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La deuda externa neta se enquista y no baja del billón, pese a la mejora de la balanza de pagos
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ESPAÑA ADEUDA 967.100 MILLONES

La deuda externa neta se enquista y no baja del billón, pese a la mejora de la balanza de pagos

Las sucesivas mejoras en la balanza de pagos -déficit de 3.610 millones hasta abril- no bastan para corregir la imponente deuda exterior de España en términos

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La deuda externa neta se enquista y no baja del billón, pese a la mejora de la balanza de pagos

Las sucesivas mejoras en la balanza de pagos -déficit de 3.610 millones hasta abril- no bastan para corregir la imponente deuda exterior de España en términos netos, una de las mayores del mundo. Hasta el punto de que en el primer trimestre de este año la Posición de Inversión Internacional refleja un déficit equivalente al 92,1% del producto interior bruto (PIB). O lo que es lo mismo, 967.100 millones de euros. Respecto del trimestre anterior, supone un aumento de 8.100 millones de euros.

Esto supone que, pese al duro ajuste que está sufriendo la economía española, la dependencia de fondos procedentes del exterior no cede. Al menos, y en este caso en sentido positivo, se ha estancado, pero en niveles históricamente elevados. Para hacerse una idea de lo que ha crecido este indicador de solvencia y de soberanía fiscal, hay que tener en cuenta que en 2002 la deuda externa neta apenas superaba los 303.000 millones de euros, lo que quiere decir que se ha multiplicado por tres en apenas una década. Ahora se ha estancado, y, de hecho, durante los años de la crisis la ratio siempre ha oscilado entre el 88,8% (año 2010) y el 93,7% del PIB (2009). Parte de ese estancamiento se debe, igualmente, a que el PIB nominal apenas crece, lo cual dificulta su corrección. 

En términos brutos, es decir, teniendo en cuenta no sólo lo que debe España, sino lo que tiene invertido en el extranjero, el resultado es que la deuda exterior se sitúa en 1,74 billones de euros. O lo que es lo mismo, el 167% del PIB.

Como recuerda el Banco de España en su última monografía sobre la balanza de pagos, buena parte de la deuda externa viva ha sido emitida por el sector financiero, y de ella, a su vez, un porcentaje elevado corresponde a valores de inversión de cartera con plazo de vencimiento superior a un año -en torno a un 99 % del total-.  No obstante, recuerda, “no se deben minusvalorar los riesgos que suponen unos elevados niveles de deuda externa, particularmente en episodios de tensiones financieras”. Como, de hecho, se viven todavía, aunque con menos intensidad.

La causa de este enquistamiento tiene que ver con el comportamiento de los todos los agentes económicos que influyen en su evolución. Y así, la deuda externa del sector público (los extranjeros cuando adquieren bonos del Tesoro) se ha situado hasta marzo en 342.820 millones (12.700 millones más); mientras que en el caso de la banca ha aumentado hasta los 539.302 millones (con un crecimiento de más de 37.000 millones).

Apelación al BCE

La única rúbrica importante que se ha relajado es la del Banco de España, que ha reducido su apelación al Banco Central Europeo en unos 40.000 millones de euros en el primer trimestre de este año. La mejora en los mercados de capitales, donde no hay problemas de liquidez ante la abundancia que proporciona el BCE, explica, sin duda, esta reducción. Los bancos han ido devolviendo fondos al banco central una vez que han podido acudir a los mercados cada vez con más asiduidad.

Estadísticamente, sin embargo, el efecto de lo que ocurrió el año pasado continúa notándose. En 2012, las salidas netas de fondos al exterior, junto con las necesidades de financiación generadas por la cuenta corriente y de capital (4.679 millones de euros), se cubrieron principalmente con el aumento de 173.515 millones de euros de la posición deudora neta del Banco de España frente al resto del mundo.

La deuda externa de un país, tal como lo define el Fondo Monetario Internacional (FMI), comprende los saldos de todos los pasivos frente a no residentes que van a dar lugar a pagos por amortización, por intereses o por ambos conceptos. Por lo tanto, incluye todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital y los derivados financieros, toda vez que estos instrumentos no suponen, necesariamente, la realización de pagos. 

Las sucesivas mejoras en la balanza de pagos -déficit de 3.610 millones hasta abril- no bastan para corregir la imponente deuda exterior de España en términos netos, una de las mayores del mundo. Hasta el punto de que en el primer trimestre de este año la Posición de Inversión Internacional refleja un déficit equivalente al 92,1% del producto interior bruto (PIB). O lo que es lo mismo, 967.100 millones de euros. Respecto del trimestre anterior, supone un aumento de 8.100 millones de euros.