El millonario Amorim duda del futuro del Popular y reduce su participación

El mensaje positivo lanzado este lunes por Ángel Ron en la Junta General de Accionistas sobre las perspectivas de Banco Popular tras el sacrificio realizado el pasado año no ha calado en todos los inversores por igual. Alguno de los más relevantes, como Américo Amorim, lejos de escuchar las palabras del presidente, ha optado por reducir de forma sensible su posición.

Según datos oficiales, Amorim ha vendido más de 57 millones de acciones de Banco Popular en la última semana, lo que supone que se ha desprendido de cerca del 0,8% del capital. Tras estas desinversiones, el inversor portugués, uno de los más importantes del país vecino, ha reducido su participación desde el 4% que tenía en diciembre de 2012 al 3,2%. No se descarta que siga con esta retirada hasta situarse por debajo del 3%, según fuentes financieras próximas al empresario.

Las ventas progresivas de Amorim se producen después de que en la ampliación de capital realizada en noviembre por Banco Popular optase por mantener su posición en coordinación con el resto de miembros del núcleo duro. En concreto, la participación de Crédit Mutuel quedó fijada  en el 4,424%, la de Américo Amorim en el 4,089%, la de Unión Europea de Inversiones en el 3,7%, y la de Allianz en el 3,6%. La aseguradora alemana y el banco francés se diluyeron al no suscribir todos los derechos que tenían en propiedad.

Por su parte, el inversor luso recurrió a una operación de derivados con vencimiento en diciembre de 2015 sobre 274,5 millones de acciones, el 3,2% del capital, justo el paquete que ostenta en la actualidad tras las ventas de la última semana. Fuentes cercanas al banco indican que estas últimas operaciones responden a la actividad de trading típica de Amorim, que, sin embargo, no ha hecho más que bajar su presencia en el capital de Popular desde el 8% que alcanzó en 2007.

El 3,2% que mantiene en la actualidad es el nivel más bajo desde que Amorim desembarcase en el Popular hace ahora diez años. El año pasado, justo antes de que se publicasen los test de estrés que analizaron la salud de la banca española, el consejero de la entidad financiera se desprendió de un 0,4% del capital, hasta bajar su participación al 4,2%.

Aquella venta provocó numerosos rumores, especialmente tras conocerse la nota que sacó Popular en el examen de Oliver Wyman. El dictamen fue que el grupo tenía un déficit de capital muy significativo que debía corregir con una ampliación de capital a precio de derribo. Amorim vendió ese paquete a 1,7 euros por título, muy lejos de los 0,6 euros a lo que ha colocado ahora el 0,8% adicional.