Fainé recoge firmas entre las cajas para pedir tres años de moratoria en las fundaciones bancarias

Isidre Fainé se muestra inasequible al desaliento en su intento por evitar que la nueva Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias le obligue a ceder una de las dos presidencias que ahora ostenta de forma simultánea como máximo responsable de la Caixa y de CaixaBank. La normativa fue aprobada el pasado 7 de junio por el Consejo de Ministros y entrará en vigor a finales de año una vez terminada su tramitación parlamentaria.

La nueva ley reguladora de las cajas de ahorros establece un periodo de gracia de un año para que las actuales entidades confederadas se transformen en fundaciones bancarias como titulares de sus bancos subsidiarios. El Gobierno ha conseguido que Bruselas permita esta relación corporativa, pero a cambio las autoridades comunitarias han impuesto una divisoria de aguas, de manera que los miembros que integren el patronato de las nuevas fundaciones no puedan actuar a la vez como administradores de las entidades de crédito filiales.

La incompatibilidad golpea de lleno al presidente de la Caixa, así como a sus homólogos de la Kutxabank, Mario Fernández; Unicaja Banco, Braulio Medel; e Ibercaja, Amado Franco. Fainé quiere forzar ahora una enmienda en el Congreso de los Diputados para ampliar el plazo previsto para la configuración jurídica de las futuras fundaciones bancarias. El objetivo del presidente de la primera caja de ahorros del país es conseguir una moratoria de, al menos, tres años, según han informado en fuentes del sector.

El planteamiento de Fainé se sustenta con el apoyo de CiU y del PNV como arietes parlamentarios del ajuste que finalmente se pueda introducir en el proyecto de ley aprobado por el Gobierno. No obstante, dicha maniobra política no tiene ninguna posibilidad de prosperar si antes no se aborda la indispensable labor de persuasión ante el Ministerio de Economía como interlocutor directo con la Comisión Europea.

El presidente de la Caixa necesita envolver la operación con papel de celofán, y para ello parece dispuesto a utilizar su cargo más institucional como presidente que también es de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). A tal efecto, algunas de las entidades integradas en la patronal, tanto las que están directamente afectadas por la futura ley como también las que quedan al margen de la 'metamorfosis', han recibido los primeros borradores de una carta que, una vez rubricada con el mayor número de firmas, será remitida al Gobierno. 

Nueva encomienda para Luis de Guindos

La misiva expone la necesidad de asegurar el control de las nuevas entidades financieras sin socavar la posición de dominio de sus futuros accionistas, que no son otros que las fundaciones bancarias generadas a partir de la nueva ley. Para ello se reclama al ministro Luis de Guindos un mayor esfuerzo en su capacidad de interlocución con Bruselas a fin de conseguir un proceso de transición más acorde con los enormes ajustes que se están llevando a cabo dentro del mercado financiero español.

La nueva regulación de las cajas de ahorros es una derivada del MoU (Memorando de Entendimiento) firmado hace un año con Bruselas para el rescate del sector financiero en España. El Gobierno ha conseguido demorar esta ley que, en principio, debería haber sido aprobada en noviembre pasado. El proyecto final ha incluido, además, muchas de las prerrogativas planteadas por el sector, permitiendo que las nuevas fundaciones con su flamante apellido bancario pudieran ostentar la propiedad de las entidades de crédito a las que han traspasado su negocio.

La posibilidad de nuevas concesiones en el recorrido parlamentario de la normativa es una idea peregrina, tal y como aseguran en fuentes oficiales de toda solvencia. El Ministerio de Economía no tiene en estos momentos ninguna voluntad política de abrir una renegociación con Bruselas sobre un expediente que se da por cerrado. Eso sí, mientras hay vida parlamentaria hay esperanza, y Fainé no es de los que tiran la toalla hasta que el combate está totalmente perdido.