imponible amplia (capital empresarial y societario)

Posibilidad de declarar exentas o bonificadas las adquisiciones entre colaterales de primer grado (padres e hijos)

Mínimo exento general “generoso”

Tipo nominal reducido (en ningún caso superior al 10%)

Impuesto de sociedades

Redefinición de la base imponible

Eliminación de la deducibilidad de los intereses

Métodos de amortización (ajuste vidas útiles)

Reducción significativa de tipos nominales (15% - 20%), eliminando el actual trato diferencial de la pyme

Eliminación de deducciones y bonificaciones (establecer obligatoriedad de análisis previo de coste-eficacia y análisis de impacto a posteriori)

Mayor control de operaciones transfronterizas y una mayor coordinación entre Administraciones tributarias

IVA

Mantenimiento de los actuales tipos y bases imponibles

A corto plazo: sustituir cotizaciones sociales por incrementos en tipos de IVA

Desmantelamiento de las rutas de fraude (regímenes especiales-módulos y fraude carrusel en operaciones intracomunitarias)

Impuestos especiales

Margen de posible subida en carburantes para automoción y en alcohol y bebidas alcohólicas.

Homogeneización de las accisas del tabaco.

¿Ha servido para algo elevar los tipos del IRPF con el objetivo de aumentar la recaudación? La respuesta es no. Y no sólo eso. Prácticamente, la mitad de los 19 millones de contribuyentes que acaban de presentar su liquidación del IRPF correspondiente a 2012 -el 48%- se encuentra en lo que los expertos denominan ‘tramo prohibido’, que no es otra cosa que el tramo en que cualquier subida de impuestos resulta ociosa, toda vez que no supone ninguna recaudación adicional.

José María Aznar Botella IRPF