Repsol encarga a Lazard y Deutsche Bank analizar la venta parcial de Gas Natural

Repsol empieza a explorar la posibilidad de desinvertir en Gas Natural. La mala relación de Antonio Brufau, presidente de la petrolera, con los gestores de la eléctrica, ha llevado a la empresa de exploración y producción de crudo a sopesar la venta parcial de su 30% en la compañía dirigida por Salvador Gabarró. Para ese cometido ha contratado a Deutsche Bank y Lazard, según fuentes financieras.

Brufau lleva meses analizando varias opciones para poner solución al enfrentamiento con Gabarró, con el que apenas mantiene relación desde que en octubre del pasado año Repsol negara a Gas Natural la posibilidad de pujar por los activos de gas natural licuado que la petrolera vendió finalmente en enero a Shell.

Una de las alternativas que ha barajado el presidente de la petrolera es una escisión de los activos regulados de Gas Natural, separación de negocios que facilitarían la posterior venta de parte de su paquete de control en la multinacional con sede en Barcelona. La otra carta es encontrar a un inversor que directamente estuviese interesado en quedarse con entre un 10 y un 15% del grupo gasista y eléctrico, operación que oscilaría entre los 1.500 y los 2.000 millones de euros.

Un portavoz oficial de Repsol ha negado que “la participación de Gas Natural esté en venta”, si bien reconocen a The Wall Street Journal que es normal que mantenga contactos con bancos de inversión para recoger posibles ideas sobre operaciones corporativas. Según distintas fuentes, los asesores encargados de esta transacción son Deutsche Bank y Lazard, aspecto que la petrolera también desmiente.

Gas Natural, consciente de la inquietud de Repsol, lleva también desde hace meses trabajando con varios bancos de inversión para analizar el posible impacto de los movimientos de Brufau, con el que le separa una distancia “insalvable”, aseveran fuentes próximas a la gasista. Tanto Gabarró como su consejero delegado, Rafael Vilaseca, se sintieron despreciados por su otrora socio cuando le descartaron de la subasta del GNL, venta que ha supuesto de facto la ruptura del acuerdo corporativo para el transporte de gas firmado años atrás.

La tensión entre las dos partes creció cuando Gas Natural firmó un contrato de abastecimiento con Argentina pocos meses después de que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner expropiase la participación del 56% de Repsol en YPF. Brufau entendió ese acuerdo como una traición. Aunque públicamente ambas compañías mantienen las formas, en el mercado es vox populi las agrias relaciones entre Brufa, Vilaseca e Isidro Fainé, presidente de La Caixa.

El papel de la entidad financiera catalana, dueña del 35% de Gas Natural, es esencial en el juego de equilibrio entre la petrolera y la gasista. Cualquier inversor que quisiera comprar un paquete relevante debería consultar sus intenciones con Fainé, ya que podría serle vetado el acceso al consejo de administración.

Repsol tiene cedido un 10% de Gas Natural desde julio de 2012, cuando puso esta participación como garantía de un préstamo solicitado a Société Générale por 1.000 millones de euros. La línea de crédito vencía a los 365 días, es decir, en apenas tres meses.