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Cáceres también enturbia el desembarco de Acciona en el negocio del agua
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UN JUZGADO ANULA LA ADJUDICACIÓN DEL CONTRATO

Cáceres también enturbia el desembarco de Acciona en el negocio del agua

Tres años después, la concesión para controlar el negocio del agua de la ciudad de Cáceres sigue empantanado. El juzgado número 1 de lo Contencioso-Administrativo del

Foto: Cáceres también enturbia el desembarco de Acciona en el negocio del agua
Cáceres también enturbia el desembarco de Acciona en el negocio del agua

Tres años después, la concesión para controlar el negocio del agua de la ciudad de Cáceres sigue empantanado. El juzgado número 1 de lo Contencioso-Administrativo del municipio extremeño anuló el pasado 24 de mayo la adjudicación concedida a Acciona para la gestión del abastecimiento y depuración hasta 2035. A pesar de este hito judicial, el contrato sigue vigente, ya que la sentencia no es firme y cabe la presentación de un recurso de apelación, medida que la compañía presidida por José Manuel Entrecanales ha anunciado que llevará a cabo ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

De nuevo, la explotación de un servicio de agua termina en los tribunales enfrentando a varias de las partes aspirantes a su gestión. En este caso, el litigio nace a instancias del Canal de Isabel II, el anterior gestor, aunque otros de los pujantes, como Aqualia (FCC), también manifestó su disconformidad por el criterio de puntuación seguido. En este caso, el conflicto nace por la penalización que recibieron sus ofertas técnicas (cero puntos en diez de sus doce apartados) por no incluir en el pliego del concurso los costes asociados al proyecto de organización del servicio y al método de gestión.

La reciente sentencia afirma que la inclusión de esos costes "no era indispensable" para valorar las ofertas técnicas y califica de "rigorista" el hecho de que la mesa de contratación del Ayuntamiento de Cáceres dejara sin puntos a las empresas licitadoras que no especificaron ese aspecto en su oferta técnica. Así, el juez reconoce por tanto un defecto de forma y obliga a retrotraer todo el proceso al momento anterior a esa decisión, es decir, al 20 de diciembre de 2010, aunque no presupone que las ofertas revisadas vayan a obtener una mayor puntuación que la lograda entonces por Acciona.

El contrato en juego tiene un coste anual de 12 millones de euros (incluido el beneficio industrial del ganador como pago de su gestión y la amortización de las inversiones realizadas con cargo al contrato y al canon), a los que se suman otros 37,7 millones adelantados al Ayuntamiento de Cáceres en concepto de canon por la concesión a 15 años. Aunque las magnitudes son poco relevantes, este contrato era uno de los más importantes gestionados por Acciona, por tanto sumó como aval, hasta su reciente adjudicación de Aguas del Ter y Llobregat (ATLL), el megaconcurso de 1.000 millones.

En el caso de ATLL, el responsable de cuestionar la adjudicación fue el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales de Cataluña (OARCC) a instancias de Agbar, el otro aspirante al contrato. Abierto el frente jurídico, la decisión final está, como en Extremadura, en manos de un Tribunal Superior de Justicia, situación que no impide que Acciona gestione ATLL, que la Generalitat asegure la validez de la privatización y que Agbar exija la anulación de la oferta vencedora (por el calendario de ejecución de obras), a pesar de que el ganador pagó ya a la Administración catalana un adelanto de casi 300 millones.

Aunque resulten casos distintos en el asunto de fondo, queda claro que los cambios de empresa concesionaria en el negocio del agua entrañan cierta tendencia a terminar en los tribunales. En su intento por abrirse camino en otros sectores, los nuevos operadores como Acciona o FCC van pisando un terreno que era controlado hasta entonces por pequeñas concesionarias municipales o por gigantes como el Canal de Isabel II y Agbar, que no dudan en pleitear los procesos para intentar retener o ganar contratos que forman parte de su negocio base. La clave para gestionar con éxito la llave del agua está en los tribunales.