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Ana Botella rehace el concurso para vender 1.800 pisos municipales por posibles irregularidades
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EL VIERNES SE VOLVIERON A PRESENTAR OFERTAS

Ana Botella rehace el concurso para vender 1.800 pisos municipales por posibles irregularidades

Los interesados en hacerse con un lote de 1.800 pisos públicos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Madrid han tenido una

Foto: Ana Botella rehace el concurso para vender 1.800 pisos municipales por posibles irregularidades
Ana Botella rehace el concurso para vender 1.800 pisos municipales por posibles irregularidades

Los interesados en hacerse con un lote de 1.800 pisos públicos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Madrid han tenido una segunda oportunidad. El pasado viernes 14 de junio fue el día límite para presentar sus ofertas vinculantes tras la reformulación del concurso y la prórroga concedida por el Ayuntamiento de Madrid. El motivo de la decisión extraordinaria fue la existencia de sospechas sobre posibles irregularidades que llegó a oídos de la alcaldesa, Ana Botella, que ordenó al responsable de la sociedad pública que rehiciera el proceso, según la versión ofrecida por distintas fuentes.

Un mes después de que se entregaran las ofertas originales (viernes 17 de mayo) para comprar el lote de activos de la EMVS, el consistorio decidió rehacer el proceso de forma inesperada y sin ofrecer ninguna explicación concreta. “Ha sido una decisión de la alcaldesa”. De esta manera, el consejero delegado de EMVS, Fermín Oslé, concedió una prórroga (hasta el pasado viernes 14 de junio) y permitió a nuevos inversores que pudieran sumarse a la puja, compitiendo con los que ya estaban de partida, como los fondos oportunistas de real estate gestionados por Morgan Stanley y Blackstone.

A pesar del mutismo oficial, fuentes del proceso han asegurado que alguno de los inversores interesados en la operación trasladó a la alcaldesa -con argumento de base- la sospecha de que existieron posibles irregularidades en el proceso de venta competida. Ante esta situación y pensando en abortar la posible crisis política en que podría derivar el concurso de la EMVS, una más a su controvertido mandato, Ana Botella considero pertinente reformular todo el proceso para poder reconducirlo, a pesar de la mala imagen que esa decisión generaría entre los inversores internacionales involucrados.

Tras el tirón de orejas y el plazo adicional, el viernes presentaron ofertas los candidatos, entre los que figura algún tapado, como el fondo estadounidense asesorado por la firma Álvarez & Marsal, mientras otros como Cerberus, representado por la boutique financiera de José María Aznar Botella, se han quedado fuera. Todos pujan por el ruinoso negocio de la EMVS, que con más de 400 empleados y una deuda superior a los 600 millones de euros, necesita deshacerse de activos para garantizar su superviviencia. Como reconoció recientemente el propio Fermín Oslé, tienen un problema “real y serio”.

Tras un primer intento fallido a principios de año, el proceso se inició sin concurso público (off market), ya que las viviendas propiedad de la EMVS no están consideradas legalmente como bienes patrimoniales. De esta manera, aunque la operación pueda alcanzar una cifra millonaria (hasta 130 millones, de los que el comprador desembolsará entre 30-40, pues el resto forma parte de la subrogación de la carga financiera que tienen los pisos) era innecesario realizar un proceso abierto y competido, como finalmente se ha hecho, para malestar de los compradores, que prefieren operaciones privadas.

Al tiempo que el Ayuntamiento decidirá esta semana al adjudicatario del lote de la EMVS, la Comunidad de Madrid aguarda su turno para algo similar con el IVIMA, que el viernes pasado realizó una presentación ante inversores. En ambos casos, el asesor de la parte pública es PWC, que en una reciente auditoría sobre la empresa municipal, lejos de contribuir a su apreciación, subrayaba que su negocio es “deficitario, con un volumen significativo de pagos no corrientes inasumibles. El endeudamiento no es sostenible y la compañía, solvente, tiene problemas severos de liquidez". Y todo eso sin que haya irregularidades.

Los interesados en hacerse con un lote de 1.800 pisos públicos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Madrid han tenido una segunda oportunidad. El pasado viernes 14 de junio fue el día límite para presentar sus ofertas vinculantes tras la reformulación del concurso y la prórroga concedida por el Ayuntamiento de Madrid. El motivo de la decisión extraordinaria fue la existencia de sospechas sobre posibles irregularidades que llegó a oídos de la alcaldesa, Ana Botella, que ordenó al responsable de la sociedad pública que rehiciera el proceso, según la versión ofrecida por distintas fuentes.